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                     Parece que se tendría que detener 
					unos instantes, tras el fracaso sin igual, ante ingleses y 
					alemanes, por parte del Barcelona y el Madrid. 
					 
					Una cura de humildad nunca está mal, y menos si se ha estado 
					menospreciando a todos los demás, especialmente por la 
					prensa, bajo el pretexto de que nosotros estábamos por 
					encima de todos. 
					 
					No me desagradó la primera de las eliminatorias, me fastidió 
					más la segunda, pero en el fondo me han agrado ambas, 
					especialmente por tanto saltimbanqui como hay en la prensa 
					deportiva de este país, con lo que se han tenido que comer 
					la mayor parte sus propias palabras y sus chulerías de tanta 
					superioridad española sobre los demás. 
					 
					Y es que todo esto se ha llevado, casi siempre, más por un 
					patrioterismo desfasado, que por una sensatez a la hora de 
					escribir o de hablar, la mayor parte de ellos. 
					 
					Desde hace muchos meses, parecía que el fútbol lo habíamos 
					descubierto nosotros y que todos los demás tenían que ir 
					marcando el paso que nosotros imponíamos. 
					 
					Hoy, más de uno debe darse cuenta de que en el mundo del 
					periodismo deportivo de España hay muchos charlatanes de 
					feria o encantadores de serpientes que nada bueno aportan. 
					 
					Y que ni somos los mejores, ni estamos por encima de nadie, 
					se demuestra en el hecho de que un cuarto o quinto 
					clasificado en la liga inglesa ha dejado con tres palmos de 
					narices a todo un Barcelona que lleva presumiendo varios 
					años con ser el Oráculo de Delfos del fútbol universal. 
					 
					De la misma forma, un segundo clasificado, a una docena de 
					puntos del primero, también, ha apeado al mismísimo líder 
					del campeonato de España, que aventaja en más de 30 puntos 
					al tercero de los clasificados. 
					 
					¿Qué queremos decir con esto?. Nada más que aquí, el Madrid 
					y el Barcelona son los mejores, pero una vez que se cruzan 
					las fronteras te puede mojar la oreja algún otro, con lo que 
					esa “gran final” de los bocazas que veían al Madrid y al 
					Barcelona en Munich jugándose la final de la Champions será 
					una gran final pero disputada entre un inglés, el Chelsee, y 
					un alemán, el Bayern de Munich, que para hacerlo más 
					atractivo juega en su propio campo. 
					 
					Y estos dos pueden ser los primeros avisos para lo que se 
					acerca durante el verano. No olvidemos que todos los equipos 
					tienen su corazón y por ello no nos debiera extrañar que en 
					la Eurocopa, el que menos esperemos nos deje fuera de la 
					competición. Eso hay que empezar a tenerlo en cuenta. 
					 
					Uno que sigue, a diario, las competiciones futboleras de 
					este país, no quiere ni pensar en la cara de panolis que se 
					le quedó a más de uno, cuando el martes, el que dicen que es 
					el mejor, Messi, fallaba el penalti y de la misma manera, 
					pero a otro grupo de forofos se les quedó la cara de tontos 
					cuando el otro, el también mejor, Cristiano Ronaldo, no 
					acertaba a perforar la portería del cancerbero alemán Neuer, 
					en la tanda de los penaltis. 
					 
					En el fondo se nos está bien para que a partir de ahora 
					seamos un poco más sensatos, más equilibrados, y sepamos 
					respetar a los demás, especialmente cuando tanto bocaza como 
					hay suelto por ahí se quiere pasar los pueblos de tres en 
					tres y no saben ver lo que realmente hay o lo que es el 
					fútbol, en la alta competición. Ahora a esperar y a ver la 
					final Chelsee-Bayern de Munich. 
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