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OPINIÓN - SÁBADO, 26 DE MAYO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Los detalles esenciales
han brillado por su ausencia

 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Es sabido que el tema de la proliferación de edificaciones ilegales preocupa y mucho a la ciudadanía. Sobre todo la gente se pregunta cómo se traga el que se pueda sancionar a un tipo porque haga una habitación en su casa si le da la gana, mientras se deja sin castigar cualquier edificación ilegal en zona verde o no urbanizable. Ya que se ha venido permitiendo que se construya teniendo menos licencias que un chanquete.

Así, el anuncio por parte del Portavoz Guillermo Martínez Arcas sobre dos demoliciones que, al parecer fueron tratadas en el Consejo de Gobierno, exigía una avalancha de datos añadidos y no la escueta mención a una edificación en el Príncipe y otra en Virgen de África. De hecho había que aclarar junto a “la noticia” todo lo que apareciera en los respectivos expedientes en primer lugar en qué consistía la ilegalidad, si en construir en zona verde o de equipamientos o sencillamente no urbanizable o edificar sin ningún tipo de licencia, si se informó a la fiscalía, si hay delito urbanístico, si existe una sentencia firme, si se trató de un procedimiento administrativo, las multas a pagar o en su caso el embargo y la fecha en la que irrumpirán las palas-excavadoras. Todos los extremos interesan, sobre todo por el grado de saturación que padece el personal, harto de ver crecer y multiplicarse a lo largo de los años las construcciones ilegales ante la pasividad de las administraciones.

¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuales fueron las causas de incoación del expediente? ¿Y la fecha de la demolición? ¿Se ha abierto un procedimiento judicial?

El Portavoz no ofreció datos concretos a preguntas de la prensa y derivó a los medios de comunicación a la Consejería de Fomento por desconocer los prolegómenos del asunto y eso es algo extremadamente inusual en Guillermo Martínez que es muy puntilloso tanto a la hora de exponer los puntos tratados, cómo a la hora de responder a cualquier cuestión que se le plantee.

En este caso los detalles esenciales han brillado por su ausencia y eso ha hecho que se alcen algunas voces dubitativas preguntándose si “las demoliciones son verdad” o se trata de algún tipo de artimaña o maniobra “de despiste” para acallar las voces críticas y para que el personal deje de joder apostando por las fiscales Carmen o Sylvia como futuribles y excelentes Fiscales de Medio Ambiente ya que reunen todos los requisitos de preparación, eficacia y extremo rigor que se necesitan para llevar hacia adelante ese tipo de Fiscalía. Que por cierto existe en todas las Audiencias menos en las de Ceuta y Melilla porque, al depender de terceros, vamos un poco al ralentí.

Pero, con o sin Fiscal Medioambiental, el caso es que el Portavoz nos dejó a oscuras y precisamente en un tema muy polémico, que levanta muchas escoceduras, que pregona y predica la existencia de agravios comparativos y que tiene a los ciudadanos lo bastante soliviantados cómo para necesitar una buena comparecencia explicativa y aclaratoria, con las respuestas a punto y sin remisión a otros Consejeros, porque ese viejo truco no vale.
 

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