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					LUNES 21.  
					 
					Temporada 82-83. Julio. Recibo una llamada de Manolo 
					Delgado Meco, preparador físico del Athletic de Bilbao. 
					A quien conocí muy joven en Alcázar de San Juan, donde le 
					nacieron. Su llamada fue para pedirme que me interesara por 
					Endika Guarrotxena Arzubiaga, venido al mundo en 
					Bilbao, y jugador del primer equipo. Yo era a la sazón 
					entrenador de la Agrupación Deportiva Ceuta. Y me puse al 
					habla con Joaquín de los Ríos -teniente coronel de 
					Estado Mayor- para que el soldado Endika obtuviera permiso a 
					fin de poder jugar en el primer equipo de la ciudad. Endika 
					era reservado, esquivo, y poco dado a sincerarse con nadie. 
					Pronto comprendí que estaba ante un muchacho que odiaba todo 
					cuanto le rodeaba. Aun así, me puse de su parte y le 
					conseguí beneficios suficientes para que su servicio militar 
					le fuera lo más liviano posible. Pero nunca logré que se 
					integrara en la plantilla. Reunía condiciones futbolísticas 
					para haber rendido. Era veloz, y los primeros días se 
					mostraba tesonero y bullicioso. Mas pronto fueron decayendo 
					sus ganas. Un día me informaron de que Endika se enfrentaba 
					a cabos y suboficiales por cualquier motivo. Y hasta 
					tuvieron que arrestarle. Incluso se me habló de que estaba 
					considerado un militante activo de la izquierda abertzale. 
					Decidí conversar con él y sus respuestas fueron de tremendo 
					desprecio para Ceuta y sus habitantes. Y me olvidé de él. 
					Viene a colación lo contado porque hoy, cuando falta nada y 
					menos para que athletic y Barcelona jueguen la final de la 
					Copa del Rey, Endika ha vuelto a ser noticia por el gol que 
					a la temporada siguiente de estar en Ceuta, le marcó al 
					Barcelona de Maradona en otra final de Copa que 
					ganaron los bilbaínos. Por cierto: ha dicho que él era, como 
					jugador, lo más parecido a Toquero. Si él lo dice… 
					 
					Martes. 22 
					 
					Animada charla en ‘El Mentidero’. En ella participa, como en 
					tantas otras ocasiones, Juan Esquivilla. Toca hablar 
					de la Historia de España. Por algo relacionado con los 
					problemas que se vienen produciendo, una vez más, con 
					Gibraltar. Y a mí se me ocurre recomendar a los componentes 
					de la tertulia que, si pueden, lean ‘Historia de España 
					Contada para Escépticos’. De la que es autor Juan Eslava 
					Galán. Es entonces cuando Juan Esquivilla menciona el 
					nombre de Germán Borrachero. A quien tuvo como 
					profesor de Historia. Y lo recuerda con verdadero afecto. Y, 
					claro está, yo me sumé a los elogios que le dedicó JE a 
					quien fue, además, director provincial de Cultura. Germán 
					era un tipo estupendo. Y a mí me encantaba pegar la hebra 
					con él. Aún lo recuerdo cuando llegó un día a la tertulia 
					del Muralla diciendo que abandonaba el Centro Democrático y 
					Social (CDS) porque Adolfo Suárez lo había 
					defraudado. Había que oírle relatar sus decepciones 
					políticas. Guasón empedernido, y en posesión de una retranca 
					considerable, en Germán destacaba el acento irónico, la 
					burla suave y acerada a la vez; la invitación a la risa, 
					frente a la prepotencia y soberbia. A mí me encantaba 
					provocarle a cada paso. Y él me respondía entre burlas y 
					veras. Germán se nos fue muy pronto. Y su pérdida me 
					produjo, en su momento, gran pesar. Eso sí, en cuanto se me 
					presenta la ocasión, no dudo en recordarlo. Que es lo que 
					hecho hoy, en cuanto me lo ha nombrado Juan Esquivilla.  
					 
					Miércoles. 23 
					 
					Me tropiezo por la calle con Adolfo Espí Rovayo. A 
					quien hacía la tira de tiempo que no veía. De modo que nos 
					saludamos efusivamente. Pues con Adolfo siempre me llevé la 
					mar de bien. Por un motivo fundamental: Adolfo Espí es tan 
					educado como para que se le tenga ley. Pero hay otra razón: 
					mi estimado amigo nunca ha dejado de decir que me lee con 
					sumo gusto. Y a uno, por si no lo sabían ustedes, el halago 
					le hace tilín. En cuanto cumplimos con las palabras de 
					rigor, tras tanto tiempo sin poder hacerlo, Espí me regala 
					el oído: “Hay que ver lo bien que te portaste con Pedro 
					Gordillo durante ese tiempo en el cual se desataron las 
					actitudes inquisitoriales contra él”. No hice sino no hacer 
					leña del árbol caído. Máxime cuando su pecado -aunque con 
					metedura de pata, sin duda alguna- no fue motivo para que 
					fuera perseguido con tanta saña. Amén de que yo soy muy 
					condescendiente con los pecados de la carne. A los que les 
					achaco, si acaso, que lo placentero sea tan corto. Mi 
					respuesta hizo que Adolfo Espí me gastara la broma 
					correspondiente al caso. A partir de ahí, como no podía ser 
					de otra manera, cada cual siguió su camino. Eso sí, tras 
					desearnos suerte. Que no es moco de pavo. Sobre todo en los 
					tiempos que corren. 
					 
