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                     Si no fuera por mi madre, no 
					estaría escribiendo estas lineas que ahora me pongo a 
					contar, si tantas veces he contado mis historias y mis 
					vivencias a todo lo que es el sentimiento de una madre, y 
					esto que aqui me traigo, fue salido de pasear por tantos 
					rincones de Ceuta mi bendita tierra. 
					 
					-Hace ya la tira de años, no sé si seria mas de la edad que 
					tengo yo, o si acaso seria algo pasado entre tiempos 
					inmemoriales, era la historia de amor de dos viejecitos, que 
					se querian con locura, que sufrieron los avatares de las 
					convulsiones de España, y tenian sus raíces en esta Ceuta 
					mía.  
					 
					-Y cada vez que camino por bajo los soles caballas, bajo los 
					vientos y ruidos que encierran sus murallas, los rinconcitos 
					del Foso de San Felipe, me veo pasar por los Jardines de la 
					Argentina, que bellos y lindos son, aunque a veces tengan 
					escondido, entre sus rincones los menores esos salvajes y 
					desagradecidos , que nadie hace carrera de ellos... 
					 
					-Y fué que hace tantísimos, años, aquel hombre tan mayor, 
					que conocía su tierra, le dió por atravesar aquellos 
					jardines de la Argentina, donde se encontraba un barcito... 
					llamado bar Jardin... y entre sus esplendores, flores, 
					jardines, macetas, y arboledas, aquel ancianito, se metió y 
					le dió por pasear, entre medias, arboles centenarios, que 
					encierran mas de una mirada, mas de un suspiro, y tantos 
					amores y desamores, bajo un sol y los cantiñeos de los 
					pajaros, que se entremezclan con sus verduras, el abuelito, 
					se acordaba de su media naranja, si alguna vez volviera, a 
					verte, a quererte, a tenerte entre mis brazos, como sería, 
					volvernos a ver con cien años menos, mecidos en estos 
					columpios, grabando nuestros corazones, en estos arboles, tu 
					con mi nombre y yo el tuyo.  
					 
					-Y aquella mañana, aquel viejecito con su boina 
					encasquetada, regresaba feliz a su morada, colmado de 
					ilusiones y te quieros, esperando que llegaran, una vez mas 
					sus nietos, y sus jolgorios y algarabias. los que venian 
					saltanto, los que venian brincando, y los que traian, gloria 
					bendita, aparte de sus abrazos, aquella piña fresquita, 
					recien cortada con un flamante cuchillo electrico, donde los 
					abuelos se suspiraban por las delicias , que traia la epoca 
					moderna, eso de cortar una piña en medio minuto... 
					 
					- Los años pasaron, y las noches agosteñas se recogían, y 
					bajo un canto fugaz de un canario que suspiraba sus 
					atardeceres, los viejecitos, añoraban sus andanzas, bajo las 
					coplillas estremecías de una radio ya gastada... mientras 
					los hijos se cardaban con los niños, de ferias y cabalgatas. 
					 
					-Si llegó el dia de la partida de uno de ellos, a la 
					compañía y el amparo de Dios, y el destino del universo, 
					echara la moneda al aire, y dijera ay Reina mia te toca a 
					ti, y se fue de su verita, vera, y con las lagrimas y los 
					llantos silenciosos de una mañana, con la piel enrojecida , 
					el se estremecía que se había despedido su media naranja, el 
					se acordaba de sus besos y cariños, al recordar aquel dia de 
					sol en su jardin del amor, una misma mañana. 
					 
					-Si tanto se querian, y tanta pasion y tanto amor , que el 
					dia de su partida, mirando para el Estrecho, en medio del 
					viento de su mirada, dijo ay por Dios, abrirme el cajón y 
					verla dormida, que este llanto , sea mi adiós, y verte mi 
					vida, que otro año, yo me iré contigo, pa seguir en tus 
					brazos , el resto de mi vida. 
					 
					-Y si muchos tiempos del infinito, este que escribe, llora 
					por sus caminatas y rincones, y se le cuelgan unas lagrimas, 
					derramadas por los claveles del Cristo del Puente, y se 
					acuerda, de aquella historia de amor, y pasión , que fueron 
					inmortales. Hoy le dedico, esta historia, a todas esas 
					madres, que como una madre no hay ninguna, y Si no fuera por 
					mi madre, la que me parió y me trajo al mundo, en esta Ceuta 
					mi tierra, hoy no estaría contando, esta historia, porque si 
					ella es mi madre, la que la parió mi abuela, fue la que hizo 
					aquel juramento, eterno, de quererse mientras vivan, todas 
					las madres, que cada vez que se vean y se digan, ESTO TE LO 
					DIGO POR MAMA. 
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