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                     Es el estribillo que, con 
					demasiada frecuencia, se está dando en ciertos servicios 
					públicos, como el metro de Madrid, por ejemplo, al que 
					muchos se cuelan con esta frase ya demasiado popular. 
					 
					Otro tanto está sucediendo y cada día más en las autopistas 
					de Cataluña, en las que son muchos los conductores que 
					llegan al control del peaje y dicen “yo no pago”. 
					 
					Mala cuestión es esta y mucho peor que no haya un control 
					serio, primero para que el “gratis total” no sea la norma 
					que queramos imponer y además para que esos servicios estén 
					en orden, pero también controlados para que no suban sus 
					peajes según les conviene y con lo que les dé la gana. 
					 
					Hay autopistas de peaje que llevan ya muchos años en 
					funcionamiento y en ellas parece que ya se ha recuperado, y 
					con creces, todo lo que costó hacerlas, por lo que no es 
					extraño que personas que llevan cruzando esos peajes años y 
					años estén hartos de echar la mano al bolsillo cada día y 
					ver que cada poco tiempo han experimentado una subida. 
					 
					Según los últimos datos, parece que esto del “yo no pago” no 
					es cuestión de una persona o de una docena de personas, sino 
					que más de un centenar de personas, cada día, se niega a 
					abonar el peaje, en las autopistas de Cataluña que están 
					gestionadas por Abertis. 
					 
					Abertis no lo puede ocultar y es ella misma la que ha dado 
					luz pública a este hecho que lleva ya varias semanas 
					dándose, desde que alguien, un buen día, harto de esos 
					precios abusivos, llegó al control del peaje y dijo:”no vull 
					pagar”, o lo que es lo mismo, en español:”no quiero pagar”. 
					 
					Naturalmente las amenazas no se hacen esperar y ya se 
					empieza a barajar la idea de que aquel que no haya querido 
					pagar puede ser sancionado con 100€, pero ¿Cómo se va a 
					demostrar?. No creo que valga el que un simple empleado de 
					la compañía anote la matrícula del vehículo, porque ahí 
					podríamos llegar a la golfada de que a algún conductor que 
					sí ha pagado le anotaran, por error o por capricho, la 
					matrícula, con lo que se podía ver envuelto en el problema 
					de los que sí cruzaron sin pagar. 
					 
					Afortunadamente para mí, no suelo frecuentar mucho esas 
					autopistas, pero lo que sí he detectado en ellas, cuando las 
					he utilizado es que son tan desvergonzados como en las de 
					otras partes de la Península y al pagar, si no lo pides, no 
					te dan el ticket. Repìto que eso pasa en Cataluña y también 
					en Andalucía o en Castilla-León. 
					 
					Y que la situación no debe ser tan fácil para la empresa 
					administradora de las autopistas se desprende por el hecho 
					de que fuentes de la propia Abertis han indicado, días 
					pasados que, por el momento, todavía no se había procedido a 
					denunciar a nadie de los que no han querido abonar el 
					importe del peaje, aunque la intención es pasar la 
					información de los datos que tengan en su poder al Servicio 
					Catalán de Tráfico de la Generalidad, o lo que es lo mismo, 
					no han denunciado pero tienen intención de hacerlo ¿Cómo?. 
					 
					El final, todavía, se ve muy lejos, pero malo es que se 
					comience a hacer algo, porque luego volver a la normalidad 
					costará trabajo. 
					 
					Todo esto, mirándolo bien, es gran parte de personas 
					anónimas, peor es y ha sido, cuando altos responsables se 
					acostumbraron al gratis total, que para todos los efectos 
					resulta algo paralelo a eso de ahora de “yo no pago”. 
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