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					Como fuera anunciado por la Casa Real, el mañana miércoles 
					20 de junio, SM el rey Juan Carlos visitará la ciudad 
					Algeciras, en señal de apoyo, según dicen, al Benemérito 
					Cuerpo de la Guardia Civil, con motivo de la labor que lleva 
					realizando en las aguas de la Bahía de Algeciras, 
					protegiendo a los pescaderos de la comarca, no 
					permitiéndoles faenar, tras el hostigamiento que sufren un 
					día tras otro por parte de patrulleras gibraltareña.  
					 
					Siendo presuntamente también, el motivo de esta visita de 
					Juan Carlos a Algeciras, una réplica a la visita que 
					realizaran días pasados a Gibraltar miembros de la Casa Real 
					inglesa, para entre otras cosas, inaugurar la nueva terminal 
					del aeropuerto, al celebrarse en Inglaterra el jubileo de la 
					reina Isabel II. 
					 
					El programa a desarrollar por el Monarca español es todo una 
					incógnita, pero según ha trascendido a la opinión pública a 
					través de la prensa, el Rey es posible que visite primero la 
					Comandancia de la Guardia Civil y posteriormente se 
					trasladará en automóvil hasta llegar por la calle Trafalgar 
					al Ayuntamiento, donde el alcalde y diputado nacional del PP, 
					José Ignacio Landaluce, le impondrá la insignia de oro de la 
					ciudad, entregándole también al Rey, supongo, el bastón de 
					mando de madera o de marfil de Algeciras. Y antes o después, 
					se ha publicado también, que el Monarca se dará un paseíto 
					en barco por la Bahía de Algeciras. 
					 
					Estimado lector, cuando el Rey de España ponga pie por 
					tierra, mar o aire en Algeciras, se encontrara los balcones 
					de las calles y plazas engalanados con banderas españolas. 
					Pero que no se confunda o lo confundan, porque son 
					sentimientos de la población hacia la selección nacional de 
					fútbol y no por su visita tan patriota a Algeciras. 
					 
					También debo resaltar que como Algeciras se encuentra 
					inmersa en la Feria Real, que comenzara el pasado viernes 
					con la coronación de la reina y su corte de honor. Debido a 
					que la puerta principal de la Comandancia de la Guardia 
					Civil está colindante con el recinto ferial, es probable que 
					al Monarca lo reciban algunos ciudadanos vestidos de corto y 
					de faralaes. Y si se pegara el Rey un baño de multitudes, 
					saludando a los congregados en las inmediaciones de la 
					comandancia, hasta le podían leer la mano, para averiguarle 
					el futuro más inmediato que le espera. Y le regalarían un 
					ramito de romero, para aromatizar el ambiente, si es que 
					percibe la feriante pedigüeña una limosna real. 
					 
					En cuanto a lo de embarcarse y darse un paseo por aguas de 
					la bahía, espero que el mar esté en calma, porque si 
					coincide con un fuerte temporal de Levante de los habituales 
					en El Estrecho. Si la travesía la hace el Rey en sus 
					embarcaciones veraniegas Bribón o Fortuna, complicado lo 
					tiene el Monarca y su numeroso sequito, porque más de un 
					tripulante necesitarán pastillas para combatir el mareo. Así 
					como, bolsas de plásticos para vomitar en ellas y no en la 
					mar, para no ser más contaminada más de lo que está, porque 
					un día tras otro hay escapes de algún tipo. 
					 
					Carnavaladas aparte, debo ponerme serio, porque el anuncio 
					de la referida visita de Juan Carlos a Algeciras, ha sido 
					acogido con división de opiniones por parte de las 
					autoridades y población campogibraltareña, porque los hay 
					quienes la aplauden, así como, los que la critican al 
					considerar que es un acto simbólico sin trascendencia 
					alguna, para los intereses generales del conjunto de la 
					población de la comarca. Porque Juan Carlos “al reinar y no 
					gobernar”, no viene a paliar la mucha hambruna y miserias 
					que se padece en esta comarca tanto política, económica, 
					medioambiental, social, etc., etc. Estando en el 
					Ayuntamiento de La Línea que trinan, hasta el punto, que he 
					leído que hay presuntamente intención de boicotear la visita 
					del Rey. 
					 
					Por consiguiente, de Algeciras, La Línea y del resto de los 
					municipios de la comarca del Campo de Gibraltar, es obvio 
					que se acuerdan de nosotros más allá de nuestras lindes 
					cuando truena, nunca mejor dicho, porque somos el culo, con 
					perdón, tanto de Andalucía, de España y de Europa. Y estamos 
					totalmente abandonados por parte de los reinos andaluces del 
					Palacio de San Telmo en Sevilla y de los de La Zarzuela 
					madrileños. Habiendo pagado la comarca todas las 
					consecuencias a lo largo de la historia del contencioso 
					entre España y Gibraltar. Sufriendo directa e 
					indirectamente, cuantas medidas de presión ejercieron contra 
					las autoridades y habitantes de la Roca.  
					 
					Y si Gibraltar pertenece a Inglaterra, no es por culpa de 
					nosotros, sino de las dinastías de los Borbones y Austrias, 
					porque en la Guerra de Sucesión española que mantenían ambas 
					dinastías, para obtener el apoyo de los ingleses y conseguir 
					una de ellas el poder absoluto en España, se le regaló a lo 
					ingleses la Roca. Por lo tanto, esas monarquías son las 
					responsables de que Gibraltar no pertenezca a Andalucía y 
					por ende a España desde el 13 de julio de 1713.  
					 
					Y eso es así porque está plasmado en el artículo X del 
					Tratado de Utrecht con entre otros los siguientes términos
					 
					 
					“El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, 
					cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la 
					plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de 
					Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas 
					que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente 
					para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, 
					sin excepción ni impedimento alguno”. 
					 
					Otra cosa muy distinta es la expansión que lleva haciendo 
					Gibraltar sin prisas pero sin pausas por tierra, mar y aire. 
					Pero ellos no tienen la culpa de apropiarse de lo que no les 
					corresponde, porque como entre piratas anda siempre el 
					juego. Fue y sigue siendo incomprensible, que un atilas de 
					la política andaluza de la Junta de Andalucía, cuando hace 
					unos años naufragó un barco muy cerca de las costas 
					gibraltareñas, reconoció que no se reflotaba el barco por 
					parte de las autoridades andaluzas y españolas, al haber 
					naufragado en aguas territoriales gibraltareñas.  
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