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                     El pasado lunes 14 de mayo, sus Majestades los Reyes de 
					España, cumplieron cincuenta años desde que se dijeron el sí 
					quiero como casados. No celebrándose actos oficiales por 
					este significativo aniversario, como consecuencia del 
					luctuoso fallecimiento del padre de su yerno, el Duque de 
					Palma de Mallorca Iñaki Urdangarín. Sino, posiblemente, por 
					los presuntos conflictos que rodean a la pareja desde hace 
					años, manteniendo ambos, tanto Sofía como Juan Carlos, el 
					vínculo matrimonial que les une, al parecer, por meras 
					razones protocolarias, por ser quiénes son y lo que 
					representan en esta España de panderetas.  
					 
					Donde ha existido un complot casi total por parte de cierto 
					sector periodístico, silenciándose ciertas presuntas andadas 
					muy poco ejemplarizadoras del Monarca durante su reinado. 
					Pero como “tanto va el cántaro a la fuente hasta que se 
					rompe”. A Juan Carlos, es probable que le venga, 
					presuntamente ese refrán, como el anillo que lleva en el 
					dedo meñique de su mano derecha. Al haber abierto 
					definitivamente él la veda, nunca mejor dicho, a raíz de ser 
					pillado cazando elefantes u otras fieras en Botsuana 
					(África). En una de esas presuntas escapadas que solía hacer 
					a cualquier rincón del planeta, sin que la población 
					española que lo sustenta a él y a su numerosa prole se 
					enterara. 
					 
					Pero en esta ocasión, tuvimos conocimientos del safari 
					efectuado por el Monarca, porque al romperse la cadera de 
					madrugada en la choza del poblado donde pernoctaba, tuvo que 
					regresar a Madrid para ser operado. Provocando ese hecho que 
					corrieran mares de tintas con toda clase de críticas, porque 
					él, los suyos y una gran parte de los poderes españoles, 
					prosiguen sin apretarse el cinturón lo más mínimo, a pesar 
					de las terribles circunstancias tan decadentes que atraviesa 
					el país en todos los aspectos y órdenes, por sus presuntas 
					nefastas gestiones, motivando que millones de españoles 
					sufran penurias y hambrunas.  
					 
					Criticar actualmente ciertos procederes de los miembros de 
					la Casa Real Española, especialmente los del Rey, lo puede 
					hacer cualquiera. Pero hasta hace pocas fechas era 
					impensable, porque el que se atreviera no se topaba con la 
					Iglesia, sino presuntamente con los tentáculos de la 
					Monarquía española. 
					 
					Pero hubo quienes criticaron al Rey, como fue el caso de 
					José Antonio Barroso, alcalde de Puerto Real (Cádiz). 
					Declaraciones efectuadas en la Casa de la Cultura de La 
					Villa de Los Barrios, el 14 de abril de 2008, en los actos 
					de conmemoración del setenta y siete aniversario de la 
					proclamación de la Segunda República. Declaraciones que 
					recogí y publiqué en primicia informativa a nivel nacional e 
					internacional, formándose un gran revuelo por el contenido 
					de las mismas...  
					 
					Afortunadamente, estimado lector, nuestra democracia se ha 
					afianzado, no existiendo ni por asomo ruidos de sables en 
					los cuarteles, porque los soldados y cuadros de mandos de 
					los diferentes ejércitos están bien acomodados. Pero el 
					grito que dan en algunas paradas y actos militares ¡Viva el 
					Rey!, se está esfumando con las mismas revoluciones que los 
					marciales pasos de los legionarios, porque esta monarquía en 
					España, creo, no tiene ninguna razón de ser en el siglo que 
					nos encontramos, ya que, los poderes han de manar del pueblo 
					y no por consanguinidad. 
					 
					Y menos, al haber sido impuesta por el genocida general 
					Franco, al que deseo que permanezca en su gloria eterna, no 
					bajo toneladas de mármol de Macael en el Valle de los Caídos 
					donde reposan sus restos mortales, sino en una fosa común 
					sin ser impregnada por el azahar de la primavera, ni regada 
					por el rocío mañanero, a raíz de las atrocidades que llevó a 
					cabo, levantándose en armas en julio de 1936, derrocando al 
					Gobierno estatal legalmente constituido democráticamente en 
					las urnas. Abriendo heridas que aún sangran, siendo 
					totalmente imposible que cicatricen. Porque en este periodo 
					constitucional y democrático, ciertos partidos políticos 
					denominados democráticos, no han hecho cuanto debieran por 
					restituir lo tiranamente ejecutado en la incivil guerra 
					española. 
					 
					Por lo tanto, los que piensan erróneamente que república es 
					un partido político radical de izquierda, están tan 
					equivocados, hasta el punto, que república según la Real 
					Academia de la Lengua española significa: “Organización del 
					Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o 
					por el Parlamento para un período determinado”. 
					Consecuentemente, como acaba de ocurrir en Francia, su 
					presidente es elegido por el pueblo. Siendo republicano el 
					sistema estatal francés, en el que se puede pertenecer a 
					formaciones democrática de cualquier ideología… 
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