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					El pasado sábado pude observar con estupor el “Gran Debate”, 
					que es un programa de la cadena Tele 5 y que dirige Jordi 
					González. Es un programa en el que se ponen sobre la mesa 
					temas de actualidad en los que periodistas de prestigio y 
					algún que otro tertuliano comentan. En dicho espacio uno de 
					los temas a tratar era relacionado con Gibraltar y, por 
					tanto, hicieron una conexión en directo con la Roca donde su 
					primer ministro principal, señor Fabian Picardo, entraba en 
					contacto con el moderador y se sometió a las preguntas de 
					los periodistas y tertulianos. 
					 
					El tema era interesante pues al ministro principal de la 
					Roca se le pedía que explicara las razones por la que los 
					pescadores del Campo de Gibraltar no podían faenar en esas 
					aguas. El ministro dio explicaciones que convenían a 
					Gibraltar, cosa lógica, y los tertulianos le indicaban que 
					no tenía ninguna razón. 
					 
					Se habló del Tratado de Utrecht de 1713, se habló de que no 
					había ninguna competencia en aguas por parte del Gobierno 
					Gibraltareño y de muchas otras cuestiones que eran 
					importantes para España, inclusive en una conversación que 
					tuvo el ministro Margallo con un diputado del Gobierno 
					Gibraltareño le llegó a decir que Gibraltar era española, 
					cosa que es lo correcto por parte de nuestras autoridades. 
					 
					Aunque esa una cuita que tendrán que dirimir los gobiernos 
					soberanos de España y Gran Bretaña, pues gobernando el 
					presidente Aznar estuvieron a punto ambos gobiernos de 
					firmar la soberanía compartida, cosa que, por 
					circunstancias, al final no se pudo llevar a cabo. 
					 
					Hasta ahí todo correcto. Pero miren ustedes por donde, 
					estaba como tertuliano invitado el vasco nacionalista de 
					PNV, Iñaki Anasagasti, y, como no, la siempre amargada y 
					malhumorada María Antonia Iglesias, que fuera en otro tiempo 
					un estómago agradecido de Felipe González como directora de 
					Informativos de Televisión Española y que nunca digirió que 
					la derecha pudiera gobernar en España. De hecho, todavía, a 
					esta buena señora se le sigue atragantando. Ya nos tiene 
					acostumbrados a sus insultos y a su léxico barriobajero 
					permitido, eso sí, por el moderador antes citado. 
					 
					En un momento de la conversación, no sé por qué 
					circunstancias, salió la palabra Ceuta, mi tierra, nuestra 
					tierra, en la que hacía ya mucho tiempo que no sonaba para 
					mal, pues todos parecían haber entendido la españolidad sin 
					fisuras de nuestro pueblo. Para todos menos para estos dos (Anasagasti 
					e Iglesias) que, como decía antes, se atrevieron a decir que 
					Gibraltar sería para España como algún día Ceuta para 
					Marruecos. Y se quedaron tan panchos. Sí es verdad que el 
					resto de contertulios no compartían esa opinión, tildándola 
					incluso de auténtica barbaridad.  
					 
					Ceuta ya ha dado muestras en reiteradas ocasiones de su 
					fidelidad y amor a España, cosa que el señor Anasagasti no 
					ha conocido nunca pues él sólo se circunscribe a ese ámbito 
					vasco radical, sombrío, en el que quisieron arreglar las 
					cosas a balazos. Menos mal que ya, por el momento, eso no 
					tiene sitio en la democracia española, pero que lo diga este 
					individuo parece que suena a risa. 
					 
					Lo de la señora Iglesias, ya una mujer de una edad avanzada, 
					se podría entender pues hay veces en el que la lucidez se va 
					perdiendo, no en todos los casos, porque en el de esta 
					señora se nota bastante su mala leche y se ha metido con 
					nuestro pueblo, con nuestra tierra. 
					 
					Por eso salgo a la palestra como haría cualquier ceutí bien 
					nacido. Espero que, como yo y la mayoría de todos ustedes, 
					nuestros representantes en el Gobierno local y nacional 
					tengan a bien, cuanto menos, hacer al señor Anasagasti que 
					rectifique, por la responsabilidad política que tiene. A la 
					señora Iglesias, si no quiere rectificar, que no lo haga, al 
					fin y a la postre ya está fuera de sitio hace muchos años. 
					 
					Por eso pido al Gobierno local que preside Juan Vivas que 
					tuviera a bien de hacer un comunicado público o que incluso 
					los senadores y diputado que tenemos en Madrid le hicieran 
					alguna interpelación al propio Anasagasti, porque para eso 
					están los que nos representan, al margen de los abrazos, 
					besos y sobeos que acaban de tener hace muy poquito. Espero 
					que den la cara por Ceuta en los momentos que lo 
					necesitamos. 
					 
					Son mis sensaciones y mi cabreo, y así lo manifiesto.  
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