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sucesos - MARTES, 17 DE JULIO DE 2012


edificio Ceuta Center. ARCHIVO

REPORTAJE / JUSTICIA
 

“Una sola pregunta: ¿Te gustan los gormitis?”

El fiscal jefe de Ceuta, José Luis Puerta, demuestra su sensibilidad ante la condición humana al interrogar a un menor que quiso prestar testimonio en un caso en el que su padre había sido acusado de malos tratos a su anciana madre

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Hay juicios y juicios. El que abría ayer las sesiones del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta, en la segunda planta del edificio Ceuta Center, se las traía y se pudo ver hasta qué punto los profesionales de la justicia -jueces, secretarios judiciales, fiscales, abogados y agentes judiciales- tienen un profundo conocimiento de la condición humana.

Ayer se evidenció en la sala de vistas, puesto que se juzgaba un caso complicado. Malos tratos a una anciana.

Básicamente, se trataba de un matrimonio con un hijo pequeño que acogía en su casa a la madre del cabeza de familia, una anciana de casi 90 años, con demencia senil.

Los hechos ocurrían en noviembre del pasado año. El matrimonio compuesto por Juan Agustín S.N. y su esposa María Virma, volvía junto a su hijo de corta edad de un concierto. En la casa esperaba la anciana madre de él, Ángeles N., quien desde hacía algún tiempo comenzaba a evidenciar síntomas de demencia senil.

En el entorno de la vivienda se producía una situación anómala, diaria: un grupo de personas se reunía a beber -y posiblemente a drogarse- creando problemas de convivencia y también de ruidos molestos.

Cuando el matrimonio llega, la anciana, desorientada, cree que está en otra parte -según los testimonios- y al abrir su hijo la puerta, arremete contra los tres familiares con su bastón. El hombre se lo arrebata y sientan a la anciana en un sofá hasta que logran calmarla, valorando la posibilidad de llamar a los servicios de urgencia.

Como quiera que la mujer, Ángeles, había proferido gritos de auxilio, los asistentes a la fiesta exterior comenzaron a tirar botellas contra la casa, a proferir insultos y llamaron a la policía, que se personó en el lugar de los hechos.

El hombre, en la cocina, cometió la torpeza de decir “la mato”, en referencia a su propia madre. Como indicó la abogada defensora, lo mismo podría haber dicho “ésto es para pegarme un tiro”.

Pues bien, ayer se sentaba en el banquillo acusado de malos tratos y amenazas. La anciana falleció posteriormente.

Fueron determinantes los testimonios de una trabajadora social de Cruz Blanca, donde la mujer estuvo ingresada posteriormente durante un tiempo, que corroboró el hecho de que la mujer, afectada de demencia senil, había comenzado a sufrir estados en los que deliraba, teniendo comportamientos agresivos y violentos de forma puntual. De hecho, se le retiró el bastón después de que agrediera a tres personas.

Fue muy creíble el testimonio de la esposa del acusado, que indicó con todo lujo de detalles lo que ocurrió -desde su perspectiva, lógicamente-, y que transmitió una sensación de que se trata de una familia normal, muy culta, y que tuvo un problema puntual con una anciana que tuvo que ser sentada para evitar que se hiciera daño ella misma, puesto que incluso quería huir de la casa. El concurso de terceros pudo ser determinante para que un hecho que quizá no hubiera tenido que salir del ámbito meramente médico pasara al ámbito judicial.

Pero lo verdaderamente impresionante fue el testimonio que prestó el hijo de ambos, un chaval que se mostró valiente y fue hasta las últimas consecuencias en su voluntad de declarar qué es lo que ocurrió desde su perspectiva.

Concurría al juzgado por propia voluntad, hay que insistir en ello, y respondió con una presencia de ánimo y una capacidad de expresión poco común en un niño de su edad.

No daba la impresión de haber sido aleccionado, sino de que las palabras -muy cultas- fluían de sí como consecuencia de su propia personalidad e inteligencia, además de un ambiente familiar más que adecuado.

Contó exactamente lo que vio -que no defirió de la versión de los hechos que contaron sus progenitores- y que suscitó la simpatía de todos los presentes. Incluído el fiscal jefe de Ceuta -que a su vez es el titular de la Fiscalía de Menores, por lo que su experiencia y valía es determinante-, que realizó un interrogatorio que cautivó a los presentes.

Tras recibir la venia de la titular del Juzgado de lo Penal número 1, el representante del Ministerio Fiscal pasó al ‘ataque’.

“Una sola pregunta: ¿te gustan los gormitis?”, preguntó al chico, que sorprendido dijo que sí. El fiscal le dijo que se había percatado que en la camiseta que vestía el niño figuraban estos personajes.

El hecho hizo que todos los presentes se percataran -si no lo habían hecho ya- de la dureza de la situación que estaba pasando la familia.

En este momento, ya se acabó el interrogatorio al pequeño.

Con posterioridad, el Ministerio Fiscal, amparándose en los testimonios de las personas que habían depuesto previamente, pidió una sentencia condenatoria para el padre -un año de prisión, con suspensión de pena- teniendo en cuenta de que en el calor del momento el hombre podría haber zarandeado más de la cuenta a su propia madre.

Por su parte, la letrada defensora, Caridad Casadevante, realizó una última intervención con gran brillantez, evidenciando las contradicciones que habían ofrecido los testigos y el hecho de que el que el hombre hubiera proferido una amenaza contra su madre delante de la policía era algo asumible sin repercusión penal en un estado en el que se había producido una situación caótica y con presión exterior.

También puso de relieve el hecho de que los testigos, antes bien de ofrecer ayuda, hubieran actuado de una forma impropia.

En todo caso, la causa quedó vista para sentencia no sin antes de que la letrada de la defensa pidiera la libre absolución del acusado.
 


La demencia senil, un problema para el enfermo y para sus familiares

Demencia es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales. Característicamente, esta alteración cognitiva provoca incapacidad para la realización de las actividades de la vida diaria. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje (afasia), la atención, las habilidades visuoconstructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas. Los dementes según avanza la enfermedad pueden mostrar también rasgos psicóticos, depresivos y delirios. La enfermedad posteriormente se hace más evidentes incluso con alucinaciones.

Los dementes suelen experimentar cuadros de confusión al ser hospitalizados o secundarios a otras enfermedades como infecciones o alteraciones metabólicas.
 

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