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					El Consejo de Europa reunido en la jornada de ayer en la 
					localidad francesa de Estrasburgo aprobó en su Asamblea 
					parlamentaria, donde se reunían 47 paises con intervenciones 
					de tres minutos cada uno, una iniciativa planteada por 
					Alemania, sobre la situación de los gitanos romaníes. 
					 
					El Grupo Parlamentario Europeo Popular había dejado plena 
					autonomía y libertad de voto para apoyar o rechazar la 
					iniciativa alemana, pero la parlamentaria ceutí, Luz Elena 
					Sanín, apoyó la propuesta germana para defender los derechos 
					del colectivo gitano que se ven perseguidos en algunos 
					lugares y constituyen en Europa un colectivo de diez 
					millones de personas con una antiguedad de más de 700 años, 
					con sus derechos consolidados. 
					 
					En el informe se puso en valor la Declaración Universal de 
					Derechos Humanos adoptada en 1.948 en Naciones Unidas, al 
					reconocer a todos los seres humanos que nacen libres e 
					iguales en su dignidad y derechos sin distinción de raza, 
					color, sexo, idioma u opinión política. 
					 
					El objetivo del Consejo de Europa y de la Convención Europea 
					de 1.950, planteó la parlamentaria ceutí en su intervención, 
					“es garantizar el respeto a los derechos humanos y a las 
					libertades fundamentales, sobre la base de un común 
					entendimiento y observancia de esos principios, por parte de 
					todos los estados miembros y, considerando esa idea 
					fundamental que es, precisamente, base de nuestra Unión no 
					podemos -dijo en su intervención-, sustraernos al apoyo de 
					la recomendación que debatimos”. 
					 
					“Las minorías étnicas son la parte más endeble de la candena 
					social -continuó Luz Elena Sanín-, y por ello se rompen los 
					derechos humanos y se desestructura la familia, al 
					restringírseles el acceso a la educación, a la sanidad, al 
					trabajo o a la vivienda digna”. “Existe un mínimo 
					constitucional, -expuso Sanín Naranjo en su intervención- 
					aplicable a todo ser humano: aquellos derechos que 
					pertenecen a la persona o a aquellos que son imprescindibles 
					para la garantía de la digniodad humana”. 
					 
					El espacio europeo debe respetar, dijo Sanín, este “mínimo” 
					en lo que se refiere a las políticas de lucha contra la 
					inmigración ilegal. De otro lado, a lo que se refiere a la 
					población legal, de poblaciones romaníes, Europa debe 
					acometer acciones específicas encaminadas a paliar la doble 
					discriminación a la que se enfrentan los miembros de este 
					colectivo por su étnia.  
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