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                     Problemas de salud de mi mujer, 
					nos aconsejan, de inmediato visitar al médico. En esta 
					ocasión, al neumólogo. Un antiguo conocido, con el que 
					compartí aula: él como alumno y yo como maestro; el centro 
					escolar, el “Convoy de la Victoria”, hoy “Santiago Ramón y 
					Cajal”. El doctor, D. Leopoldo Domínguez Pérez. 
					 
					Los compañeros del Doctor forman lo que se puede llamar la 
					“generación del 68”, años en que nacieron. Elogian al centro 
					y al sistema educativo al que pertenecieron: la E.G.B, Ley 
					que fue impulsada por el Sr. Villar Palasí, Ley General de 
					Educación General Básica a los 14 años (en estos días ha 
					dejado de existir el Sr. Villar Palasí). Su ley, EGB, fue 
					absurdamente suplantada por la LOGSE, con lo que, a partir 
					de ese momento, empieza nuestro fracaso escolar. 
					 
					Como ya hemos anunciado anteriormente, D. Leopoldo realizó 
					todos sus estudios obligatorios en el “Convoy de la 
					Victoria”. En principio, este centro no se iba a llamar así, 
					ya que estaba previsto que se llamaría como la Sr. 
					Directora, es decir, “Manuela Rusillo”, pero ella no lo 
					permitió, proponiendo el de “Convoy de la Victoria”. Dª 
					Manolita lo refería continuamente, consiguiendo convencer al 
					Sr. Alcalde de aquellos momentos. Prefirió honrar al Centro 
					con el recuerdo de la gesta protagonizada por las fuerzas 
					adictas al General Franco, al cruzar el estrecho de 
					Gilbraltar, bajo la advocación de la Virgen de África. Como 
					todos sabemos, con los nuevos tiempos, pasó a denominarse 
					“Santiago Ramón y Cajal”. 
					 
					Cuenta Leopoldo que “tras superar la Primera Etapa (hasta 5º 
					de la EGB) afloraron en mi los habituales nervios de pasar a 
					la 2º Etapa, donde la fama y “corrillos de recreo”, la 
					hacían como mucho más dura y exigente. En mi caso, fueron 
					suavizados por el hecho de continuar con la misma tutora del 
					curso anterior”. 
					 
					Recuerda nuestro alumno cómo transcurrió la realización de 
					la primera prueba escrita con el responsable del Área de 
					Ciencias Naturales, maestro que daba una imagen de mucha 
					seriedad, con un gran bigote. “Me obligó a realizar una 
					prueba, que yo ya había hecho, con buen resultado, 
					desconfiando del mismo y me invitó a repetirla, en su mesa, 
					para controlarme más”. El desconfiado maestro había salido 
					escarmentado porque cursos anteriores, le quitaron del 
					llavero una llave del cuartillo donde, en una vieja 
					multicopista preparaba las pruebas. Este hecho sucedió unos 
					años antes, y como mi hermano vivió ese hecho, pensaba el 
					maestro de Ciencias que ¡Todavía había llaves por ahí! Así 
					que, reconoció el maestro que yo había sido víctima de 
					aquella situación porque anteriormente mi hermano pudo haber 
					participado en la sustracción del llavero”. 
					 
					Leopoldo, ya desde la escuela, tenía un firme proyecto de 
					ser médico. Así lo ponen de manifiesto aquellos compañeros y 
					compañeras que compartieron y disfrutaron con su amistad. 
					Destacaron: Susana, María Hormigo, Magdalena… 
					 
					De la categoría del grupo, lo pone de manifiesto una de las 
					compañeras que también realizó sus estudios de Bachillerato, 
					después de terminar la E.G.B “El Colegio, en el capítulo de 
					maestros –también se les llamaban profesores-guardamos un 
					recuerdo de eterna gratitud. Agradecimientos para todos 
					ellos, que consiguieron, con su trabajo y dedicación que se 
					cumplieran todos los objetivos propuestos. Un recuerdo muy 
					especial para el Profesor de Matemáticas y Física y Química. 
					Con respecto a la primera materia, pasan de “pared vertical 
					a ser colina”. En Química, con sus apuntes de formulación, 
					para mi eran “incunables”, tanto es así que volví a usarlos 
					en el Bachillerato. Y no era de extrañar que el Instituto, 
					se comentara que los alumnos del “Convoy” fuesen los mejores 
					preparados. 
					 
					Lamentablemente suele suceder que una vez que nuestros 
					alumnos dejan el colegio, resulta complicado realizar un 
					seguimiento de cada uno de ellos. Es el caso de Leopoldo, 
					que si bien te llegan noticias de sus actividades, de la 
					realización de sus estudios, de la finalización de la 
					carrera emprendida y, posteriormente de sus actividades 
					laborales, con él me llevé una agradable sorpresa al 
					identificarlo en un encuentro sorpresa, donde la casualidad 
					tuvo mucho que ver. Acababa de llegar a Ceuta, ya casado y 
					con su hija. Después, encuentros motivados por problemas de 
					salud y el ejemplar comportamiento con nuestra familia, en 
					especial cuando la madre de mi mujer estuvo hospitalizada en 
					el hospital Cruz Roja. 
					 
					D. Leopoldo es un cualificado médico, especialista en 
					Patología del Aparato Respiratorio. Es responsable de la 
					Unidad de Neumología del H.U.C.E. Es licenciado en Medicina 
					y Cirugía por la Universidad de Granada. Ha realizado la 
					Tesis Doctoral en Dermatología (Univ. De Granada), Master de 
					Alergología; Especialista en Neumología en Lisboa 
					(Universidad Nova). 
					 
					Colaboró en nuestro libro, “Un antes y un después”, donde 
					tuvo una valiosa participación, recordando a su Colegio y 
					exponiendo sus vivencias. 
					 
					En la fotografía que insertamos, Leopoldo se encuentra en la 
					parte superior de la misma. Es fácil de identificar: lleva 
					gafas. El grupo está presidido por la tutora, Sta. Pepita 
					Pérez. Se trata del 6º A. Por supuesto que a la misma se han 
					añadido otros alumnos de grupos distintos. Se observa en la 
					misma que “todavía” había alumnos y alumnas que llevaban el 
					uniforme escolar o parte de él. 
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