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                     Los empresarios ceutíes que son 
					proveedores de productos y servicios a la Ciudad Autónoma 
					están volviendo a sentir la espada de Damocles de los 
					impagos de sus facturas. En muchos casos, y tal como ha 
					reconocido ya el Gobierno, se trata de pagos pendientes 
					desde enero. El crédito ICO supuso una inyección de moral 
					para estas empresas, la mayoría pymes, que ahora ven cómo, 
					de nuevo, se vuelve a la situación anterior. El Ejecutivo 
					afirma que en uno o dos meses se “regularizará” el 
					procedimiento, pues no hay falta de liquidez sino problemas 
					administrativos, pero, dados los antecedentes, es normal que 
					exista desconfianza por parte de los acreedores. La Ciudad 
					se comprometió, sin que nadie se lo exigiera, a pagar en un 
					máximo de 40 días, los proveedores no piden ya ni eso, tan 
					sólo que se les pague. 
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