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                     Es, desde tiempo inmemorial, 
					alcalde de Marinaleda, además de ser diputado autonómico por 
					IU, todo un comunista, con la forma de ser que esto 
					conlleva. 
					 
					A uno, estando en la lejanía, y no queriendo sentar unas 
					bases en contra de ningún credo político o religioso, el 
					hecho de encontrarse ante un alcalde y ante un cargo electo 
					de una comunidad autonómica como la andaluza, le parecería 
					normal que las actuaciones del señor alcalde fueran a favor 
					de todos, por igual, los habitantes del pueblo que fuera. 
					 
					Sin embargo, el alcalde de Marinaleda y diputado autonómico 
					de IU por Andalucía ha demostrado, junto a una serie de 
					afiliados al Sindicato Andaluz de Trabajadores, han 
					demostrado, repito, ser unos auténticos “rateros”, al haber 
					asaltado hace tres días un supermercado de Arcos de la 
					Frontera y de Écija. 
					 
					Malejos responsables y defensores del pueblo, tanto Sánchez 
					Gordillo como sus correligionarios marxistas del Sindicato 
					Andaluz de Trabajadores. 
					 
					Y lo más vergonzoso de estas acciones es que el diputado de 
					IU justifica su fechoría, el atraco a los supermercados, 
					diciendo que son alimentos de primera necesidad para 
					aquellos desempleados sin recursos. 
					 
					Mientras tanto, el alcalde “ratero” y sus acompañantes salen 
					indemnes de este atropello y no hay autoridad civil, ni 
					autoridad judicial que salga a la palestra y les “lime las 
					uñas”, con las sanciones que eso debiera tener. 
					 
					Lo del alcalde comunista va a tono con sus formas de actuar 
					y lo del Sindicato Andaluz de Trabajadores, de corte 
					marxista que mira hacia la expropiación de las grandes 
					superficies para entregárselas a los pequeños agricultores, 
					también va a tono con una forma no de trabajar, cuyo término 
					no entra en el vocabulario, sino de apoderarse de lo de los 
					demás, por la fuerza, siempre fuera de la ley. 
					 
					Andalucía está dejada de mano de Dios y el hecho de que se 
					permita a estos delincuentes estar sueltos, es el síntoma 
					más claro de que ahí lo único que importa es tener el mando 
					quien lo sigue teniendo pero sin que exista un orden para 
					una correcta convivencia. 
					 
					Tipos como estos están incitando a un cambio que sólo ellos 
					desean, para nuestro país. La propiedad para estos 
					sindicalistas de extrema izquierda no tiene que existir con 
					lo que propugnan el desorden, las algaradas y la “rapiña”, 
					sabiendo que ni a nivel policial, ni a nivel jurídico se les 
					va a llamar la atención. 
					 
					Mercadona fue el objetivo de los del SAT, y no cogieron un 
					par de botes de leche y dos cajas de sardinas, “robaron”, 
					“sustrajeron” o como se quiera llamar nueve carros de 
					comida. Pero ¿Qué hicieron con ello?. 
					 
					Sánchez Gordillo trata de justificar acciones de este tipo, 
					“en estos momentos de crisis”, pero lo que no sé es si no 
					estaríamos, también, en momentos de crisis cuando este 
					“perro” viajó el pasado mayo a Venezuela, naturalmente en 
					avión, y en primera clase, con todo tipo de comodidades. 
					 
					Para lo que no parece ser época de crisis, según las 
					noticias que llegan desde la propia Marinaleda, es para 
					tener un jefe de Policía Municipal con un sueldo más alto 
					que el del propio presidente del Gobierno. 
					 
					Y en Andalucía silencio. Nadie se atreve con este pájaro de 
					cuentas y con sus satélites, hasta el punto de vista de que 
					el propio presidente del Gobierno de Andalucía, el señor 
					Griñán, lo único que ha dicho es que “es una barbaridad que 
					Sánchez Gordillo asalte supermercados”. Claro está que 
					Griñán no puede decir mucho más, porque él es presidente 
					gracias a los votos de IU, o lo que es lo mismo los 
					comunistas y los socialistas unidos son los que llevan las 
					riendas de Andalucía. 
					 
					Lo que son las cosas, Arenas fue incapaz de lograr mayoría 
					absoluta, habiéndoles regalado para otros cuatro años el 
					Gobierno a las izquierdas. 
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