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OPINIÓN - LUNES, 4 DE JUNIO DE 2012

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Los sustos del verano

Por José Manuel Santiago Toscano


Casi todos deseamos que llegue el verano para poder cambiar un ritmo rutinario de trabajo, para estar con la familia y los amigos más tiempo del que habitualmente estamos, para visitar lugares a los que normalmente no vamos y para hacer algunas cosas que no hacemos el resto del año.

Pero en algunas ocasiones eso entraña cierto peligro y nos podemos llevar algún que otro susto. Cortes de digestión por meternos en el agua fría, golpes de calor o alguna que otra quemadura solar pueden ser los incómodos compañeros que en ciertas circunstancias nos acompañan en esos momentos.

Como pauta común a seguir en todos los casos que les voy a citar hay que asegurarse de hidratarse bien, ingiriendo al menos dos litros de agua diarios cuando las temperaturas ascienden, esta es una premisa básica en estos casos, siendo esta cantidad mayor en función de la edad, corpulencia o actividad física.

Corte de digestión

También llamado síndrome por hidrocución, se produce cuando tras una comida medianamente copiosa el sistema digestivo necesita un mayor aporte de sangre para llevar a cabo el proceso digestivo y nos metemos en el agua con una diferencia de temperatura considerable a la del cuerpo. Para equilibrar ese brusco cambio, el organismo lleva sangre a la piel y a otros órganos y evidentemente, el sistema digestivo se queda sin ella. En un tiempo que puede ser de unos minutos a unas pocas horas, podemos tener síntomas como mareos, vómitos, sudor, escalofríos, náuseas y calambres. Posteriormente se puede producir una diarrea.

Lo más normal es que no pase de ahí y de la consiguiente incomodidad, pero debemos tener cuidado ya que en procesos más graves se puede producir una pérdida del conocimiento e incluso una parada cardiorrespiratoria.

Es conveniente en cualquiera de los casos, avisar a los servicios de urgencias, ya que puede evolucionar de manera desfavorable. Si desde el principio los síntomas son más graves y hay alguien con conocimientos de reanimación cardiopulmonar, puede ser también necesario aplicar las maniobras de reanimación hasta que los servicios de urgencias se hagan cargo del enfermo.

En casos leves o cuando el médico haya asegurado que no estamos ante un caso grave, podemos aliviar las molestias con plantas como la manzanilla, el limón, el boldo, la alcachofera o la cebolla, que favorecerán el proceso digestivo. Mientras tanto la persona debe descansar para no forzar al organismo y permitirle hacer su trabajo.

En homeopatía se puede ayudar con China (en caso de diarrea y vómitos, para evitar una mayor pérdida de líquidos o obviamente aportar líquidos), Petroleum (vértigos agravados por el movimiento pasivo, por cerrar los ojos y por comer) y Tabacum (mareos con sudor frío, palidez, peor con los ojos abiertos, deseo de aire fresco y sensación de vacío en el estómago). Puede ser de ayuda Nux Vomica (indigestiones, diarrea, arcadas que no producen vómito, calambres estomacales y sensación de frío).

El corte de digestión también puede producirse al sumergir la cabeza en agua fría, o al entrar en agua tras estar mucho tiempo al sol y tras hacer deporte.

Golpe de calor

Las insolaciones, además de las consabidas quemaduras que pueden producir en la piel, pueden dar lugar a otros síntomas. Podemos encontrar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, cansancio y debilidad, mareos, fiebre y en casos más graves convulsiones y pérdida de consciencia.

Como en el caso anterior, puede ser necesario avisar a los servicios de urgencias, ya que lo que en un principio puede parecer leve es posible que derive en algo más problemático.

En casos claramente leves o tras la visita médica en la que se diga que no existe peligro, podemos actuar de varias maneras:

En caso de fiebre, los consabidos paños de agua fría con un poco de vinagre en la frente y nuca (podemos hacerlo si vemos a la persona caliente y congestionada incluso antes de avisar a los servicios médicos). Aportar líquidos, suero fisiológico (que podemos hacer en casa con agua, limón y una pizca de sal en caso necesario), poner a la persona en un lugar fresco o mojarle la piel para bajarle la temperatura.

