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OPINIÓN - DOMINGO, 29 DE ABRIL DE 2012

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

¿Más horas de clase?
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Actualmente, el número de alumnos por profesor, en nuestro país, es inferior a la media de OCDE: 11 frente a los 13 por docente que registra la media europea, según refleja el último informe de la OCDE, sobre Panorama de la Educación en 2011.

Expertos en Educación, en nuestro país, defienden “Los estudios internacionales demuestran que el número de alumnos de un aula dentro de determinados límites, no es un factor determinante, ni siquiera de los más importantes, para la calidad educativa. La LOGSE hizo de este punto un dogma sin ningún fundamento científico”. Y se añade: “el número de alumnos por profesor es hoy en España es inferior al de Alemania, Francia o Gran Bretaña. Y nuestros resultados educativos son claramente inferiores”.

También está sobre la mesa un nuevo documento de las horas lectivas, que hoy están en 25 como máximo. Y conviene recordar que la O.M en 1994 estableció que los enseñantes de Primaria tienen un máximo de 25 horas lectivas y los de Secundaria entre 18 y 21, según las necesidades. Lo normal era que se quedaran siempre en la franja baja y que no se llegase al tope, hasta que la crisis obligó a introducir, el pasado curso, las primeras reformas al respecto, a nivel autonómico: “La idea es homologar tanto el horario lectivo como el del profesor por alumnos a la U.E” explican las fuentes consultadas.

Para las referidas fuentes “racionalizar los recursos en educación es hoy una necesidad imperiosa. Y se puede hacer sin merma de la calidad”. De hecho, “las comunidades autónomas lo están demandando. Y es bueno que haya unos criterios y unas reglas comunes, aplicables a toda España”.

Pero, lo verdaderamente cierto es que “para mejorar la calidad de nuestras enseñanzas debemos actuar con determinación en los factores que sí inciden verdaderamente en los resultados: buenos enseñantes, un clima escolar ordenado, unos objetivos claros y unas evaluaciones que midan el progreso de los alumnos.

Para los padres, considerando que las horas lectivas en el Centro Educativo forman parte del trabajo de los niños, de igual manera que para ellos lo es su profesión. Por ello, a mayor número de horas lectivas, se recuperarán más contenidos, que son fundamentales para la mejora de la preparación de los alumnos.

Pero, para algunas asociaciones se piensa que no por estar más tiempo en el aula se conseguirán los objetivos propuestos, ya que toda iniciativa debería ir acompañada por una reforma global que mejore el contenido de la educación, que renueve la metodología y el modo, en suma, de enseñanza, y que se recupere la “cultura del esfuerzo” y que la reforma será bienvenida siempre y cuando sea consensuada por todas las partes de la sociedad.

Las circunstancias son contradictorias: por una parte, el alumnado, escuelas y universidades, están creciendo por la crisis: el abandono escolar ha vuelto a marcar, en 2011, su nivel más bajo, 26,3%. Pero a la vez, las aulas está sufriendo importantes recortes presupuestarios, precisamente por esa crisis: más de 3.400 millones de rebaja en los presupuestos de 2010, lo que ha supuesto, entre otras cosas, la reducción de miles de profesores en las plantillas de todo el país. Y, además, el Gobierno quiere ahora recortar otros 3.000 millones adicionales.

El citado recorte ha producido un gran escándalo entre todos los sectores educativos, lo que se supone que, en principio, irá en detrimento de la calidad de la enseñanza.

Pero este hecho en sí –según el Sr. Ministro- proporcionará a las Comunidades Autónomas instrumentos para que cada una, en función de las necesidades que tengan de reducir el déficit, puedan optimizar su gasto educativo. Estas medidas suponen eficiencia, pero no recortan derechos ni merman la calidad educativa.

Conviene tener en cuanta que las ratios vigentes en la actualidad, son 25 alumnos en Infantil y Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato y, además, están por debajo o a nivel de la media de la OCDE. Y algunos países que tienen ratios por encima de las españolas, tienen resultados mucho mejores. Pero, por parte del Ministerio, que no se está ampliando necesariamente las ratios, sino dando margen a las Comunidades para que puedan flexibilizarlos hasta el 20%. En Primaria, actualmente, el 87% de las clases estaban por debajo del tamaño permitido; son 24 o menos alumnos. En Secundaria, en el sistema público, sólo el 2,7% de las 48.800 unidades tenía 30 alumnos, el tope permitido; el 97% restante estaba por debajo del 30. Pero hay que dar algo de flexibilidad: es muy caro que, por no poder formar un grupo de 31, hay que formar uno de 15 y otro de 16.

En cuanto se refiere a la oferta de menos modalidades de Bachillerato por centro, parece ser que no ha sido así. Lo que se dice es que no es preciso que cualquier centro nuevo, obligatoriamente tendrá que ofertar las dos de las tres modalidades, porque eso es antieconómico. Si se está abriendo un nuevo centro que tiene una oferta de Bachillerato y a escasa distancia hay otro con todas las modalidades, perfectamente en el nuevo centro puede haber una sola modalidad de Bachillerato y una oferta de F.P.

Sin embargo, las Asociaciones de Padres de Alumnos ya han anunciado movilizaciones, también por el aumento de horas lectivas de los enseñantes; para tal posibilidad, el Sr. Ministro confía en la buena voluntad de ellos y les pide un sacrificio, ya que la legislación vigente apenas se ha modificado.

También, por otro lado, los Sindicatos piensan que todo esto va a suponer la desaparición de 100.000 puestos de trabajo. Para el Ministerio es una exageración. Si de verdad el impacto en términos de despidos fueron 100.000, el efecto económico de esa única medida que sería superior a todo el ahorro que el gasto público que se intenta conseguir; serían más de 4.000 millones de euros, y no se está hablando de cantidades disparatadas.

De cualquier manera, las circunstancias son las que son, y no se variarán, aun teniendo en cuenta a los Sindicatos, lo que se pretende es que las Comunidades gasten mejor, sin que sufra la calidad ni la cobertura.

Pero todo hace pensar que detrás de todo este movimiento no hay otra cosa que una escondida intención ideológica de “cargarse la enseñanza pública y primar la privada y la concertada”.

A este respecto, en el Ministerio se piensa que todo ello no es más que un eslogan y propaganda sin fundamento. La existencia de la enseñanza privada es una consecuencia derivada del Artículo 27 de la Constitución y el derecho de los padres a elegir la educación de los hijos es una piedra angular de los derechos civiles. Por otro lado, no es malo que exista cierta emulación positiva entre los centros públicos y concertados por ver quién lo hacen mejor y de una forma económicamente más eficiente.
 

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