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					Una operación conjunta de la Policía Nacional y de la 
					Agencia Tributaria ha culminado con la incautación de 2.800 
					kilos de hachís en plena autovía A-7 y la detención de 15 
					personas. Los arrestados, según informa una nota de prensa 
					remitida por el CNP, formaban parte presuntamente de uno de 
					los grupos de “narcotraficantes más activos de la costa 
					levantina, que ha sido desarticulado cuando intentaba 
					introducir en Alicante las casi tres toneladas de hachís en 
					una furgoneta”.  
					 
					El conductor del vehículo cargado con la droga se dio a la 
					fuga “a gran velocidad” y más tarde a pie fue alcanzado y 
					arrestado por los investigadores. Al conocer la operación 
					policial, uno de los integrantes de la organización tiró a 
					la basura una bolsa de plástico con 33 teléfonos móviles. 
					Además, la investigación patrimonial sobre la organización 
					de narcotraficantes ha embargado seis inmuebles 10 
					vehículos, así como el bloqueo de 20 cuentas bancarias.  
					 
					Las pesquisas sobre este grupo organizado comenzaron en 
					diciembre de 2011. El operativo final ha permitido arrestar 
					a 11 personas más, entre las que se encuentra “el enlace de 
					la organización con los proveedores del estupefaciente”. 
					Este enlace, localizado en Ceuta, también se ocupaba de 
					facilitar apoyo al grupo y localizar a los pilotos de las 
					embarcaciones encargadas de transportar la droga desde las 
					costas marroquíes hasta España. Los agentes han registrado 
					nueve inmuebles en la provincia de Alicante y en estos 
					registros se ha intervenido “gran cantidad” de material 
					informático, documentación, 60 teléfonos móviles y 10 
					vehículos.  
					 
					En la “cúspide de la estructura criminal de la organización 
					se encontraba un ciudadano español, apodado ‘el califa’ por 
					los contactos que se había labrado en Marruecos con 
					diferentes proveedores de hachís”. Bajo sus directrices 
					operaban desde su principal lugarteniente hasta conductores 
					o incluso un subgrupo de seguridad que acompañaba en todo 
					momento al líder para “dar protección y detectar una 
					eventual investigación policial”. El operativo se cerró 
					cuando se descubrió que la organización preparaba un 
					importante envío de hachís en la autovía A-7. Los agentes 
					interceptaron dos vehículos y se incautaron 90 fardos de 
					hachís, con un peso de 2,8 toneladas, además de un teléfono 
					satelital  
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