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OPINIÓN - LUNES, 6 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

La fiestas culminan en devoción mariana
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Las Fiestas Patronales de Ceuta que ya acaban, son mucho más que “la sana diversión” y la ocasión gozosa de los anhelados reencuentros agosteños, cuando los hijos acuden a la llamada de la Madre Tierra, que es decir lo mismo que la de “la patria chica” o la pura querencia a la Emperatriz de África que tanto amor otorga a sus hijos.

Me parecen “algo más” porque vienen a confluir en estos días de feria infinidad de factores, por ejemplo, las fiestas como exhibición de arte en estado puro a pie de calle. Y no lo digo tan solo por la pública exhibición de la espectacular talla gótica de Nuestra Señora, sino porque, como diría mi amigo y maestro el escritor Esparza, el arte, para ser arte “ha de ser sublime y dejar sin aliento” y bellotas tiene que lanzar por la boca al hablar, el que carezca de la sensibilidad bastante como para no quedarse sin aliento ante el despliegue majestuoso que es cada año la ofrenda floral a Santa María de África. Cada escena de la ofrenda merecería de por sí ser el tema de una pintura impresionista.

Centros de flores restallando en cromatismo de bodegón, cestos y cestas derramando auténticos jardines coloreados, ramos impresionantes cuidadosamente decorados, ramos más sencillos, manojos de flores, guirnaldas floridas, un auténtico jubileo por la Gran Vía en dirección al Santuario y para unirse al cortejo que realizaría la ofrenda ¿Que les gusta más, la escena luminosa bajo un cielo crepuscular de tonos asalmonados y aromas marinas o el chumba-chumba de las casetas? ¿Que primero una cosa y después la otra porque el acto es maravilloso y en las casetas se cena de fábula? Tienen razón.

Pura dualidad y el guiño de una señora que se dirigía hacia el Santuario, elegantemente vestida en honor a la Reina y llevando en la mano una sola rosa roja primorosamente preparada ¿Han visto que buen gusto?

También presumo que las damas vestidas con trajes flamencos que fueron a rendir honores después se irían a pasear los faralaes por el ferial. Porque allí, en los modelos de las damas, había mucho arte. ¿Qué me dicen del luminoso vestido de la señora de Vivas en blancos y azules y con perlas al cuello? Atrevido pero elegante y también la hermana del Presidente iba elegante en tonos grises. ¿Espectacular?

Como siempre la preciosa esposa del consejero Premi, el año pasado de naranja y este años de verde deslumbrante con el toque “chic” de ser capaz de adornar el vestido de faralaes con un detalle tan atípico como lo es un cinturón con abalorios que le quedaba de fábula. ¿Sencillamente ideales? la esposa y la hija de Antonio Gómez de Delegación de Gobierno con unos modelos de alta moda flamenca con el toque sevillano impreso ¡Si Nati Abascal llega a ver a la mujer de Antonio que tiene porte de top model, seguro que le fusila el modelo y se lo copia! ¿Con clase? La senadora Luz Elena Sanín que fue el único mantón de Manila que se lució durante el evento y además lo llevaba bien encajado sobre los hombros y era un mantón “de los buenos” porque para eso servidora tiene mucha vista. ¿Otro traje bien complementado? El de Yolanda Bel, estampado en colores vivos, pero con el toque señorial de llevar la chaquetilla corta en plan torera y con mangas, en tono marfileño, un complemento muy protocolario cuando se acude a la Corte para cumplimentar a Su Majestad. Lo cierto era que los trajes flamencos se podían contar por docenas, así que para ver estrellas de todos los colores no hacían falta fuegos artificiales. Estas han sido fiestas con glamour.
 

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