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					Esta semana dijeron basta. Los integrantes de los juzgados 
					de lo Penal números 1 y 2 de Ceuta aunaron esfuerzos y por 
					separado remitieron al Consejo General del Poder Judicial 
					sendos escritos en los que exponen la situación de inminente 
					colapso de ambos tribunales, como consecuencia de la falta 
					de medios humanos.  
					 
					Cuando lo lógico sería que se habilitara un tercer juzgado 
					de lo Penal en Ceuta, se mantienen, por ejemplo dos juzgados 
					de lo contencioso-administrativo que, sin menoscabar la 
					importancia de su labor, no tienen un volumen de trabajo 
					como para mantener la existencia al menos del segundo de 
					ellos. 
					 
					Ya en mayo, este diario informaba de la gran carga de 
					trabajo judicial que suponían, por ejemplo, las ejecutorias 
					penales. Se supera con creces la media nacional en cuanto a 
					asuntos que tratan, y de hecho, si funcionan adecuadamente 
					es sencillamente por mor de las personas, escasas personas, 
					que trabajan en ellos y que suplen las carencias con una 
					dedicación digna de encomio. 
					 
					La propia secretaria de Gobierno de Juzgados y Tribunales, 
					Josefa Villar, explicaba a primeros de mayo en este diario 
					que se sentía muy solidaria con el problema. “Me produce 
					escozor”, dijo textualmente Villar, al ser interpelada por 
					este diario en torno a la carga de trabajo que soportan 
					ambos juzgados de lo Penal de Ceuta. 
					 
					En enero de 2007 se abría el tercer juzgado de lo Penal, que 
					cerró sus puertas el 31 de diciembre del siguiente año y 
					pasó a convertirse en el sexto juzgado mixto, esto es, de 
					primera instancia e instrucción. 
					 
					Los juzgados de lo Penal números 1 y 2, con sus respectivas 
					y mermadas plantillas de funcionarios adscritos -menores en 
					número de lo que estaría dispuesto por la administración de 
					Justicia- emiten del orden de 1.600 ejecutorias penales al 
					año. Son actos jurídicos de enorme importancia, ya que no 
					sólo consisten en la plasmación por escrito de las 
					sentencias que dictan los magistrados, sino que suponen la 
					ejecución de facto de las mismas, en el sentido que sea. 
					 
					Los funcionarios no dan abasto y eso que cada uno de los dos 
					juzgados se turna semanalmente para acoger las vistas orales 
					en la sala que comparten en la segunda planta del edificio 
					Ceuta Center. Aunque muchos de los juicios son muy rápidos, 
					ya que la tónica habitual es que se produzcan muchas vistas 
					de conformidad en torno a delitos contra la salud pública, 
					lo cierto es que el papeleo que conlleva cada uno de ellos 
					es ingente. 
					 
					“La carga de trabajo que soportan es superior a la media 
					nacional”, confirmaba la propia secretaria de Gobierno de 
					Juzgados y Tribunales de Ceuta en torno a este asunto. 
					 
					También en junio de este mismo año, el representante de CCOO 
					en la Junta de Personal de la Administración de Justicia de 
					Ceuta, Miguel Almedina, proponía que se consolidaran como de 
					plantilla los refuerzos para las ejecutorias penales. 
					 
					En el escrito que se dirigió recientemente por parte de los 
					dos juzgados al Consejo General del Poder Judicial se ponía 
					de manifiesto la situación de práctica “mendicidad” en 
					cuanto a tener que estar cada cierto tiempo solicitando que 
					se vuelva a renovar el refuerzo de plantilla interino. Äntes 
					se realizaba cada seis meses. Ahora, teniendo en cuenta las 
					medidas de austeridad impulsadas por el Gobierno y 
					trasladadas desde el Ministerio que titula Alberto Ruiz-Gallardón, 
					la petición ha de hacerse cada dos meses. 
					 
					Es una situación insostenible y que amenaza con que ambos 
					juzgados entren en una situación de colapso en poco tiempo. 
					 
					Por poner ejemplos, el Juzgado de lo Penal número 1 de 
					Sevilla, que ha alcanzado notoriedad a nivel nacional por 
					casos como el asesinato de Marta del Castillo, no llega ni a 
					la mitad de asuntos que pueda tratar cualquiera de los dos 
					juzgados de lo Penal de Ceuta. La pelota, pues, está en el 
					tejado del Ministerio de Justicia. 
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