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OPINIÓN - LUNES, 25 DE JUNIO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Vigilancia policial y reforma legal
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Notable buena fe en la medida de aumentar el número de policías en el centro de Ceuta para tratar de “controlar” a quienes hacen del robo una forma de vida o una ocupación habitual, amparados en unas leyes de mierda que aún no han sido capaces de borrar del ordenamiento la “falta” de hurto, lo que es un chollo para los delincuentes que pueden robar impunemente y sin ir a la cárcel.

Desde este periódico y antes de las elecciones, elaboré un análisis sobre la punición de los hurtos y la reincidencia, bien motivado, lo suficiente cómo para que un mes más tarde saliera Convergencia i Unió proponiendo exactamente lo mismo y clamando por lo sangrante que resulta el que hayan llegado a España auténticas mafias de ladrones que roban, entran, salen y pasan el centenar de antecedentes, encantados de haberse conocido y de “operar” en España. Lógico que los poderosos a quien es harto improbable que le roben la cartera en el metro y que no suelen tener comercios donde entren los maleantes a hacer una sangría, consideren algo insignificante y que no merece castigo el que a un parado le birlen los 50 últimos eurillos que le quedan para comer a fin de mes, ni consideren relevante la desesperación de los comerciantes que llegan a arruinarse ante la proliferación de robos de mercancías.

No es justo que se lleve a la ciudadanía a la desesperación al tener conciencia que robar en España “sale gratis” y que esto es “el coño la Bernarda”. Y pueden patrullar cien policías e ir identificando a quienes ellos “saben” que son sospechosos. De hecho puestos 50 individuos en una sala es muy probable que con tan sólo barajar perfiles tanto policías, cómo guardias civiles, criminólogos, funcionarios de prisiones y abogados penalistas sean más que capaces de señalar sin errar a quienes son delincuentes. Se nota, se palpa, se huele, es un latido o es una sensación, pero existe. De hecho la única medida disuasoria es, como en el resto de los países europeos, elevar las penas por hurto, con independencia de la cuantía de lo robado y también aumentar las penas por robo con expulsión automática caso de ser el ladrón extranjero.

¿Y les parece políticamente incorrecto que los Gobiernos legislen para proteger y amparar a sus ciudadanos? Más bien no, más bien lo que resulta una sinvergonzonería es que desamparen a sus nacionales para hacerle zalemas a los delincuentes extranjeros y presumir de “garantistas”.

En efecto, muchas garantías con los ladrones y muy pocas con los hombres que son falsamente denunciados por violencia doméstica y que van directamente a unos calabozos que los malhechores no llegann a pisar. ¡Y no digamos si son “menores”! Me refiero a zangalotones ya con barba y con los huevos negros, más peligrosos que mandados a hacer de encargo que se crecen ante la presencia policial chillando ¡Soy menor!. Maldita sea la Ley del Menor y el imbécil que la parió. Nada que no tenga solución volviendo a rebajar la edad penal a 16 años y que entren al Módulo de Menores pero en las cárceles y que los antecedentes de los criminales de menos de 18 años no desaparezcan.

Un ejemplo, miren a una generación completa de jóvenes, de ahí saldrán para el día de mañana los farmacéuticos, los empleados, los abogados, los ingenieros, los obreros y también los criminales, porque no existen generaciones donde “todos” sean espíritus puros sino que existen en el ser humano patologías y características que se dan afortunadamente en porcentajes bajos pero que les hacen peligrosos.

Todos los delincuentes, criminales, dictadores y psicópatas de la Historia han sido alguna vez en su vida tiernos bebitos. Y lo mismo que existen diabéticos, alérgicos, minusválidos o aquejados por síndromes, existen los psicópatas, los bipolares y los perversos. Y la sociedad tiene que protegerse de ellos ¿Con un policía en cada esquina? No, mejor con leyes realistas que respondan a necesidades urgentes y reales, a necesidades graves.
 

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