					Jueves. 24 
					 
					Cada mañana, muy temprano, mientras me desayuno, voy 
					escuchando atentamente las noticias de la radio. Ni que 
					decir tiene que me empapo de toda la información referente a 
					Ceuta. Pues bien, desde hace ya bastantes años, vengo 
					observando que Juan Luis Aróstegui es el político más 
					solicitado y quien permanece más tiempo en el aire. Es un 
					fijo de las emisoras locales. Habla todos los días y a todas 
					horas. Y qué decir de su presencia en los medios escritos y 
					en las televisiones de la ciudad. Lo acapara todo. Y me 
					parece muy bien. Está en su perfecto derecho de hacerse la 
					publicidad como político, como dirigente sindicalista, como 
					presidente de la Junta Docente, como líder de Caballas, y 
					hasta recrearse en la suerte de decirnos que es la persona 
					más inteligente que ha nacido en Ceuta. Nada que objetar, 
					pues. Pero eso no casa con el artículo que escribe hoy, bajo 
					el título: “El respeto por el dinero público”. Del cual 
					espigo el siguiente párrafo: “Además de la penosa tarea de 
					horadar la férrea protección mediática del Gobierno, es 
					preciso salvar la barrera que secuestra el espíritu crítico 
					de la mayoría de la sociedad”. Así se expresa una persona 
					que copa todos los medios, en tiempo y días, y que suele 
					decir cuanto le viene en ganas. Pronunciándose así, 
					Aróstegui debe comprender que a algunos nos resulte 
					imposible ponernos de su parte incluso cuando lleva razón. 
					Pero no escarmienta. Quizá porque no piensa tan bien como él 
					se imagina.  
					 
					Viernes. 25 
					 
					Marcelo Bielsa jamás podría sentarse en el banquillo 
					del Madrid si en el club siguieran la línea marcada por 
					Valdano en su día: los entrenadores obesos no tienen 
					cabida en este club. Debido a que la estética para Valdano 
					es fundamental. Por tal motivo, Del Bosque fue 
					despedido del Madrid. Y lo fue, sin duda alguna, porque 
					consideraban que su figura, repleta de kilos, no casaba bien 
					con la imagen del mejor club del mundo. Valdano, sin 
					embargo, no ha cesado de elogiar a Bielsa. Con ese lenguaje 
					afectado con el que no para de expresarse su mejor 
					discípulo: Juan Manuel Lillo. Entre Lillo, Valdano y 
					Bielsa podrían montar una academia para enseñar a decir 
					muchas tonterías seguidas en el menor tiempo posible. 
					Marcelo Bielsa, creo haberlo dicho ya en otras ocasiones, 
					tiene bien ganada fama de ser mufa; que así se llama gafe en 
					su tierra. Porque jamás, salvo torneo menor, ganó nada. La 
					suerte de Bielsa en Bilbao fue eliminar al Manchester United 
					en la Liga de Europa. A partir de ahí, tras unos comienzos 
					dubitativos en la Liga, parecía que el técnico argentino 
					había conseguido, también, cambiar el estilo de juego de los 
					leones. Un estilo en el cual se le daba primacía a jugar en 
					corto, desde atrás, incluso estando el balón merodeando por 
					zonas peligrosas. El cambio era tan radical que uno se hacía 
					cruces viendo a Amorebieta y demás defensores por el estilo, 
					permitiéndose lujos técnicos que nunca antes habían 
					exhibidos. Así, quién se hubiera atrevido a decir que los 
					chicos de San Mamés iban a dar varios petardos 
					futbolísticos. Por hacer un fútbol que, ante equipos 
					superiores, los iban a dejar desvalidos en un amén. Les 
					ocurrió frente al Madrid, en la ‘catedral del fútbol’; 
					repitieron desastre ante el Atlético de Madrid; y hoy, ante 
					al Barcelona, volvieron a pecar de los mismos defectos que 
					en las ocasiones ya referidas. El mayor de todos los pecados 
					cometidos por el Athletic es, sin duda alguna, querer jugar 
					como un grande siendo todavía un equipo de medio pelo. No me 
					extraña, pues, que Bielsa se atribuya las culpas de las 
					derrotas.  
					 
					Sábado. 27 
					 
					Decido dar una vuelta por la calle Jáudenes. Calle donde más 
					se copea en esta ciudad. Debido a que en ella hay 
					establecimientos atractivos para que acuda el personal a 
					formar corrillos en los que se puede hablar de todo. En esta 
					ocasión, tengo la suerte de compartir un rato de charla con
					Margot Rubio y Antonio Tirado: matrimonio al 
					que le tengo ley. Margot, siempre dispuesta a que la 
					conversación transcurra por cauces de recordar el pasado, 
					saca a relucir aquellos días en los que frecuentar ‘La 
					Cueva’ llevaba consigo la certeza de pasarlo más que bien. 
					‘La Cueva’ era una discoteca cuyo propietario, Serafín 
					Becerra, se mostraba como un tío cojonudo en todos los 
					aspectos. Margot y Antonio, cada vez que se nos presenta la 
					oportunidad de charlar un rato, lo hacemos sin cortapisas. Y 
					no sé cómo nos lo apañamos que, siempre, acabamos recordando 
					a nuestros amigos en común. Lo cual no deja de ser motivo de 
					alegría. 
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