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OPINIÓN - DOMINGO, 12 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Del Bosque: la solución de España
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El rey Juan Carlos, quien lleva varios años que no se quita de encima la mala suerte, ni que le hubiera mirado un tuerto -y perdonen los susceptibles-, debe dar gracias a Dios por la alegrías que le están dando los deportistas españoles. Sobre todo los del fútbol; que para eso hay un marqués al frente de la selección española. Tampoco el tenis, por medio de Rafael Nadal, ha dejado de alegrarle las pajarillas al jefe del Estado, en tiempos de crisis para un monarca a quien el comportamiento de Urdangarin le ha hecho cumplir varios años de una vez.

Los triunfos de los deportistas han sido siempre un regalo llovido del cielo para los hombres poderosos. Recibir a ganadores de cualquier especialidad deportiva sigue siendo debilidad de reyes, de políticos, de empresarios de alto copete y demás componentes de una casta que suele mirar por encima del hombro a los más débiles.

El Rey, el viernes pasado, hizo un alto en sus obligaciones veraniegas para reunirse con Nadal y sus amigos a cenar en un restaurante de Calvià (Mallorca). Con el fin de animar al tenista, a quien ha querido expresar su amistad y apoyo en estos momentos en los que las lesiones le tienen alejado de las pistas. En la fotografía de la cena, sin embargo, vemos que la cara de nuestro Rey expresa más necesidad de ayuda que la del fenómeno de Manacor. No hace falta ser experto de nada para decir que el rostro del monarca deja traslucir un atisbo de soledad incuestionable.

A Vicente del Bosque, por ejemplo, le sucede lo contrario: Del Bosque es el hombre de moda. El marqués está viviendo su etapa soñada. Y, por tanto, irradia felicidad y hasta se permite el lujo de ir por la vida dando lecciones de tranquilidad y de sentido común. Así que ha impresionado al mundo mundial por hablar lo justo y repartir bendiciones en tiempos donde cunde la desesperanza y se ponen en duda todos valores.

Lo suyo es de ensueño… Tras haber pasado unos años que a él, seguramente, le parecieron horribles. Veamos. En 2003 salió despedido de mala manera del Madrid. La temporada siguiente fue contratado por el Besiktas turco y duró nada y menos. Ya que las derrotas se sucedían y los espectadores se iban poniendo cada vez más belicosos. De modo que tuvo que dejar Turquía con celeridad. Sumido en una crisis profesional, que no de dinero, lo cual conviene aclarar, incluso aceptó formar parte de un organigrama técnico del Cádiz CF de la mano de Arturo Baldasano; otro damnificado de Florentino Pérez. Eso sí, Del Bosque vio el cielo abierto cuando Baldasano dijo adiós y allá que se fueron los dos de Cádiz con viento fresco.

Poco podía imaginarse Del Bosque, estando en el paro y sin que su futuro profesional tuviera visos de poder reverdecer laureles, que una salida de tono de Luis Aragonés y el cable tendido por Fernando Hierro, le iban a poner en la senda de unos éxitos que le han convertido en figura indiscutible como seleccionador. Además de ser esa persona que ahora mismo desean sentar a su mesa los personajes más poderosos de la tierra.

La señora Merkel ha dicho, dos días ha: “Deseo comer con Vicente del Bosque”. Creo que Del Bosque es, en este momento, la única persona capaz de convencer a doña Ángela para que le ordene a Mario Draghi comprar deuda española… Mariano Rajoy debería rogarle a Del Bosque, cuanto antes, que no demore más su cita con la alemana. Por el bien de todos los españoles. Amén.
 

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