La homeopatía nos puede ayudar con Belladona (cabeza congestionada con dolor pulsante, congestión en la cara y pupilas dilatadas), Glonoinum (dolor de cabeza con latido perceptible a simple vista de las carótidas, mente confusa, palpitaciones y problemas locomotores), Mellilotus (dolor de cabeza congestivo con cara roja que mejora tras una hemorragia nasal).

Quemaduras solares

Normalmente la exposición al sol no llega a producir un golpe de calor y menos una insolación, pero sí las típicas quemaduras propias del verano. En este caso, salvo en quemaduras graves, no es necesario acudir a los servicios médicos de urgencias.

Ya que las quemaduras son afecciones menos serias, nos centraremos en la infinidad de remedios conocidos para aliviarlas.

Podemos hacer varias cosas para aliviar las molestias y favorecer la recuperación cutánea.

Un yogur natural fresco extendido sobre la zona afectada alivia la sensación de quemazón y aporta nutrientes a la piel para su regeneración. Plantas como el Aloe Vera (quizá la más importante), Hamamelis (disminuye el dolor y previene las infecciones) y Llantén (en forma de cataplasma ayuda a la regeneración). También podemos usar algunas que tengamos en casa como las pulpas de manzana, la col o la lechuga machacadas y aplicadas en la zona afectada.

En general, para las quemaduras hay remedios caseros que son muy efectivos, os citaré algunos de fácil preparación:

Pulpa de Aloe vera para las quemaduras

El aloe vera es la planta más eficaz para todos los problemas de piel. Tiene una cantidad impresionante de vitaminas, oligoelementos y agua que calman, hidratan y regeneran cualquier alteración cutánea. Utilizada del natural se cortan las hojas más antiguas de la parte inferior de la planta de aloe de más de tres años de edad, se abren por el centro y se aplica su pulpa sobre la piel. También podemos encontrar en tiendas de productos naturales cremas con un 99% de concentración de aloe vera.

Ungüento de Caléndula para las quemaduras

Los principios activos de esta bella flor ayudan a solucionar eficazmente quemaduras, a reducir la hinchazón y una posible infección. El ungüento de caléndula se encuentra comercializado por diferentes marcas de cosmética natural y se aplica directamente en forma de masaje por la zona enrojecida.

Compresa de hamamelis para las quemaduras

La hamamelis (Hamamelis virginiana) es un excelente antiséptico y astringente que evita la infección y hace mínima la hinchazón de la piel. Para ello lo más apropiado es el agua destilada de hamamelis muy fácil de encontrar embotellada en farmacias y tiendas de dietética. Mojamos una gasa en la destilación y la aplicamos en forma de compresa sobre la quemadura. Se retira cuando esté seca.

En la despensa para las quemaduras

La patata cruda rallada aplicada con una gasa en forma de cataplasma es un gran calmante y refrescante produciendo un alivio instantáneo de la piel quemada. La miel aplicada externamente es un excelente recurso para ayudar a prevenir la infección. Bañar suavemente la piel con bicarbonato sódico o té negro frío también han sido remedios calmantes y curativos de la medicina tradicional

Homeopatía para las quemaduras

Contamos con Arsenicum Album (dolores ardientes, ansiedad, regenerador de tejidos), Belladona (con los síntomas anteriormente descritos, regenera tejidos), Cantharis (quemaduras con ampollas) y Urtica Ureas (quemaduras con picor).

Como siempre, la adquisición y dosificación le los remedios homeópatas citados en el artículo debe ser supervisada por un profesional homeópata, ya que, aunque en dosis naturales, no dejan de ser medicamentos.

Por otra parte, es necesario recordar que lo mejor que podemos hacer en todos los casos es prevenir. Muchos de estos problemas se evitarían teniendo un mínimo de cuidado. De cualquiera de las maneras, nunca están de más estas recomendaciones.

Finalmente, desearles a todos un feliz periodo estival y, a los que se las puedan permitir, unas felices vacaciones sin tener que recurrir a ninguno de estos remedios.
 

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