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                     No podemos decir que la temporada 
					que está a punto de finalizar haya sido la más gloriosa de 
					Ceuta, en las distintas categorías de ámbito nacional, en 
					las que participan equipos de nuestra ciudad. 
					 
					Y realmente ello se ha debido a distintas circunstancias y 
					no a ningún tipo de conspiración judeo-masónica, ni mucho 
					menos. 
					 
					Esto resulta menos comprensible cuando estábamos 
					acostumbrados a que, año tras año, en las diversas 
					competiciones, en las que competían nuestros equipos, el 
					saldo era favorable para ellos, en unas ocasiones porque se 
					habían conformado buenos equipos y en otras porque los Mehdí-Celaderos 
					de turno ayudaban desde septiembre a mayo y aunque esas 
					ayudas fueran compensadas por alguna cena, o por algún otro 
					regalete, al final resultaba positivo y todos quedaban tan 
					contentos. 
					 
					Este año, pues, y partiendo del equipo primero de la ciudad 
					las cosas están marchando mal, y lo digo tras una jornada en 
					la que el resultado ha sido positivo, con lo que el problema 
					del descenso se ha podido esquivar. 
					 
					Naturalmente, aunque el Ceuta ha ido mal, ha ido a la baja 
					desde las primeras jornadas, nunca vi peligro de que pudiera 
					descender, pero quedarse ahí, en la parte baja o en terreno 
					de nadie, no era y no ha sido la marcha del primer equipo de 
					Ceuta. 
					 
					Claro está que aquí no ha habido nunca Mehdís-Celaderos, 
					pero había existido, desde hace 13 o 14 años, para con las 
					distintas directivas que dirigieron al equipo, “Papá 
					Noel-Ayuntamiento” y con sus subvenciones se pudo conformar 
					buen equipo, casi siempre con aspiraciones a todo. 
					 
					Este año llegó Juan Vivas con la “tijera” de las rebajas, la 
					subvención fue escasa, malos entendidos o promesas 
					incumplidas no llegaron a su justo sitio y ahí tenemos al 
					equipo en una de las posiciones más peliagudas de todas las 
					campañas en las que militó en segunda B. 
					 
					El final está cerca, la temporada se acaba y el futuro del 
					Ceuta veremos en qué situación queda. 
					 
					Si esto sucede con el primer equipo, no sé qué vamos a decir 
					del de la tercera división, una categoría que nos tiene 
					acostumbrados a presentar equipos “ascensor”, y que si 
					llegan a tercera es porque aquí puede subir cualquiera, para 
					luego fracasar en la categoría, marchando en la cola desde 
					la primera jornada, hasta el final. 
					 
					Este año no es la excepción y aunque puede llegar el milagro 
					para que se mantenga el Murallas, ahora mismo, penúltimo 
					clasificado, lo tiene muy complicado. 
					 
					Y en cuanto a los juveniles, el más veterano de todos los 
					equipos de Ceuta en categoría nacional, el Goyu Ryu, perdió 
					el rumbo, mejor dicho no le permitieron que lo siguiera 
					manteniendo, al no haberle “arropado” con actuaciones 
					arbitrales tan vergonzosas como las que le han venido 
					arropando a lo largo de los últimos 20 años. 
					 
					Las declaraciones de Mehdí, en el mes de agosto, le llevaron 
					a perder la categoría y a perder, también, esa sabrosa 
					subvención que venía teniendo desde tiempos inmemoriales. 
					 
					A partir de ahora, ya veremos si el Goyu Ryu se mantiene en 
					la categoría, pero lo que sí está claro es que la 
					subvención, si la hay, será muy inferior, con lo que al 
					mismo tiempo que hemos perdido un equipo de División de 
					Honor se reducirá “en un funcionario más” la plantilla de 
					Ceuta. Así ha sido y así se lo decimos. 
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