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OPINIÓN - LUNES, 6 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Volvieron las huelgas
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

En esta ocasión de RENFE y en una de las fechas que más pueden perjudicar, por ser en los días que más gente se mueve, en tren o por otros medios.

Esta huelga de los trabajadores de RENFE Operadora, Adif, así como de los ferrocarriles de vía estrecha Feve, se convocó contra la liberalización del transporte de viajeros.

¿Hasta donde llegó esta huelga?. Mucho menos lejos de lo que los convocantes se proponían, por lo que hubo en ella mínimas incidencias, pero siempre molestas.

Unos trenes tuvieron más problemas que otros, pero especialmente las incidencias surgieron en los trenes de las primeras horas de la mañana, aunque fueran incidencias limitadas o muy limitadas, digan lo que quieran los huelguistas.

Por parte del ministerio correspondiente se establecieron unos servicios mínimos suficientes para que el tráfico no se alterara, cosa que no agradó demasiado a los convocantes.

Un 75% de los trenes de alta velocidad o de larga distancia no tuvieron problemas para circular, con lo que la huelga se quedó en eso de “amagar” y “no dar”, o en una simple huelguita.

Como no podía ser de otra forma, los incidentes fueron más que nada provocaciones de parte de los convocantes que no soportan la normalidad en lo que a ellos les gusta como alboroto.

Mínimos retrasos, escasamente de un cuarto de hora en cercanías, alguna barricada en tierras catalanas, pero, al final, normalidad sin que hubiera que tomar ningún tipo de medida especial por los incidentes.

Y frente a esto, lo de siempre, el baile de los números, que nunca coinciden entre los organismos oficiales y los convocantes.

Fomento, órgano superior en todo esto, ha dicho que la participación de los trabajadores, en la huelga, rondaba escasamente el 20%. Lo que indica que si un día cualquiera, en medio de semana, en nuestro país circulan por encima de los 1700 trenes, en el día de la huelga funcionaron en torno a los 1100.

A esto se redujo, con los números por delante, esa huelga a la que tan sólo van de buen grado los liberados y, escasamente, sus familias.

Pero lo malo de todo esto es que los impresentables que han querido romper la operación salida, con esta huelga, que fue un fracaso, no saben medir las pérdidas económicas que trae todo esto.

Y en una época en la que no se puede perder ni un euro, en ninguna parte, según Fomento, por esta huelga=”juerga”, RENFE va a perder por encima de los tres millones entre los billetes que no se vendieron y los billetes anulados. Aquí está lo más intolerable, en los momentos más difíciles es cuando cuatro desalmados tratan de romper más la situación.

A partir de ahora, nada me extrañaría que se programara alguna otra de este tipo, con lo que las pérdidas serían preocupantes, aunque la huelga volviera a ser un fracaso.

Si ahora los sindicatos no son capaces de acercarse para buscar soluciones que no perjudiquen a nadie es que estos sindicatos no tienen derecho a existir.

Y lo más llamativo del “baile” es que los propios sindicatos convocantes hablan de un seguimiento masivo, rozando el 90%, una serie de mentiras y de embustes en un asunto de importancia.

Si ahora lo que prevén es seguir con las movilizaciones, aunque sea para parar la privatización, es que no saben donde están o donde tienen la mano derecha.
 

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