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                     La Asociación de Vecinos de la 
					Barriada “Colonia Weil”, con motivo de la festividad de su 
					Santo Patrón, San Juan de Dios, con algo de retraso, como 
					viene siendo habitual, se reunieron, en esta ocasión con una 
					Comida de Hermandad, celebrada el pasado Domingo 15 de 
					Abril, en el Restaurante “El Secreto de Yuste”, al frente 
					del cual se encuentra nuestro gran amigo Tete, al que 
					felicitamos y agradecemos sus atenciones. Gran éxito de la 
					Casa y magnífica asistencia, con la totalidad de los 
					miembros de la Asociación. 
					 
					Los principios de nuestra Comunidad tuvo lugar el 13 de 
					Octubre de 1986, siendo Presidente D. José Román Toledo, a 
					la que, en principio se constituyó como “Comunidad de 
					Propietarios Colonia Weil”. Posteriormente se le denominó 
					“Asociación de Vecinos Weil”, responsabilizándose de la 
					misma D. Ramón Jaramillo Martínez. Los orígenes de nuestra 
					Barriada se sitúan en el año 1941, cuando se empezaron a 
					construir las veintiocho viviendas que la forman. La Empresa 
					S.A Weil, fue fundada en 1908, situada en lo que hoy es la 
					Imprenta Olimpia. Una vez construida la Fábrica de Bebidas 
					Carbónicas, conviene recordar, que lo que fue en unos 
					terrenos adquiridos a un agricultor llamado Policarpo, que 
					fue Conserje de la Barriada, al que se le adjudicó la 
					vivienda nº 1. 
					 
					Las viviendas se construyeron en distintas etapas y se 
					adjudicaban a aquellos productores que formaban parte las 
					plantillas de las Fábricas de Bebidas Carbónicas y la de 
					Hielo, está ubicada en el Muelle de la Puntilla. 
					Posiblemente los criterios de adjudicación fuesen antigüedad 
					y número de hijos. La Barriada, en sus orígenes, se 
					denominaba “Colonia Falangista Weil”, que en la entrada a la 
					misma ocupaba un sitio muy visible. Lo de Falangista era en 
					recuerdo de un hermano de D. Ernesto, que figuraba como 
					responsable del negocio. Su hermano había fallecido en 
					nuestra Guerra Civil. 
					 
					Una vez construida casi la totalidad de las viviendas, se 
					iniciaron las obras para la construcción de, en principio, 
					una iglesia. Estuvo paralizada durante varios años, 
					sirviendo como Almacén y juegos de los niños. Una vez 
					finalizada las obras, se convirtió en una escuela-capilla 
					que, en principio se le denominó “San Luis Gonzaga”, en 
					recuerdo del padre de Ernesto, que se llamaba Luis. 
					Construida ya la “escuela capilla”, funcionaba con esa doble 
					finalidad, por lo que había que realizar, al finalizar la 
					función docente, en convertirla en apta para el culto. 
					Estuvieron como maestros, entre otros, dos docentes muy 
					cercanos a nosotros: Dª Remedios Acosta Larios y D. Juan 
					Fernández Ragel. 
					 
					Haciendo un poco de reflexión, sobre que nuestra Barriada 
					disponga de una Iglesia, “San Juan de Dios”, se debe a un 
					hecho muy significativo: La necesidad perentoria de no tener 
					un lugar adecuado para cubrir todas las necesidades propias 
					de una iglesia católica. La llegada de un Sacerdote de grato 
					recuerdo, el Padre D. Francisco Almandoz, que intentó 
					conseguir un lugar para poder realizar su magisterio. Hubo 
					unos intentos para ubicar el centro religioso: un 
					acercamiento al dueño de unos terrenos donde se ubicaron las 
					Microescuelas, dependientes del C.P. “Valle Inclán”, donde 
					se hubiese construido la iglesia, que ya se denominaría “San 
					Juan de Dios”. 
					 
