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                     Creo que es uno de los servicios, 
					a tono, con las necesidades de Ceuta y en el que encuentras 
					casi de todo, con unos precios muy equilibrados, de unos 
					puestos a otros, lo que indica que la calidad también será 
					similar entre esos puestos. 
					 
					Ahora bien, lo que no me cuadra mucho es esa irregularidad a 
					la hora de abrir las puertas y que no tiene una explicación 
					que la Puerta de Colón se abra a las siete de la mañana, 
					mientras que la de la Plaza de la Constitución no se abra 
					hasta las ocho. 
					 
					Y es que, entre los buenos servicios que hay en el mercado 
					central está el de la churrería, a donde van, o vamos, a 
					desayunar docenas y docenas de personas, antes de comenzar a 
					trabajar y al no abrirse esa puerta, que es la de entrada a 
					la churrería, la mayor parte de quienes tienen que entrar a 
					las ocho y media se tienen que buscar otro sitio en lugar de 
					tomarse el café con los churros donde lo querían hacer, si 
					el servicio del mercado fuera más ágil a la hora de abrir.
					 
					 
					Y no estoy diciendo que eso de las ocho de la mañana sea una 
					hora tarde, pero lo que sí digo es que no hay razón de peso 
					para abrir una puerta y dejar la otra cerrada, con lo que un 
					negocio, que paga sus impuestos, que tiene varios 
					trabajadores en su nómina y que presenta unos productos muy 
					del agrado de mucho público está siendo perjudicado, al 
					tenerse que estar esa media hora o más, con los brazos 
					cruzados. 
					 
					Porque, y esto debería saberse en las instancias superiores, 
					el personal está ahí, desde primerísimas horas de la mañana, 
					con lo que sólo la desgana o la falta de interés en que todo 
					esté funcionando, desde pronto, hace que ese servicio no 
					comience a funcionar media hora o tres cuartos de hora 
					antes. 
					 
					Aquí, como en otras muchas cosas, nos volvemos a encontrar 
					con la misma letanía y es que cuando hay menos trabajo, ni 
					siquiera se permite trabajar todo lo que quieran o puedan a 
					aquellos que sí tienen un puesto de trabajo. 
					 
					Hay unos encargados de abrir las puertas, de mantener el 
					control en el mercado, y esos están desde temprano, con lo 
					que ese abrir una puerta y dejar cerrada la otra no tiene 
					sentido alguno, porque lo único que ocasiona es que quienes 
					tienen que ir a trabajar no puedan, por ejemplo, desayunar 
					antes donde ellos quisieran, en este caso en la churrería, 
					cuando, además, a esas horas en la zona esa no son muchos 
					los establecimientos que ya están funcionando. 
					 
					Siempre hemos sido de la opinión de que los servicios deben 
					funcionar por ellos mismos, y no ponerlos pegas a la hora de 
					ese funcionamiento. 
					 
					El restringir horarios, el no dejar campo abierto a aquel 
					que quiere trabajar, lo que conlleva es que, ahora más que 
					nunca, un negocio que va marchando, pierda parte de su 
					clientela, pierda ganancias y que todo esto pueda llegar a 
					prescindir de una parte de sus trabajadores, en cualquier 
					momento, si la “caja” no da para todo. 
					 
					Tengo una buena relación con las personas que hacen 
					funcionar, y muy bien, la churrería del mercado central y me 
					gusta visitar el mercado, en cuanto tengo tiempo para ello, 
					pero no termino de ver claro por qué motivos no se empieza a 
					funcionar desde un rato antes, cuando la realidad es que de 
					lo único que se trata es de abrir una puerta, media hora o 
					tres cuartos de hora, antes de la hora que se viene 
					abriendo. No es más que eso, y no creo que ocasione tanto 
					trabajo. 
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