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OPINIÓN - VIERNES, 20 DE JULIO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Símbolos de España: conejo y toro
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

¿Por qué los españoles hemos tenido siempre fama de ser individualistas e indisciplinados?

La pregunta se me hace de sopetón. Y es que frente a mí hay un amigo, a quien sus numerosas lecturas le han dado un importante bagaje cultural, pero que tiene la manía de tratar de poner en un aprieto a cualquiera sin venir a cuento. Su forma de proceder, cual si fuera un presentador de concursos televisivos dedicados a hacer preguntas generales y populares, quizá se deba a que siempre aspiró a ser una especie de Carlos Sobera en la televisión pública de Ceuta. Sueño que no ha visto cumplido. Si bien a mi amigo, todo hay que decirlo, tal fiasco nunca le ha quitado el sueño.

Carraspeo lo justo, y miro disimuladamente a una señora que pasa por delante de nosotros subida en unos topolinos que realzan su figura hasta convertirla en la mejor terapia para depresiones actuales, antes de meterme en faena. Es decir, antes de responder a quien espera impaciente lo que yo pueda decirle sobre por qué a los españoles se nos ha tenido siempre por individualistas e indisciplinados. Al grano:

-Los pobres son tendentes a ser individualistas. Cómo no van a serlo quienes han de disputarse la comida cada día. Cómo no van a ser egoístas quienes han de luchar diariamente por migajas entre criaturas como él abocadas, en muchos casos, a pasar esa tenue línea que les puede llevar a la exclusión social. Los pobres, además, miran con aversión hacia quienes ellos creen que son culpables de su situación. Y, por supuesto, debido a su crianza, no se les puede pedir que sean un dechado de educación. Con lo cual nos encontramos con esa indisciplina que acabó forjando la mejor camada de anarquistas en España.

-De acuerdo, dice mi amigo, pero tú me estás hablando de una España de los tiempos de Maricastaña.

-Lo será para ti. Que naciste cuando Franco hizo llorar a Arias Navarro. Pero no para mí; que vine al mundo cuando todavía resonaban los últimos cañonazos de nuestra guerra. Y la canina que había se bastaba y se sobraba para hacer la selección natural de españoles. O sea, para que cada vez fuéramos menos los que tuviéramos acceso a las miserias que nos daban racionadas.

-Te veo venir, Manolo, y sé que de un momento a otro me dirás que estamos a punto de volver a las andadas…

-No. Hasta ahí no llego. Pero toma nota de lo que te voy a decir: el hecho de que la superficie de nuestra tierra, España, recuerde la piel de toro, y que se denomine “fiesta nacional” a las corridas de toros, hace pensar si la palabra “España” tiene origen taurino. Mal pensado. “España es país de conejos”. Ya que ésa, y no otra, es la acepción de la raíz span. El conejo es un simpático mamífero cuyas exigencias estomacales no son excesivas, ya que se contenta con roer todo lo que puede cuando las cosas van mal dadas, acostumbra a vivir en madrigueras y resulta fácil domesticarlo. “El español es resignado y paciente, sin exigir suculentas viandas para comer ni lujosos palacios para vivir, igual que los conejos. Pero cuando le explotan, engañan o invaden, se le hinchan las narices y reacciona con la fuerza, energía, poder y ferocidad de un toro con los años precisos”. No olvides, amigo, que conejo y toro son símbolos de España. Así que los políticos deberían ser conscientes de que están pisando arenas movedizas.
 

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