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sociedad - VIERNES, 8 DE JUNIO DE 2012


La escuela para los más pequeños del circo. f. raso.

cronica / espectáculo circense
 

El mundo mágico del Circo
Royal llega a Ceuta

Dirigido por la familia Ribas, catalanes que
representan la octava generación de artistas circense, el llamado “mayor espectáculo del mundo” ofrece un universo de sueños bajo una carpa estrellada
 

CEUTA
Nuria de Madariaga

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Hablar con el patriarca Enrique Ribas. director artístico del Circo Royal es una experiencia casi literaria, habida cuenta de que con su historia y la de sus antepasados puede escribirse, no una novela, sino el reflejo de una saga de artistas con siglos de trayectoria. Del carromato con el que los abuelos de sus tatarabuelos recorrían nuestra geografía a los primeros camiones utilizados por la “troupe” y de ahí a al nacimiento hace sesenta años del propio Enrique Ribas bajo las gradas de su circo en pleno espectáculo porque su madre, también artista, abandonó la pista para dar a luz ayudada por la partera del pueblo. Y del paritorio, con minutos de vida, a ser presentado por su orgulloso padre ante el público asistente al espectáculo. No extraña que este director polifacético que ha desempeñado todos los oficios sobre la pista, de trapecista a equilibrista, de músico a payaso representando incluso a España en certámenes internacionales de clows, orgulloso padre de un campeón mundial de kick boxing Bruno Ribas y excepcional locutor y presentador, no sorprende en absoluto que se defina a sí mismo diciendo que “lleva el serrín de la pista del circo en la sangre”.

Que el mundo mágico del circo es una vocación, un pálpito y un sentimiento es algo que no se puede poner en duda y toda la familia Ribas, siglo tras siglo, lo ha sentido y sigue sintiéndolo en la persona de su pequeño nieto, un niño talentoso que da clases junto al resto de los más pequeños de la troupe en la gran caravana habilitada como escuela y dirigida por una profesora del Ministerio. Y podría decirse que en todos los niños del circo late una vena artística heredada, porque compatibilizan cursos y estudios con una vida de arte y belleza paralela, son niños afortunados y eso mismo debió pensar la princesa Estefanía de Mónaco cuando se casó con un artista de circo y vivió durante años con sus tres hijos en una roulotte, para que los principitos “aprendieran” la vida de esfuerzo, sacrificio, fantasía, disciplina, superación y amor por los animales que conlleva el compartir el día a día con una troupe internacional. Ocho nacionalidades distintas se cuentan en el Circo Royal y otros tantos idiomas, el elenco es de primera categoría y es uno de los dos únicos espectáculos donde los trapecistas se atreven con el “triple salto mortal” que es un auténtico prodigio estético. Distinto, eso sí, a la gélida perfección del Cirque du Soleil del que he presenciado en directo dos representaciones distintas y es más pura coreografía y exquisito ballet que un “circo-circo”.

El Royal que se alza en la explanada de la Marina es más tradicional, tiene espectáculo equino y ayer estuvimos visitanto precisamente a todos los animales que viven cómo marqueses ¡Esos caballos blancos cómo la nácar que responden a sus nombres y tienen cara de saber latín! Y los graciosos ponis que parecen perritos y se les ve muy mimados, de hecho había un grupo de padres con niños visitando a los animales y jugando con ellos. Pero la verdad es que el tipo de instalaciones que disfrutan los animales del circo son incluso mejores que las de un zoológico y los artistas equinos, caninos y los saurios se ven vivaces y bien alimentados. ¿O es que alguien va a dudar de mi cualidad de declarada amiga de los animales? Nadie y quien lo haga es por envidia o por vapores etílicos, pero les cuento que los perros son los más graciosos, astutos y felices que he visto en mi vida ¿Y los cocordilos? Puede contarlo el propio Consejero de Sanidad el doctor Hakim porque en la roulotte del director Enrique Ribas estábamos el reportero Fidel Raso y servidora admirando los coloridos y suntuosos trajes de gala cuando llegó la comitiva de Sanidad para examinar las instalaciones. ¿Y cómo se quedaron cuando entraron en la enorme caravana de los cocodrilos y vieron el césped artifical, las piscinas con fuentes y las paredes decoradas con pinturas de escenas tropicales para que los bichos se sientan a gusto y ambientados? ¿Y lo que comen los saurios? Carne blanca, ternera, pollo hervido y corazón ¡Más quisieran los mileuristas! Eso sí, los cocodrilos miran con muy malos ojos y tienen una mueca despectiva en sus bocazas llenas de dientes que parecen cuchillos, para mí que por mucho que disfruten del césped artificial y las atenciones de un hotel de cinco estrellas esos bichos tienen mala leche y que me perdone el director del Royal al que se le ve siempre pendiente y desviviéndose por sus animales que, además, son visitados semanalmente por un veterinario que cuida de su salud. Dentro del mundo mágico cirquense los animales son unos compañeros más y todos les quieren y les miman, tratándoles cómo a mascotas, porque aunque son artistas son también mascotas.

