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                     El más que patente malestar que la 
					forma y los modos de gestionar del gerente del Área 
					Sanitaria del Ingesa, Manuel Cabeza, ha traído a Ceuta ha 
					acabado por aflorar. Cuando apenas han transcurrido cuatro 
					meses desde su nombramiento, ya hay sobre la mesa dos 
					dimisiones de cargos directivos, las de la directora de 
					Enfermería de Atención Primaria y el director médico. Se 
					trata de una situación complicada en un área en la que, tal 
					como se señaló desde un principio por parte del delegado del 
					Gobierno, se necesitaba sobre todo tranquilidad tras las 
					turbulencias causadas por la anterior dirección. Sindicatos 
					y periodistas han sido hasta la fecha otras de las 
					“víctimas” de las restricciones impuestas por Cabeza a las 
					funciones de cada cual. No cabe si no exigir medidas 
					correctoras de esta situación.  
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