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                     Cuando el otro dia me iba de sus 
					puertas, no sabría decir, si fuera esto un adiós o un hasta 
					la vista, porque un CHELLARAM, se fuera del colegio que 
					forma parte de mi vida, si me encuentro un papel entre mis 
					cajones, con una nota que decia, “calendario de 
					actuaciones”, y las tutorias, a la atención de los padres, 
					infantil y primaria, y los profesores de secundaria, si me 
					viniera a la mente, hace diez años justo, cuando las 
					lagrimas contenía como un churumbel, asomarme al patio del 
					SAN DANIEL, cuando mi profesora desde chiquillo , la 
					SEÑORITA MARIBEL, me sacara a darme un abrazo, y enseñarme a 
					todos los profesores, que mientras mi NATALIA , recogía su 
					banda de FIN DE CURSO, ella me decía, ¡ es que el padre, fue 
					alumno mio !... 
					 
					Si con la cara de puchero, un momento de mi vida, se quedaba 
					entre los ladrillos de las paredes, por cando fueron diez 
					años, que lucía en el brazalete, cuando jugaba al futbol en 
					el patio del recreo hace ahora justo, en mi despedida, 
					TREINTA AÑOS, que no son nada.. 
					 
					Porque siempre le tuve ley con el paso de los años a aquella 
					generación que pasamos de Franco a la Transición, y la 
					llegada del Rey Don Juan Carlos, con el susto de Tejero, y 
					las incertidumbres, que nos marcaron aquella infancia, con 
					las bombas de la Comandancia de Marina y el Hotel Ulises, 
					siempre arropados por aquellos profesores, que con las 
					lágrimas contenidas, cerraban puertas y ventanas, mirando a 
					sus niños. 
					 
					Si me dejé el baby colgado cuando derrumbaron la SAGRADA 
					FAMILIA, aquella agrupación escolar PIO XII, y apareció 
					metafóricamente, entre los escombros, todavía en el 
					perchero, de las clases, que tenían sus ventanas a la calle 
					del CEBOLLINO, esta vez pienso con la tristeza y la 
					melancolía, que se va por las puertas una CHELLARAM, mi hija 
					NATALIA, y espero que siempre con el recuerdo de todos 
					aquellos mis compañeros inolvidables, aquellas familias, que 
					desde parvulos a la segunda etapa, eran los BLANCO, LOS 
					JARAMILLO, los PALLERO, LOS CHELLARAM, y muchos amigos que 
					no hemos perdido el contacto como Jesus ORTIZ, Ruiz 
					SEVILLANO, Felipe ANDUJAR, Damián, Miguel Angel ROMAN, León, 
					Guillermo Perez, y Jose Maria Diaz CAPARROS. 
					 
					Aquella incertidumbre, cuando conocimos a los compañeros, 
					que estaban tostados y curtidos por la brisa del mar, cuando 
					llegamos a la Avenida Martinez Catena, a compartir el piso 
					de ellos, la Barriada JUAN XXIII, y siempre nos saludamos 
					por la ventana de los autocares, y diciendo hasta mañana 
					compañeros, que algun dia, compartiremos la musica del 
					casete, viniendo con nosotros a CEUTA... 
					 
					Aqui mi homenaje y mi cariño, a la Señorita MARIBEL, 
					Señorita, Paqui, Señorita Mari, Señorita Montse, Señorita 
					Julia, Don Santiago, Don José, Señorita Reyes, Señorita 
					Mariluz, Don Francisco Arrillaga, Don Carlos, y no creo que 
					me olvide nadie en el tintero, de toda la generación que me 
					dió clases y curtir una vocación moral al amparo de querer 
					siempre a mi ESPAÑA, frase que llevo en el alma por mi 
					señorita MARIBEL. 
					 
					- A Belen, a Nitu, a Paco Pino, a Ñoño, y la fusión con el 
					SAGRADO CORAZON, siempre con cariño, con afecto, amigos en 
					el colegio, amigos fuera, y saliendo por las puertas, alguna 
					lágrima se me caería, por sus rincones, por los premios que 
					conseguí dibujando, por las tardes de Navidad, por los Fin 
					de Curso, por los goles que marqué , al abrazo de 
					compañeros, y por nuestra DORITA nuestra Virgen Maria, allá 
					que se nos fué al cielo, con Vicente, con Aguilera, con 
					Luisma, que tienen sus notas con sobresaliente, allá en el 
					infinito. 
					 
					-No me olvido de los ladrillos, que porque son mios, los que 
					trajimos salados de la Carretera Nueva, los que trajimos de 
					Pio XII, los que estan por sus paredes, tocarlos o besarlos, 
					quererlos y mirarlos, y siempre, siempre, que nunca se me 
					olvide, que siempre fuimos una palabra SAGRADA, una FAMILIA. 
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