| 
                     
					 
					La actividad parlamentaria ha seguido siendo intensa durante 
					la semana pasada tanto en Congreso como en el Senado. En la 
					Cámara Alta se ha aprobado el Proyecto de Ley Orgánica de 
					Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, la 
					cual va a permitir que los gestores de cada una de las 
					Administraciones, sean responsables, y puedan ser 
					sancionados por una mala gestión de los fondos públicos. 
					Asimismo se ha debatido una moción del Grupo Parlamentario 
					Popular por la que se propone al Gobierno iniciar los 
					trámites necesarios para la elaboración de un Estatuto del 
					Personal Funcionario Docente no Universitario 
					 
					Es un hecho indiscutible que el gobierno socialista durante 
					los cuatro últimos años de su mandato, pero singularmente, 
					al menos, durante los dos primeros años de la pasada 
					legislatura (2007-2011), en los que gozó de una holgada 
					situación económica, pudo y no quiso aprobar una histórica 
					demanda del colectivo de maestros y profesores: el Estatuto 
					de la Función Pública Docente.  
					 
					Hagamos un poco de historia: 
					 
					• A instancias del Grupo Parlamentario Popular en el Senado 
					se aprobaron dos mociones, en la pasada legislatura y en la 
					anterior. Así, el Pleno de esta Cámara el día 9 de octubre 
					del año 2007 aprobó una moción sobre políticas educativas 
					del Gobierno que incluía la instancia al Gobierno para que 
					adquiriera el compromiso de aprobar, dentro de aquella 
					legislatura, el estatuto de la función docente. Conviene 
					recordar que dicha moción fue aprobada a pesar de los votos 
					en contra del Grupo Parlamentario Socialista y de la Entesa 
					Catalana de Progrés y con la abstención de CiU, del Grupo 
					Parlamentario Vasco y de Coalición Canaria.  
					 
					• En la Comisión de Educación del 27 de mayo de 2010 se 
					aprobó una moción, a través de una transaccional que en este 
					caso apoyaron todos los grupos políticos, que establecía que 
					el Gobierno debía aprobar el estatuto de la función pública 
					docente a lo largo del año 2010 y, que debía convocar en el 
					mes de julio de 2010 la mesa sectorial de Educación para 
					intentar alcanzar los acuerdos que hubieran conducido a la 
					aprobación del citado Estatuto.  
					 
					Ahora intentamos de nuevo urgir al Gobierno para que ponga 
					en marcha -y las ha puesto ya- las negociaciones y trámites 
					necesarios para aprobar este Estatuto.  
					 
					La necesidad de este Estatuto viene avalado porque en él se 
					debe recoger y desarrollar las ya viejas demandas del 
					profesorado, entre las que destacan el reconocimiento de la 
					autoridad del profesor tan maltrecha y pisoteada en los 
					últimos años. 
					 
					Estamos seguros que para los docentes no universitarios: el 
					condicional aumento de la ratio (se ha ofrecido esa 
					posibilidad a las CCAA, no obligación), de 25 a 28 alumnos 
					en Primaria o de 30 a 33 en Educación Secundaria, el 
					aumentar su actividad lectiva en una o dos horas, -que no su 
					jornada laboral-, situaciones que ya se venía asumiendo en 
					nuestra Ciudad, la disminución de liberados sindicales o las 
					actividades de formación presencial, no es el principal 
					problema o reivindicación.  
					 
					El principal motivo de intranquilidad, es sin duda alguna, 
					la falta de respeto y consideración con los docentes y la 
					labor social que imparten. Lo que de verdad importa a los 
					maestros y profesores es la mejora del clima y convivencia 
					en aula, para poder llevar a cabo su importantísima misión, 
					lo que de verdad les importa a los docentes es no tener que 
					sufrir afrentas y desprecio por parte de de algunos alumnos 
					y alumnas, que envalentonados porque saben de la debilidad 
					de las sanciones y, que al final, terminarán promocionando 
					de curso, incluso en la mayoría de los casos obteniendo la 
					titulación buscada, perjudicando al resto de compañeros. 
					Todo ello, a veces por desgracia, sin el apoyo de los 
					propios padres. En una palabra, que valores tan necesarios 
					y, hoy denostados, como el respeto y el esfuerzo vuelvan a 
					las aulas. 
					 
					Con la aprobación de esta moción en los términos que a 
					continuación se recoge: “El Senado insta al Gobierno a 
					iniciar los trámites necesarios para la elaboración de un 
					estatuto de personal funcionario docente no universitario 
					consultando a los agentes sociales en el proceso de 
					elaboración de dicho estatuto que será abordado en la mesa 
					sectorial de Educación. Asimismo, respetando las 
					competencias de las comunidades autónomas, se iniciará un 
					proceso negociador en el marco de la Conferencia Sectorial 
					de Educación para intentar alcanzar el consenso en la 
					redacción de dicho estatuto.”  
					 
					Esperamos que, esta vez se logre el anhelado Estatuto 
					Docente, y en ello se ha puesto ya Ministerio de Educación, 
					Cultura y Deporte que ha constituido un grupo de trabajo 
					presidido por el director general de Formación Profesional 
					para poner en marcha todos los estudios necesarios que 
					conduzcan en el plazo más breve posible a la aprobación del 
					estatuto que recoja las demandas del colectivo de la 
					enseñanza, entre las que destacan, además de la 
					consideración como autoridad del profesor, el desarrollo de 
					la carrera docente (para que puedan desarrollar sus 
					expectativas profesionales, incentivando a los mejores en 
					función de su trabajo y dedicación), o el acceso a la 
					función pública docente donde se prime el mérito y la 
					capacidad que permitirá captar a los mejores para la escuela 
					pública, y como consecuencia poder atender a los retos que 
					la sociedad del siglo XXI nos demanda. 
					 
					* Senador por Ceuta 
   |