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OPINIÓN - DOMINGO, 17 DE JUNIO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Caballas: enemigo acérrimo de la AD Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Luis Aróstegui, tras hacerse con las riendas de Caballas, consiguió muy pronto lo que estaba deseando desde hacía ya muchos años: convertirse en el opositor más furibundo que pudiera tener el gobierno presidido por Juan Vivas. Pues al actual líder de la formación política, dirigida otrora por Mohamed Alí, le ha encantado siempre ser el centro de atención de sus conciudadanos. Sin embargo, éstos le han venido desdeñando en las urnas. Por lo tanto, nadie debería extrañarse de que a nuestro hombre se le haya ido agriando el carácter hasta límites inconcebibles.

Ni siquiera la consecución de un escaño de concejal, después de muchas intentonas fallidas, parece haberle satisfecho. Y hasta puede que esté sobreponiéndose a un amago de frustración. Ya que Aróstegui sabe muy bien que, de no haberse camelado a Mohamed Alí, nunca habría vuelto a formar parte de la oposición municipal. Una oposición necesaria. A todas luces. De no ser así, los gobernantes, que tienden a hacer de su capa un sayo, tendrían el camino expedito para seguir cometiendo desmanes.

La función fiscalizadora de Caballas es atosigante para las autoridades locales, porque Aróstegui y Alí –éste, más crecido que nunca- no cesan de denunciar irregularidades. Las autoridades se defienden diciendo que Aróstegui denuncia de manera imprudente, por el mero afán de desacreditar a personas e instituciones. En cambio, el susodicho se defiende propalando que Caballas está ejerciendo un control político del quehacer gubernamental de modo eficiente, con valentía y acierto. Aunque nuncan cuajan sus presuntas pesquisas corruptas, en los juzgados.

A mí me agrada sobremanera que el Gobierno local sea sometido a continuas inspecciones por parte de Caballas; si no fuera así, esto es, si no se le investigara por parte de la oposición, seguramente terminaría siendo algo parecido a la Federación de Fútbol de Ceuta: un desastre en todos los sentidos.

Precisamente, durante los últimos días, Caballas, por medio de sus voces más autorizadas, o sea, las de Aróstegui y Alí, no ha dejado títere con cabeza. Le ha atizado de lo lindo a Luz Elena Sanín, senadora del Partido Popular, llamándole racista y xenófoba; demasiado castigo para lo denunciado por ella. Le ha dado fuerte y flojo al propietario del Hotel Ulises; quizá porque Karim Bulaix se ha dejado ver mucho con el ex delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, a quien Aróstegui detesta con avaricia. Tanto o más que a Francisco Márquez; del cual, cuando se encarta, hace el chiste adecuado. Tampoco se han olvidado los dirigentes de Caballas de acusar a las autoridades de despilfarrar dos millones de euros, si acaso deciden adjudicarle a una empresa la gestión del Auditorio. Y algunas cosas más, sin duda, que se me habrán quedado en el tintero.

En cambio, cuando se van a cumplir nueve días de la reelección de García Gaona, como presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta, Aróstegui y Alí se han guardado muy bien de decir esta boca es mía. Han mantenido al respecto un silencio sepulcral. Cuando son conscientes de que ese organismo recibe subvenciones municipales y no se sabe cómo se emplean. Eso sí, disfrutan alardeando de ser enemigos acérrimos del primer equipo de la ciudad. Y hasta brindan por su desaparición. Y, si se produce, saldrán diciendo que es un logro de ellos. De Caballas, claro está.
 

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