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					La comunidad islámica vive desde hoy un mes 
					extraordinariamente importante en su religiosidad: el 
					Ramadán. Es un mes sagrado, en el que las personas hacen un 
					esfuerzo físico y mental para centrarse en cumplir con los 
					preceptos del Islám. Ayer por la noche se celebró un acto 
					muy emotivo en Benzú: la mezquita de Ibn Ruchd fue la 
					elegida este año para acoger el evento protocolario de 
					inicio del Ramadán. El presidente Juan Vivas fue quien 
					encendió las luces ornamentales que daban el pistoletazo de 
					salida a una celebración religiosa que vivirán día a día, 
					durante un mes, los musulmanes. 
					Ya ha empezado el Ramadán. Desde hoy y hasta dentro de un 
					mes, los musulmanes ceutíes experimentarán una vivencia 
					personal, familiar y comunitaria que es extremadamente 
					importante: el Ramadán. 
					 
					El lugar elegido para escenificar con todos los honores el 
					inicio de esta celebración religiosa que tanto esfuerzo 
					personal implica fue la barriada de Benzú, concretamente la 
					mezquita Ibn Ruchd. 
					 
					Allí se congregaron muchas personas para asistir al acto 
					protocolario del encendido de la iluminación ornamental y 
					festiva que apoya institucionalmente la celebración. Al 
					frente se encontraba el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, 
					acompañado de una amplia representación del equipo de 
					Gobierno.  
					 
					Antes del encendido oficial de las luces ornamentales, Vivas 
					departió con representantes de la comunidad islámica ceutí. 
					Tomaron té y exquisitos dulces -al igual que el té, hecho 
					con ese agua de Benzú inigualable- durante unos momentos y 
					posteriormente se dirigieron al lugar en donde los técnicos 
					habían ubicado el dispositivo que iba a poner en marcha la 
					iluminación y que activó el propio presidente. 
					 
					Junto a Juan Vivas se encontraba el presidente de la Unión 
					de Comunidades Islámicas de Ceuta, Laarbi Al-Lal Maateis. 
					 
					Cada año se elige una de las mezquitas de Ceuta para 
					simbolizar el inicio del mes de Ramadán y éste ha sido el 
					año de la barriada de Benzú. 
					 
					El presidente de la Ciudad puso de relieve que la 
					celebración del inicio del mes de Ramadán se realizó en “una 
					barriada entrañable, con solera”. 
					 
					Y es verdad, puesto que además, como puso de manifiesto, en 
					Benzú se disfruta de una de las “mejores vistas del mundo”, 
					como apuntó Vivas, si bien destacó que lo verdaderamente 
					importante, “sobre todo, es la gente, la muy buena gente que 
					aquí vive”. 
					 
					Una “querida barriada de Ceuta” en la que se dieron cita 
					numerosos miembros del equipo de Gobierno para arropar la 
					apertura del mes de Ramadán. 
					 
					Juan Vivas quiso felicitar “de todo corazón, en nombre de 
					todos los ceutíes, a la querida comunidad musulmana de 
					Ceuta”, tan presente y tan notoria en la ciudad. 
					 
					Así, la máxima autoridad de la ciudad quiso reflejar el 
					clima de “respeto, consideración y afecto” que subyacen en 
					la ciudad entre todas las comunidades que comparten el día a 
					día. 
					 
					Vivas subrayó el hecho de que es un mes “sagrado, de 
					recogimiento, de purificación del cuerpo y del alma”, 
					valores, según puso de manifiesto, “siempre necesarios y en 
					estas circunstancias -declaró con respecto a la crisis 
					global- más que nunca”. 
					 
					El Ramadán, desde la perspectiva del presidente, es 
					“sacrificio y generosidad”, entendiendo estas actitudes, 
					como el posicionamiento de “estar cerca de quien más sufre”, 
					en referencia a aquellos que peor lo están pasando como 
					consecuencia de la crisis económica generalizada. 
					 
					Juan Vivas expresó, finalmente, su más sincera felicitación, 
					en nombre de todo el pueblo de Ceuta, a la comunidad 
					musulmana de la ciudad, ante el inicio del sagrado mes de 
					Ramadán. 
					 
					Previamente al encendido de la iluminación ornamental, el 
					presidente tuvo la oportunidad, junto a varios consejeros 
					del equipo de Gobierno, entre ellos la vicepresidenta 
					Yolanda Bel, de compartir unos instantes de relajación en el 
					centro cultural anexo a la mezquita. 
					 
					Tras la activación de la iluminación, en mitad de una puesta 
					de sol espectacular, cómo sólo puede verse en Benzú, los 
					presentes prorrumpieron en un espontáneo aplauso. 
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