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OPINIÓN - DOMINGO, 22 DE ABRIL DE 2012

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Comida de hermandad
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

La Asociación de Vecinos de la Barriada “Colonia Weil”, con motivo de la festividad de su Santo Patrón, San Juan de Dios, con algo de retraso, como viene siendo habitual, se reunieron, en esta ocasión con una Comida de Hermandad, celebrada el pasado Domingo 15 de Abril, en el Restaurante “El Secreto de Yuste”, al frente del cual se encuentra nuestro gran amigo Tete, al que felicitamos y agradecemos sus atenciones. Gran éxito de la Casa y magnífica asistencia, con la totalidad de los miembros de la Asociación.

Los principios de nuestra Comunidad tuvo lugar el 13 de Octubre de 1986, siendo Presidente D. José Román Toledo, a la que, en principio se constituyó como “Comunidad de Propietarios Colonia Weil”. Posteriormente se le denominó “Asociación de Vecinos Weil”, responsabilizándose de la misma D. Ramón Jaramillo Martínez. Los orígenes de nuestra Barriada se sitúan en el año 1941, cuando se empezaron a construir las veintiocho viviendas que la forman. La Empresa S.A Weil, fue fundada en 1908, situada en lo que hoy es la Imprenta Olimpia. Una vez construida la Fábrica de Bebidas Carbónicas, conviene recordar, que lo que fue en unos terrenos adquiridos a un agricultor llamado Policarpo, que fue Conserje de la Barriada, al que se le adjudicó la vivienda nº 1.

Las viviendas se construyeron en distintas etapas y se adjudicaban a aquellos productores que formaban parte las plantillas de las Fábricas de Bebidas Carbónicas y la de Hielo, está ubicada en el Muelle de la Puntilla. Posiblemente los criterios de adjudicación fuesen antigüedad y número de hijos. La Barriada, en sus orígenes, se denominaba “Colonia Falangista Weil”, que en la entrada a la misma ocupaba un sitio muy visible. Lo de Falangista era en recuerdo de un hermano de D. Ernesto, que figuraba como responsable del negocio. Su hermano había fallecido en nuestra Guerra Civil.

Una vez construida casi la totalidad de las viviendas, se iniciaron las obras para la construcción de, en principio, una iglesia. Estuvo paralizada durante varios años, sirviendo como Almacén y juegos de los niños. Una vez finalizada las obras, se convirtió en una escuela-capilla que, en principio se le denominó “San Luis Gonzaga”, en recuerdo del padre de Ernesto, que se llamaba Luis. Construida ya la “escuela capilla”, funcionaba con esa doble finalidad, por lo que había que realizar, al finalizar la función docente, en convertirla en apta para el culto. Estuvieron como maestros, entre otros, dos docentes muy cercanos a nosotros: Dª Remedios Acosta Larios y D. Juan Fernández Ragel.

Haciendo un poco de reflexión, sobre que nuestra Barriada disponga de una Iglesia, “San Juan de Dios”, se debe a un hecho muy significativo: La necesidad perentoria de no tener un lugar adecuado para cubrir todas las necesidades propias de una iglesia católica. La llegada de un Sacerdote de grato recuerdo, el Padre D. Francisco Almandoz, que intentó conseguir un lugar para poder realizar su magisterio. Hubo unos intentos para ubicar el centro religioso: un acercamiento al dueño de unos terrenos donde se ubicaron las Microescuelas, dependientes del C.P. “Valle Inclán”, donde se hubiese construido la iglesia, que ya se denominaría “San Juan de Dios”.

Disponer de una iglesia era de extrema necesidad. En los comienzos de su magisterio, el cura tenía que celebrar los oficios religiosos, en especial la Santa Misa, en una de las escuelas del Grupo Escolar “Domingo González”, de la Barriada de Villa Jovita.

Llegado el año 1951, aquella paralizada obra, donde la Empresa Weil, tenía programado que se utilizaría con doble función: escuela y capilla estaba dispuesta. Así que, durante la jornada escolar funcionaba con alumnos y alumnas, hijos e hijas de los productores de S. A Weil, donde pasado un tiempo se abrió matrícula para alumnado de cercanas procedencias: (los hijos de los productores, pagaban sólo cinco pesetas; los de no productores, pagaban 10 pesetas). Pero todo resultaba muy laborioso, pues, finalizadas las clases había que convertir el espacio disponible, en lugar para el culto, donde ya un grupo especializados alumnos, realizaban la transformación. Pasados unos años pasó a ser “Iglesia de San Juan de Dios”.

La “Colonia Weil”, en sus orígenes, no tenía identidad propia. Aunque carente de oficiosidad, era frecuente que en la dirección en las cartas figuraba entre paréntesis (Villa Jovita), dando a entender que sería un pequeño barrio de la misma.

Afianzada ya la iglesia “San Juan de Dios”, y tomando a San Juan de Dios como Santo Patrono de nuestra Barriada, llegado el día del mismo, en la Barriada se celebraran, aparte de los actos litúrgicos, una serie de actividades de contenidos lúdicos-deportivas, dirigidas a los niños y niñas. Actividades que se celebraban en la plazoleta. De igual modo, con la colaboración de todos los vecinos, al aire libre, se conmemoraban con una gran paella o una “pinchitada”.

Los pequeños y jóvenes disfrutaban con el programa que se diseñaba: carreras de sacos y bicicletas, monedas en el fondo de un baño con agua; había que extraerlas con la boca; cuerdas con anillas para bicicletas; cuerda con pucheros, con distintas materias en su interior y con los ojos vendados había que golpear a los pucheros, que contenían premios; el gran circuito para una carrera de bicicletas…

Juanito Alguacil, gran competidor, en una ocasión –siempre competía en esa carrera-, llegó segundo a la meta… ¡Se le había roto uno de los pedales y a piñón fijo, llegó segundo a la meta. Obtuvo premio de 50 ptas.

Transcurridos ya muchos años, aquella escuela-capilla convertida en parroquia de San Juan de Dios, es obligado mencionar al Párroco actual Rvdo. Francisco Jesús Fernández, joven sacerdote que gestiona con mucho acierto las funciones propias de su cargo. D. Francisco Jesús está implicado en devenir de la Barriada ya que forma parte de la Asociación de Vecinos. Por otro lado, recordar que en nuestra Iglesia se veneran las imágenes de la Cofradía de la Amargura.

Cerrar la página sin enviar el correspondiente agradecimiento a todos aquellos y aquellas que han trabajado para conseguir los objetivos propuestos en la barriada, resulta obligatorio. Pero como siempre, hay vecinos que se distinguen sobre los demás. Para todos nuestro agradecimiento: Presidentes, directivos, vecinos colaboradores y una mención muy especial para Belén Sierra y sus eficaces colaboradores, con largos años de responsabilidades y fructíferas gestiones. El cambio sustancial que se ha operado en nuestra Barriada lleva el sello de ellas. ¡En nombre de todos, muchas gracias!
 

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