					Disponer de una iglesia era de extrema necesidad. En los 
					comienzos de su magisterio, el cura tenía que celebrar los 
					oficios religiosos, en especial la Santa Misa, en una de las 
					escuelas del Grupo Escolar “Domingo González”, de la 
					Barriada de Villa Jovita. 
					 
					Llegado el año 1951, aquella paralizada obra, donde la 
					Empresa Weil, tenía programado que se utilizaría con doble 
					función: escuela y capilla estaba dispuesta. Así que, 
					durante la jornada escolar funcionaba con alumnos y alumnas, 
					hijos e hijas de los productores de S. A Weil, donde pasado 
					un tiempo se abrió matrícula para alumnado de cercanas 
					procedencias: (los hijos de los productores, pagaban sólo 
					cinco pesetas; los de no productores, pagaban 10 pesetas). 
					Pero todo resultaba muy laborioso, pues, finalizadas las 
					clases había que convertir el espacio disponible, en lugar 
					para el culto, donde ya un grupo especializados alumnos, 
					realizaban la transformación. Pasados unos años pasó a ser 
					“Iglesia de San Juan de Dios”. 
					 
					La “Colonia Weil”, en sus orígenes, no tenía identidad 
					propia. Aunque carente de oficiosidad, era frecuente que en 
					la dirección en las cartas figuraba entre paréntesis (Villa 
					Jovita), dando a entender que sería un pequeño barrio de la 
					misma. 
					 
					Afianzada ya la iglesia “San Juan de Dios”, y tomando a San 
					Juan de Dios como Santo Patrono de nuestra Barriada, llegado 
					el día del mismo, en la Barriada se celebraran, aparte de 
					los actos litúrgicos, una serie de actividades de contenidos 
					lúdicos-deportivas, dirigidas a los niños y niñas. 
					Actividades que se celebraban en la plazoleta. De igual 
					modo, con la colaboración de todos los vecinos, al aire 
					libre, se conmemoraban con una gran paella o una “pinchitada”. 
					 
					Los pequeños y jóvenes disfrutaban con el programa que se 
					diseñaba: carreras de sacos y bicicletas, monedas en el 
					fondo de un baño con agua; había que extraerlas con la boca; 
					cuerdas con anillas para bicicletas; cuerda con pucheros, 
					con distintas materias en su interior y con los ojos 
					vendados había que golpear a los pucheros, que contenían 
					premios; el gran circuito para una carrera de bicicletas… 
					 
					Juanito Alguacil, gran competidor, en una ocasión –siempre 
					competía en esa carrera-, llegó segundo a la meta… ¡Se le 
					había roto uno de los pedales y a piñón fijo, llegó segundo 
					a la meta. Obtuvo premio de 50 ptas. 
					 
					Transcurridos ya muchos años, aquella escuela-capilla 
					convertida en parroquia de San Juan de Dios, es obligado 
					mencionar al Párroco actual Rvdo. Francisco Jesús Fernández, 
					joven sacerdote que gestiona con mucho acierto las funciones 
					propias de su cargo. D. Francisco Jesús está implicado en 
					devenir de la Barriada ya que forma parte de la Asociación 
					de Vecinos. Por otro lado, recordar que en nuestra Iglesia 
					se veneran las imágenes de la Cofradía de la Amargura. 
					 
					Cerrar la página sin enviar el correspondiente 
					agradecimiento a todos aquellos y aquellas que han trabajado 
					para conseguir los objetivos propuestos en la barriada, 
					resulta obligatorio. Pero como siempre, hay vecinos que se 
					distinguen sobre los demás. Para todos nuestro 
					agradecimiento: Presidentes, directivos, vecinos 
					colaboradores y una mención muy especial para Belén Sierra y 
					sus eficaces colaboradores, con largos años de 
					responsabilidades y fructíferas gestiones. El cambio 
					sustancial que se ha operado en nuestra Barriada lleva el 
					sello de ellas. ¡En nombre de todos, muchas gracias! 
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