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					Una joven soldado cuyo contrato se extinguió en el mes de 
					febrero después de que le abrieran un expediente por unos 
					antecedentes penales que ya deberían haber prescrito, 
					presentó el pasado lunes un recurso ante el Juzgado Militar 
					para pedir ser readmitida en las Fuerzas Armadas. Para ello 
					argumenta que los antecedentes deberían haber prescrito en 
					2011, sin embargo el juzgado por error inscribió el proceso 
					más tarde por lo que aún están vigentes y le han costado el 
					puesto. 
					 
					Una soldado ha recurrido ante el Juzgado Militar su despido 
					por entender que no ha sido procedente entre otras cosas 
					porque están provocados por unos antecedentes que ya 
					deberían haber prescrito. Salomé conoció que le daban de 
					baja del Ejército dos semanas después de dar a luz, para 
					ello se argumentaba unos antecedentes penales que ella ya 
					tenía por prescritos, ya que la sentencia salió en 2009 y 
					tras dos años sin delinquir estos ya no son computables. Sin 
					embargo, un retraso en los Juzgados de Zaragoza, que 
					inscribieron la sentencia con dos años de retraso, hizo que 
					el Ejército advirtiera estos antecedentes cuando Salomé fue 
					a renovar su contrato con el Ejército. Ante la situación, se 
					le otorgó una prórroga de un año hasta que se solucionara la 
					situación, según explica.  
					 
					Sin embargo, en medio de este año de margen y estando de 
					baja por maternidad, esta soldado del RAMIX-30 recibió la 
					noticia de que se le daba de baja, a pesar de los informes 
					positivos que habían emitido sus mandos a favor de su 
					continuidad. En el recurso que ha presentado Salomé se 
					argumenta la “desproporción” de la media que han tomado 
					contra ella y alegan que tendrá “graves repercusiones tanto 
					profesionales como morales en contra de la recurrente, la 
					cual se ve sancionada dos veces por un mismo acto delictivo, 
					retrocediendo la reinserción social de la misma, que es lo 
					que pretende en último fin, las penas previstas en nuestro 
					sistema jurídico actual”.  
					 
					En el escrito también se hace constar que en el momento de 
					la ejecución de la resolución del compromiso de trabajo, la 
					soldado se encontraba en el periodo de lactancia y no ha 
					recibido ninguna compensación y lamenta haber quedado en 
					“una total situación de desamparo”. Además, en la Ley de 
					Tropa se contempla que los militares que en el momento de 
					finalizar su relación de servicios con las Fuerzas Armadas 
					que se encontrasen en situación de incapacidad temporal, 
					embarazo, parto o posparto, no causarán baja.  
					 
					Por estas razones, Salomé todavía tiene la esperanza de ser 
					readmitida en el Ejército donde llevaba siete años de 
					trayectoria. Y es que, lo que no quiere es cargar toda la 
					vida con un hecho que tuvo lugar en 2007, a pesar de que la 
					sentencia salió en 2009. Ahora, cinco años después y con 
					tras haber formado una familia en la ciudad, sólo quiere 
					seguir con una vida que ya no concibe fuera de las Fuerzas 
					Armadas.  
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