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OPINIÓN - DOMINGO, 5 DE AGOSTO DE 2012

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 30.

Desde hace un tiempo, vamos desde que preside el Gobierno de España Mariano Rajoy, sentarse ante el televisor se ha convertido en un martirio chino. A cualquier hora que lo enchufe, con el fin de regatear los problemas diarios, tiene uno que tragarse los males que nos aquejan y que, según nos dicen los locutores del medio, serán los que nos lleven a vivir como trogloditas. Da la impresión de que existe un concurso diario entre cadenas a ver cuál de ellas es capaz de meternos más el miedo en el cuerpo. Parece mentira que una gran mayoría de españoles nos sepamos de memoria los nombres de quienes están al frente de las instituciones monetarias europeas. La crisis económica nos ha obligado a hablar de Merkel como si fuera nuestra vecina del quinto. Y qué decir de Mario Draghi; personaje que se ha convertido en motivo de todas nuestras conversaciones y desdichas. Tampoco se queda atrás Christine Lagarde: directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Menos mal que hay un personaje del cual se dice que simpatiza con lo español y que siempre esperamos de él una noticia agradable. Se trata de Wolfgang Schaeuble: el ministro de Finanzas de Alemania que nos recuerda al mejor Ironside. Con semejante panorama por delante, siempre pendiente de la prima de riesgo, lo extraño sería que no hubiera una especial ternura por las emisiones deportivas. Único terreno en el que, de vez en cuando, las gentes tienen un aire satisfecho. Porque si siempre existe un perdedor, forzosamente tiene que haber un ganador.

Martes. 31

Salgo de la redacción de este periódico a las dos y media de la tarde, tras haber hablado con el gerente durante un buen rato. Y encamino mis pasos por la calle Jáudenes hacía Pedr’os (establecimiento que sigue manteniendo el ambiente que merecen sus productos y su servicio), cuando me cruzo con un señor que me para y me pide por favor si le puedo atender unos minutos. Le digo que sí y el hombre entra pronto en acción. “Mire, De la Torre, le leo todos los días y nunca ha dicho usted ni pío sobre el sueldo que viene cobrando Jesús Fortes por estar al frente de eso que han dado en llamar Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. Un sueldo de cinco cifras que hace hablar hasta los muertos en los tiempos que corren. No hay derecho a que usted silencie algo así. Y, dado que hacía ya tiempo que quería decírselo, en cuanto lo he visto, créame, me he dicho: Anselmo, te ha llegado el momento”. Mire, Anselmo, yo creo haber escrito algo al respecto. Aunque fue al principio del nombramiento. Pero, a pesar de mi buena memoria, no lo podría asegurar. Ahora bien, lleva usted razón en contarme que no es de recibo sacarse de la manga semejante cargo, gratificado con 5.000 euros, si nos atenemos a los tiempos de crisis económica que se están viviendo. Por lo cual, entiendo que usted califique ese nombramiento de nepotismo: racanería utilizada en la antigüedad para enchufar amigos y parientes.

Miércoles.1

Cada vez que paso por delante del edificio donde vive parte de la familia Gallardo, sito en la calle Jáudenes, me acuerdo de don Eduardo Gallardo. Con quien tantas conversaciones mantuve hasta que su padecimiento de Alzheimer lo recluyó en su domicilio. Pero mentiría si no dijera que el afecto que le profesaba, y le sigo profesando, a don Eduardo, pasó íntegramente a Alberto; uno de sus hijos. Alberto me comunicó un día que estaba pachucho y me puso, como a todos los que le queremos, un nudo en la garganta. Confieso que mis oraciones a mis santos predilectos fueron todas para él, durante el tiempo que anduvo sometido a los cuidados médicos. Hoy, cuando le tengo frente a mí, le he visto que está hecho un roble. Y así se lo he dicho. Alberto, que es persona muy activa, más bien hiperactiva, está metido en tareas de ayudar al prójimo. Los prójimos de Alberto son las personas que sufren de Alzheimer. Y le he preguntado al respecto. Y me ha puesto al día de cómo está la Fundación. En principio, rebosa alegría por la finca que, a mediados de este mes, le cedió el Ministerio de Defensa para que la Fundación Eduardo Gallardo pueda poner en marcha un centro de día para tratar a quienes padecen de esa enfermedad. Cierto es que ahora viene lo más complicado: la Fundación necesita dinero para acometer las obras en el edificio. De momento, parece ser que los empresarios de la ciudad están respondiendo a su llamada: la de Alberto. El cual está, además, muy satisfecho con el número de personas que se están apuntando a la Fundación, aportando dos o tres euros mensualmente. Alberto espera que la Ciudad colabore en la tarea. Una tarea tan necesaria como necesitada de mucha ayuda. Ah, la parcela cedida por el Ministerio de Defensa se encuentra a la vera del antiguo Hospital de la Cruz Roja.

