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                     Sí, lleva usted razón, los 
					Congresos Regionales de los partidos carecen de interés. 
					Pues los citados congresos son un bodrio. Y yo un bodrio no 
					me lo trago ni siquiera ocupando asiento de platea y dieta 
					por mi asistencia. Y mucho menos, créame, si sé que me toca 
					aguantar a unos dirigentes que han acudido a la cita sin 
					haber besado la piedra Blarney. Es decir, sin tener labia 
					suficiente para cautivar a quienes buscamos que traten de 
					mentirnos, al menos, con palabras y propuestas divertidas. 
					 
					Para aburrirme, viendo actuar a tontos, que dicen tonterías, 
					ya tengo a mano el programa Sálvame en televisión. Cuyos 
					colaboradores, dirigidos por Jorge Javier Vázquez, el 
					más listo de la clase, han de someterse a los dictados de 
					éste. Que sabe más que briján. Pero que no niega lo que es… 
					 
					En los tiempos que corren, malos de solemnidad, debido a que 
					de la clase media para abajo vivir se ha convertido en un 
					ejercicio de precariedad, capaz de alterar las funciones 
					orgánicas de casi todos los componentes de las citadas 
					clases sociales, deberían estar prohibidas las 
					demostraciones públicas de felicidad de los militantes de 
					partidos políticos, aprovechando cualquier celebración con 
					escaso aliciente para los ciudadanos. 
					 
					Entre las celebraciones de poco interés, como para hacerlas 
					en sitio público, se hallan, como ya he dicho, los 
					congresos; y, desde luego, el colmo de la desfachatez 
					consiste en que sus participantes hagan alardes festivos, 
					gozosos y de radiante felicidad, en momentos donde pronto 
					serán seis millones los carentes de trabajo.  
					 
					Las fotografías del XI Congreso Regional de los populares 
					ceutíes, celebrado en el Hotel Ulises, el sábado pasado, 
					aireadas en todos los medios, han hecho un flaco favor al PP 
					y al gobierno local. Y ha sido así, según he podido apreciar 
					en los comentarios callejeros, porque todos los 
					inmortalizados por el daguerrotipo parecen que son 
					ciudadanos de otro mundo.  
					 
					De otro mundo mucho mejor, naturalmente. En el cual Cáritas, 
					por ejemplo, no tiene que obrar milagros para dar de comer a 
					tantísimas personas que han pasado de ser suficientes a ser 
					tenidas por indigentes. Y lo que te rondaré, morena. Puesto 
					que el próximo viernes, verbigracia, a lo mejor Mariano 
					Rajoy nos anuncia otras medidas encaminadas a que los 
					pobres sean cada vez más pobres, y los ricos, cada vez más 
					ricos. Las medidas pueden ser la rebaja de las pensiones y 
					cortarles el suministro económico a los parados.  
					 
					En el XI Congreso Regional de los populares ceutíes, el 
					presidente provocó el delirio de la concurrencia cuando dijo 
					que tenía “cuerda para rato”. Es decir, que estaba dispuesto 
					a seguir ganando elecciones hasta el fin de sus días. Y la 
					locura se apoderó del salón del establecimiento. Por razones 
					obvias. Y tuvo el detalle, además, de resaltar que estaba 
					convencido de que, llegado el momento de su adiós, habría 
					personas del partido capacitadas para sustituirle. Para que 
					luego digan que al presidente se le han subido los triunfos 
					a la cabeza, y está falto de humildad. 
					 
					Y tratándose de Juan Vivas, cuyo amor por el fútbol y 
					por el primer equipo de la ciudad nadie pone en duda, las 
					metáforas futbolísticas no podían faltar en el congreso. 
					Pronunciadas para dejar bien claro que se lleva a partir un 
					piñón con Pacoantonio: Delegado del Gobierno. Cuya 
					respuesta fue la siguiente: tal y como están las cosas, Juan 
					y yo somos imbatibles. Y los allí reunidos, los más selectos 
					del partido, gritaron los vivas y los hurras consiguientes. 
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