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					La Guardia Civil ha dado por cerrada este lunes la primera 
					fase de la ‘operación Rubí’, de desarticulación de una banda 
					dedicada al tráfico de inmigrantes desde Marruecos a España. 
					La organización introducía a los extranjeros en Ceuta por 
					300 o 400 euros y luego les indicaba cómo alojarse en el 
					CETI. Después les cobraba hasta 4.000 euros por un pasaporte 
					manipulado para ir a la península. Hay cuatro detenidos. 
					 
					La Guardia Civil de Ceuta, ha cerrado este lunes la primera 
					parte de la ‘operación Rubí’, de desarticulación de una 
					banda dedicada al tráfico de inmigrantes desde Marruecos a 
					España. De acuerdo con la información ofrecida en nota de 
					prensa, la organización delictiva estaba especializada en 
					este delito ”mediante la manipulación de pasaportes 
					originales”. 
					 
					El balance provisional de la operación es la detención de 
					cuatro personas (dos argelinos y dos marroquíes), además de 
					la intercepción de cinco inmigrantes argelinos que, en 
					varios intentos, la organización delictiva introdujo en 
					Ceuta con documentación falsificada.  
					 
					La documentación falsificada eran pasaportes españoles, 
					franceses y marroquíes, además de otras documentaciones 
					(permisos de conducción, tarjetas de residencia, etc.), que 
					completaban la identidad ficticia que adoptaban los 
					inmigrantes. 
					 
					El ‘modus operandi’ consistía en facilitar a los inmigrantes 
					en Marruecos pasaportes manipulados para que, en momentos de 
					mayor concentración de personas en el Tarajal, accedieran a 
					Ceuta. Una vez en la ciudad, los miembros de la organización 
					(los dos marroquíes detenidos) retiraban esa documentación e 
					indicaban las gestiones a realizar para que fueran acogidos 
					en el CETI. Una vez alojados en el CETI, los dos argelinos 
					que han sido arrestados (uno de ellos residente también 
					allí, se encargaban de facilitar a los inmigrantes lo que 
					denominaban “pasaportes rojos”, españoles o franceses, 
					además de la documentación complementaria, con los que 
					trataban de embarcar hacia el territorio peninsular. 
					 
					La organización exigía a los inmigrantes para su entrada a 
					Ceuta entre 300 y 400 euros, mientras que para facilitarles 
					documentación para su traslado a la Península, el importe 
					oscilaba entre los 4.000 y 5.000. 
					 
					Para la explotación final de la operación, la segunda fase, 
					se remitirán los datos a las autoridades francesas, país 
					destino final de los inmigrantes que contactaron con esta 
					organización y lugar de residencia del resto de la 
					organización. El operativo ha contado con la colaboración de 
					las Fuerzas de Seguridad francesas y de la brigada de 
					Extranjería del CNP en Ceuta. 
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