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                     La tarde, se veia plácida y 
					tranquila, cada uno haciendo sus planes de fin de semana, 
					calculando una merienda, unos canales de televisión, unas 
					copitas, si la playa tiene buen dia, de vientos, de soles 
					esperados y de repente, se va tornando en tragedia... 
					 
					Una llamada angustiosa, del barrio, del Jardin de la 
					Argentina,,, me han atracado, me han rodeado, me han 
					acorralado, me han zarandeado, y estoy en el Polifuncional, 
					descompuesto de rabia, de impotencia, va uno vistiendose y 
					armandose... de mala leche, de jurar venganza, de montarla, 
					de liarla, porque si a Ceuta , en muchos momentos de su 
					historia, ha gritado, “triste y doliente en la guerra”, nos 
					ha ido muy bien, eso de mirar para otro lado, y decir, como 
					ciudadanos de segunda... ay que nos tenemos que ir... y ser 
					esto el Penal de Alcatraz... 
					 
					La eficiente Policia Local, llegó en segundos, hizo el rodeo 
					con sus vehículos y dotaciones, y haciendo las gestiones, 
					estos angelitos, tenian eso del nombre de MENA, menores no 
					acogidos, pero mejor sería eso de menores no 
					adaptados...porque desde que me lo inculcaron, mis padres, y 
					mis abuelos y los viejos consejos de la epoca, “ el que es 
					malo, lo es en su casa, en su tierra, y en Ceuta, en Melilla 
					y en Fernando Poo...” 
					 
					Bajé porque era esa ira, que te corroe el cuerpo, la sangre, 
					las entrañas y apretando los dientes y los puños, iba 
					emulando a Bruce Lee en Furia Oriental, y me imaginaba, 
					arremetiendo y partiendo bocas, echando dientes abajo, pero 
					nada de dialogo ni historia, si aqui, se pusiera la ley del 
					talion... para arrancarle los ojos a quien los sacó... 
					 
					Le dije a mi pareja, mira esto, no merece la pena 
					denunciarlo, esto no tiene arreglo, esto no tiene solución, 
					si hasta la Policia los tuvo que dejar marchar, los seguí... 
					impotente, con rabia, con desesperación, mientras ellos se 
					hacían sus juramentos en arameo, distinguí al Macho Alfa... 
					si el gallo del corral, el jefe de la mana, es pequeñito, 
					pero la mala leche, desde el sello de su nacimiento, lo 
					lleva inscrito como el simbolo del diablo, fue el mismo, que 
					en los puestos de Navidad, abajo en las escolleras de Alfau, 
					se quitó la camiseta, frente a la traiña de decora , nuestro 
					pasado marinero, y gritaba “hawak cojones”, como gritando un 
					desafío a un paisano suyo, para entrar en combate, a la vera 
					de la Lonja de Pescadores.  
					 
					Con la que está cayendo, y la crisis, les damos partidas 
					presupuestarias, importadas de Bruselas, para estos 
					cabrones, que en su tierra, los mandan a Ceuta, como si esto 
					fuera una excursión de viaje de estudios, para amargarnos la 
					vida, como no tenemos bastantes con nuestras cosas, no es lo 
					mismo, que te de por culo, tu hijo, que no el hijo del 
					vecino...  
					 
					Y mientras, paré para tomarme un café y despejarme, que bien 
					se lo pasaban en grande, un grupo de amigos de esos de San 
					Viernes, hartitos de cubatas, y tirandose agua con unas 
					pistolitas verdes de los niños, la critica en facebook, me 
					sirvió para comprobar, que nadie se inmutó por el atraco a 
					mi familia, y si para enfadarse, que yo criticara, que unos 
					privilegiados se hartaran de copas, y me dijeran, cada uno 
					hace con su vida , lo que le da la gana... 
					 
					Respuesta, tan clara, como es eso en la vida, de quitate tu 
					, pa ponerme yo... y si te puedo pisar el cuello, aparte de 
					meterlo en la discoteca, te lo piso... tan sencillo, como 
					apretar un botón y eliminarte de mi lista de amigos... 
					porque tus copas, son tan legitimas, como las mías y que 
					mañana atraquen a tu mujer, a tu hija o a ti borracho, que 
					insultas llamando gilipollas, a un pobre, Carlos, vencido 
					por la miseria de la vida, al amparo de la muerte, que lo 
					espere en cualquier esquina...  
					 
					Esa fue la historia de una tarde, de menores, de gentuzas, y 
					no adaptados, y sabía al final, secandome los labios del 
					café, quien era mas malo en esta vida, que pagamos todos. 
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