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					Una de las actividades que más atrae a los jóvenes ceutíes 
					sigue siendo un año más el piragüsimo. Prácticamente desde 
					el primer día que se abren las inscripciones, las plazas se 
					cubren. Unos 200 alumnos participarán en esta campaña de 
					verano que organiza el Instituto Ceutí de Deportes con la 
					colaboración del Club Los Delfines, uno de las entidades más 
					laureadas de nuestra ciudad. 
					 
					En cada curso participan veinticinco alumnos. Este pasado 
					lunes comenzó el tercero, pero todavía faltan por llegar los 
					que se celebrarán en hasta el final del mes de julio y 
					agosto, tras las fiestas patronales. 
					 
					Participan niños y niñas nacidos entre el año 1997 y 2003, 
					que durante este periodo de tiempo aprenderán las nociones 
					básicas de este duro deporte, que en nuestra ciudad ha 
					logrado grandes éxitos con campeones de España e 
					internacionales. 
					 
					Pero el gran objetivo no es sólo que los alumnos aprendan a 
					mantenerse en una piragua, sino que algunos de los 
					participantes se enganchen a este deporte y continúen 
					practicando el mismo y en un corto plazo de tiempo pueden 
					pertenecer al equipo de competición de esta emblemática 
					entidad local. 
					 
					Las clases comienzan todos los días a las diez y media de la 
					mañana, terminando aproximadamente a las dos y media de la 
					tarde. La organización suele ser casi perfecta, recogiendo a 
					los niños en varios puntos de la ciudad para trasladarlos 
					hasta el Pantano del Renegado y tras el entrenamiento, 
					volverlos a llevar a sus domicilios. El precio del curso es 
					de 10,25 euros y está dirigido por Víctor López Iglesias y 
					Antonio Peña Bao, aunque los que repiten caen en las manos 
					de otro conocido monitor Carmona. 
					 
					“Hay que tener mucho cuidado a la hora de que los niños 
					conozcan este deporte, pues es muy duro y hay que darles un 
					poco de vidilla. En una semana que van a estar aquí hay que 
					intentar que disfruten y por tanto, además de enseñarles las 
					cosas básicas del piragüismo, hay que tratar que también se 
					diviertan, por lo que hacemos juegos y otro tipo de 
					actividades al margen de esta modalidad. Nos encontramos 
					niños que están físicamente muy justitos y es que muchos 
					apenas hacen actividad deportiva y aquí lo que intentamos es 
					que vean que el deporte es positivo y que pueden disfrutar 
					practicándolo”, comentó Víctor López. 
					 
					El primer día navegan con unas piraguas de recreo que son 
					estables, pero a partir del segundo día comienzan a trabajar 
					con las de promoción que “son un poco más complicadas y 
					menos estables, por lo que puede haber caídas al agua, 
					aunque ahora en verano igual los niños lo agradecen”, 
					comentaron los monitores. 
					 
					La idea es que en estos cursos de verano se puedan captar 
					alumnos para el invierno y que algunos puedan pasar a formar 
					parte del equipo de competición en unos años. “Es 
					complicado, pues del pasado año sólo continuó una niña, 
					Paula. De los 200 que participan esperamos que este año 
					podamos captar entre dos o tres, lo que sería un gran éxito 
					para todos”, comentó Víctor López. 
					 
					Cada curso se cierra los viernes con una regata y la entrega 
					de un diploma a cada alumno. 
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