| 
                     
					 
					Hace unos días fui padre, la mejor sensación que creo puede 
					experimentarse en este mundo… y por los tiempos que corren, 
					quizás la única, y lo fui en el hospital de Ceuta.  
					 
					Desde el principio muchos nos preguntaron donde pensábamos 
					tener al niño, y al contestar, con la aplastante lógica que 
					suele ofrecer la naturalidad, que sería en el Hospital de 
					Ceuta, escuchamos, entre otras cosas, vocablos como “locura” 
					o “insensatez”.  
					 
					Por motivos que no vienen al caso y carecen de interés, mi 
					mujer también tiene un seguro privado y, aunque siempre 
					tuvimos la opción de tener al niño en cualquier otro centro 
					sanitario, desde primera hora decidimos que sería en el 
					hospital universitario de Ceuta.  
					 
					Como padres de los llamados “primerizos” (como si tener un 
					hijo no fuese siempre una experiencia única, se tengan los 
					que se tengan) nos asaltaron millones de dudas, miedos y 
					inseguridades…y todas a la vez. Sin embargo, y gracias a los 
					PROFESIONALES (si, en mayúsculas) del Hospital Universitario 
					y a su dedicación, todas las infundadas inseguridades, 
					miedos y dudas desaparecieron en cuestión de segundos.  
					 
					Quiero destacar que la atención recibida tanto en paritorio, 
					como en planta por el grupo de PROFESIONALES que nos 
					atendieron fue mucho más que sobresaliente, muchísimo más. 
					 
					Así, y al margen de un agradecimiento que jamás seremos 
					capaz de expresar, sólo nos quedar decir que recomendamos 
					encarecidamente a los ceutíes que se deje de elitismos y de 
					tonterías, y que piensen que las clínicas privadas derivan, 
					en caso de algún problema serio (nadie quiere que existen, 
					pero pueden ocurrir) a los hospitales públicos, luego para 
					evitar esos posibles traslados y tensiones innecesarias lo 
					más adecuado es acudir directamente a hospitales públicos. 
					 
					Al margen de la formación y de la profesionalidad (ambas más 
					que demostradas) el cariño por el trabajo bien hecho, y el 
					trato amable y cercano que TODO el personal Planta de 
					Maternidad y Paritorio nos han demostrado es, sin lugar a 
					dudas, una elección personal que han hecho, transformando un 
					momento tremendamente complicado y angustioso en según que 
					partes, en una situación maravillosa. 
					 
					Por todo ello, quisiéramos agradecer públicamente a todas 
					las personas que nos han ayudado en la semana de nuestra 
					estancia en el hospital, tanto las que lo hicieron 
					directamente, como las que llevaron ese trabajo “en la 
					sombra2 que muchas veces no se reconoce pero no por ello es 
					menos importante. No queremos poner nombres porque 
					probablemente se nos olvidarían algunos, algo que desde 
					luego no nos perdonaríamos. 
					 
					Por último, una afirmación cargada de razón: Si volvemos a 
					tener hijos, volverla a ser en un hospital público. 
					 
					En nombre de los tres, muchísimas gracias a todos por todo. 
   |