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					La directora de Cáritas Interparroquial en Melilla, Pilar 
					Illázquez, reconoció que la crisis económica ha provocado 
					que el número de familias que acuden en demanda de ayuda se 
					haya incrementado entre un 50 y un 70 por ciento en el 
					último año. Añadió también que el perfil de los usuarios ha 
					cambiado y que “el rostro de la pobreza ha cambiado, y es el 
					de una familia de clase media”. Illázquez no obstante 
					destacó que la Ciudad ha aumentado la cuantía de los 
					convenios. 
					 
					La crisis económica se está cebando cada vez más con las 
					familias melillenses. De hecho, Cáritas ha constatado nada 
					menos que un 70% de aumeto en el número de familias que 
					solicitan ayuda a la organización solidaria. 
					 
					La directora de Cáritas Interparroquial en Melilla, Pilar 
					Illázquez, manifestó que las distintas Cáritas melillenses 
					alertan de que ha aumentado el número de demandantes de 
					ayuda.  
					 
					“Viene gran cantidad de personas a pedir ayuda, y en su 
					mayoría son nuevos rostros de la pobreza, familias que han 
					perdido su trabajo y se están viendo desbordadas y abocadas 
					a acudir a Cáritas”, dijo. Añadió que hay también muchos 
					retornados, es decir, familias melillenses que residían en 
					la Península y que tras quedar en paro regresan a la ciudad 
					para quedar bajo el amparo de la familia, en concreto, en 
					casa de los abuelos.  
					 
					“Estamos teniendo gran cantidad de demanda de ayuda, pero si 
					es económica y material no se puede, porque no disponemos de 
					grandes montantes, pero se les ayuda, se les acoge, se les 
					acompaña y en lo que podemos, les auxiliamos”. 
					 
					Reiteró la directora de Cáritas Interparroquial en Melilla, 
					que el perfil de las personas que recurre a la institución 
					dependiente de la Iglesia Católica ha cambiado, “ya no son 
					personas pobre sin trabajo con familias desestructuradas, 
					sino que ahora el perfil es de personas que de la noche a la 
					mañana se quedan sin trabajo, con una hipoteca e hijos a 
					cargo. Son personas de entre 30 y 40 años de clase media. El 
					perfil de la pobreza está cambiando”, reiteró. 
					 
					Aunque dijo no ser partidaria de hablar de cifras porque 
					“detrás de los números hay personas a las que ayudamos”, sí 
					que reconoció que en los últimos meses se ha dado un aumento 
					entre el 50 y el 70 por ciento en el número de demandas de 
					ayuda de todo tipo que están llegando a Cáritas por parte de 
					familias sin recursos. Manifestó que los medios de Cáritas 
					son limitados, pero que resulta providencial la ayuda que 
					les llega de la Ciudad Autónoma.  
					 
					“Los convenios que tenemos con Bienestar Social han 
					aumentado su cuantía tanto para el programa alquileres, como 
					las ayudas directas para las personas”. Pero además dentro 
					de Cáritas “los donativos han aumentado”.  
					 
					“En época de crisis el pueblo se vuelve generoso y a pesar 
					de tener poco, comparte, y este año hemos notado un aumento 
					de la ayuda de la administración, pero también de todas 
					estas personas de buena voluntad que se acercan a Cáritas a 
					aportar su donativo y a hacerse socio”, dijo.  
					 
					Es evidente, pues, que la crisis económica está pasando 
					factura y que cada vez son más las familia que no llegan a 
					final de mes con sus propios recursos, por lo que tienen que 
					recurrir a la solidaridad de los demás. 
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