Jueves. 2

Decido pasear por el recinto ferial. Lo hago con parsimonia. Recreándome en cuanto pueda aportarme datos de la diferencia que pueda existir entre esta Feria y otras ya sumidas en el túnel del tiempo. Y, a pesar de que yo sigo manteniendo que tiempos pasados nunca fueron mejores, acabé reconociendo que las actuales fiestas agosteñas de esta ciudad hacen que uno sienta nostalgia de todas las anteriormente vividas. No se trata de un problema generacional. En absoluto. Se trata de comparar lo presente con lo pasado. Y lo presente es que la Feria no deja de ser una verbena de barrio residenciada en sitio céntrico. La Feria de Ceuta, tan celebrada por propios y extraños no ha mucho, ha ido decayendo en todos los sentidos. Sí, reconozco que la crisis económica ha obligado a quien proceda a suprimir gastos; pero ello no es óbice para que la imaginación, esa loca de la casa, salga al quite con ideas capaces de seguir manteniendo lo ideal en cualquier feria que se precie. Desgraciadamente, las fiestas agosteñas de la tierra han caído en picado. Menos mal que siempre nos quedará recordar que en esta Feria la protagonista fue la Manzanilla La Guita. La suministrada por José Antonio Rodríguez (éste sí que sabe). Una manzanilla que ha sido capaz de hacerle decir a Juan Vivas que él no traicionará nunca a los suyos. Ante la mirada complaciente de Pedro Gordillo. El vino tiene esas cosas…

Viernes. 3

Necesito despejarme un poco. Salir a la calle con el fin de olvidarme del paseo que di ayer por la noche por el recinto de una Feria que me produjo una pobre impresión. Es mi impresión, y por ello estoy en mi perfecto derecho de expresarla. Así que me sitúo en mi esquina predilecta de un establecimiento céntrico. Y, mientras le estoy dando coba a una cerveza, no me percato de la llegada sigilosa de alguien que tiene una imaginación que para mí la quisiera yo. Tiene la persona a la que me refiero, además de imaginación, mucha gracia. Y, transcurridos unos minutos, va y me dice: “¿A ver si eres capaz de acertar a quién de la ciudad se parece Mario Draghi, director del BCE?”. Y, tras responderle, varias veces, que tenía el nombre en la punta de la lengua, decido contestarle que es la viva estampa de Juan José León Molina. León Molina, por si ustedes no lo saben, se hizo socialista en los años ochenta. Y ocupó varios cargos en el partido. Por cierto, hace ya un mundo que no se me ha presentado la oportunidad de cruzar palabra alguna con él. Primer acierto. “Dame una definición de cohete”, dice mi interlocutor. “Cohete, cohete, cohete… Cohete es un cilindro con pólvora y un palito que se usa para joder al prójimo. En las manifestaciones contra el alcalde se ha puesto de moda hacer uso de ellos. Porque es sabido que Vivas siente horror por los petardos desde que era pequeñito”. Bien, dice quien poco menos que me está sometiendo a un examen sicológico. La siguiente prueba se trata de que digas algo sobre el lenguaje político al uso. A mí, que entiendo poco de sutilezas, eufemismos y neologismos cursis, dicho lenguaje me recuerda al de Cantinflas. De Guillermo Martínez no he dicho yo ni pío, que conste, ¿eh? Mi conocido busca mi fallo y me hace la pregunta más fácil, según él. Si yo digo pensamiento de Descartes tú que eres capaz de responderme: “Me bajan el sueldo, luego existo”. Mi conocido va arrugando el entrecejo ante mis contestaciones, y decide someterme a otra prueba. Remedio para no sobresaltarse: “Tratar por todos los medios de no saber nada acerca de la prima de riesgo y, mucho menos, oír lo que diga los viernes Mariano Rajoy”. La sesión termina con la clásica expresión de no hay más preguntas. Continuará.

Sábado. 4

Saturnino Martínez del Olmo me llama para decirme que ya está en Ceuta. Es un madrileño que se deja ver por Ceuta cada verano. Y allá que acudo a reunirme con él para charlar un buen rato. Lo hacemos en el Hotel Parador La Muralla. A nuestra conversación se une Carlos Chocrón. Que pasaba por allí. Carlos está con ganas de hablar y se le nota. Así que me dice que le ha gustado mi columna de hoy. Lo cual es muy raro. Puesto que Carlos es muy especial. Llegado el momento me despido de Saturnino y me encamino hacia ‘El Mentidero’. Allí me encuentro con varios conocidos que tienen a bien presentarme a Juan Luis Conejo: urólogo nacido en Cádiz y que reside en esta ciudad. Juan Luis y yo nos ponemos a pegar la hebra. Y nos lo pasamos en grande. Recordando cosas de la bahía gaditana. Sale a relucir el ‘Habla de Cádiz’. Que así se titula ese libro de Pedro M. Payán Sotomayor. Que lleva ya muchas ediciones. Debido a que yo he hecho uso en uno de mis escritos de la palabra Buyatón (Órgano sexual femenino). Que se emplea corrientemente entre los letristas del carnaval como eficaz eufemismo en sustitución del término tabú. Con Juan Luis Conejo he quedado citado para continuar nuestra conversación sobre temas variados.
 

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