¿Y qué pudo pasar para que los de El Pueblo de Ceuta estuviéramos “horas” extasiados observando los preparativos de la función de hoy, haciendo fotos en la roulotte-escuela, escuchando las historias apasionantes de Enrique Ribas sentados en la primera fila de asientos desiertos y embelesados por la cúpula estrellada que es la carpa? Pues que el mundo mágico “nos atrapó” y caímos en sus redes que son las mismas que les colocan por ley a quienes vuelan en los trapecios y cuando llegaron los de Sanidad, lo que iba a ser una visita profesional se convirtió en un lento recorrido, observándolo todo, subyugados por los relatos del director que nos explicaba cada detalle y nos hacía observar lo bonitos que son los caballos y lo lindos que son los perros, las dimensiones del graderío y sus actuaciones dos años consecutivos en las ciudades más importantes de Marruecos ante un público que adora ese compendio de música, cromatismo centelleante, risas, situaciones de riesgo, virtuosismo profesional y guiño a los sueños que es el Royal. “Suenan tres avisos, primero, segundo, tercero...Todos preparados, se entra en la pista y se siente la luz potente de los focos...¡Miren, miren, se me pone la piel de gallina!” ¿Y cómo es el mágico Royal “contado” por Enrique? Pues una experiencia única e impactante de la que disfrutamos todos y más el Consejero que es un gran cinéfilo y sabía de memorieta todas las grandes películas sobre el tema ¿Sabían que Burt Lancaster viene del circo? Así escena tras escena, recreando la belleza en movimiento que es cada actuación, el lujo del vestuario de los artistas ¿Han leído una novelaza de Gary Jennings que se llama “Lentejuelas”? Mucho mejor que “Azteca” porque recrea la vida en un circo europeo del siglo XIX (la familia Ribas ya llevaba mucho tiempo dando guerra por los caminos de la Iberia Vieja) y cuenta cómo se quedaron en Inglaterra cuando vieron por vez primera un elefante. ¿Y qué best seller podría escribirse de la estirpe Ribas? Sí, de los hombres y mujeres que llevan en las venas el serrín de la pista y que están hechos a emocionarse en cada función y a disfrutar incluso más que los espectadores en cada una de las representaciones ¿Y a quien no le gustaría compartir por un tiempo esa vida nómada? Siempre teniendo en cuenta la calidad actual de las roulottes porque la del director es más grande que un apartamento normal y tiene dos dormitorios. ¿Y el espíritu de “gran familia” de esa raza particular integrada por gentes de todas las razas y que trabajan en equipo haciendo un trabajo formidable? Subyugante el conjunto, linda y tranquila la escuela donde se imparten las clases en español pero donde los niños hablan entre ellos en diferentes idiomas porque los aprenden casi sin darse cuenta, al tiempo que el arte de un oficio que se pierde en la noche de la Historia, saltimbanquis, juglares, titiriteros, payasos, músicos, equilibristas, magos, contorsionistas y grandes estrellas del mundo animal. De los caminos a las grandes cortes europeas, del carromato y el carro tirado por mulas a las modernas roulottes y la era tecnológica, de la helada perfección estética del Cirque du Soeil a la chispa, la alegría y la más pura tradición cirquense del Royal. ¿Van ustedes a disfrutar de la magia del mayor espectáculo del mundo? Yo allí estaré.
 

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