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					La Asamblea de Melilla ha aprobado definitivamente su nuevo 
					Reglamento, que por primera vez no cuenta con el apoyo 
					unánime de todos los grupos parlamentarios, ya que sólo 
					votaron a favor los dos grupos mayoritarios, PP y Coalición 
					por Melilla (CPM), frente al voto en contra de los 
					minoritarios PSOE y PPL. 
					 
					La nueva normativa que regirá el funcionamiento 
					parlamentario entrará en vigor hoy mismo, consiguiendo, 
					según el Gobierno melillense, un funcionamiento más dinámico 
					de la vida parlamentaria, además de una mayor participación 
					de la oposición por el aumento de los tiempos en sesiones 
					como el Pleno de Control o el Debate del Estado de la 
					Ciudad. 
					 
					Además, a partir de ahora los grupos de la oposición también 
					podrán pedir que se celebren debates monográficos con el 
					Gobierno sobre un tema determinado que pueda ser de interés 
					para Melilla, algo que no era posible con el Reglamento 
					anterior, que data de 1995 y que fue reformado por 
					unanimidad en 2004. 
					 
					El portavoz de PPL, Julio Liarte, fue ayer el único miembro 
					de la oposición que tomó la palabra en el debate para 
					mostrar su desacuerdo con el nuevo Reglamento, ya que en su 
					opinión, servirá para que el Gobierno convierta la Asamblea 
					en un “órgano inoperante en el que se cercene el debate”. 
					 
					Además, Liarte aseguró que este Reglamento incumple la 
					legalidad vigente, razón por la que anunció que PPL va a 
					presentar un recurso contencioso-administrativo para que los 
					tribunales de Justicia hagan una valoración jurídica al 
					respecto. El portavoz del Grupo Popular, Daniel Conesa, 
					insistió en que el texto aprobado ayer no conculca derechos 
					ni ilegalidades y, además, las críticas de PPL, tanto 
					políticas como en forma de alegaciones populares, han sido 
					rebatidas con informes jurídicos de los técnicos de la 
					Ciudad Autónoma, basados en sentencias de tribunales 
					superiores de Justicia.  
					 
					“Cualquier parecido con la realidad es una manifestación de 
					la frustración en la que se encuentra sumido el PPL desde 
					hace meses”, subrayó Conesa, que acusó a este partido de no 
					querer llegar a un consenso con el resto de los grupos 
					durante la reforma del Reglamento, que ha requerido 26 
					reuniones y 7 meses para su aprobación final.  
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