Un joven con residencia legal en España se enfrenta a una
pena de más de cuatro años de prisión, pero insiste en
defender su inocencia. Ayer tuvo lugar la vista oral que
había sido aplazada por el Juzgado de lo Penal número 2 el
pasado día 26 de julio ante la falta de presencia de uno de
los testigos citados. Aziz E.A. afirma que es inocente y
seguirá hasta el final para defender su condición y su
honor.
La pesadilla para Aziz E.A. comenzaba el pasado día 15 de
mayo de 2011, cuando pretendía embarcar hacia la península
conduciendo un vehículo Mercedes en el que fueron hallados
16.690,08 gramos de hachís, con un elevado grado de pureza,
concretamente del 18,5% de tetrahidrocannabinol.
El joven se trasladaba a Zaragoza para trabajar en el campo
durante dos meses. Como iba apurado de tiempo, un “amigo”,
Bouzekri E., le propuso que se llevase su automóvil y que él
ya lo recogería cuando llegara por sus medios a Zaragoza. Se
conocían previamente de Córdoba, donde juntos habían estado
trabajando en el sector olivarero. El joven afirma que no
sospechaba nada, pero en el interior del vehículo fue
hallada la droga.
El pasado día 26 de julio se celebraba la primera vista
oral, en la que el Ministerio Fiscal pedía lo mismo que
ahora, más de cuatro años de cárcel para el joven. En aquel
entonces, la letrada de la defensa pidió la suspensión del
juicio para que pudiera comparecer un agente de la Guardia
Civil que estuvo presente en la detención y que podría dar
algunas pistas en torno a la reacción del joven cuando fue
localizada la droga.
Ayer se reanudó la vista, pero con distinto letrado
defensor. El primero de los testigos fue un agente de la
Guardia Civil que estuvo presente durante la detención. En
este sentido, era el guardia que estaba a cargo del perro
entrenado en la detección de droga que realiza sus funciones
en la zona de preembarque. Se limitó a comentar que,
efectivamente, el perro “marcó” el vehículo, un Mercedes,
pero que a partir de ahí la patrulla fiscal se llevó el
coche al garaje para su inspección, junto con el joven
conductor, y que en ningún momento llegó a hablar con él.
Con posterioridad fue llamado a declarar un capitán de la
Guardia Civil que también intervino en el asunto y que se
limitó en definitiva a ratificarse en las diligencias
abiertas. Es normal, puesto que dado el tiempo que ha pasado
y el volumen de trabajo que tienen, suele ser habitual que
los agentes recuerden las caras de los detenidos, pero que
no puedan dar demasiados detalles sobre los casos. Sí se
puso de relieve que se realizaron gestiones que dieron como
resultado la confirmación de la identidad del dueño del
coche, el tal Bouzakri, que lejos de ponerse en contacto con
la policía, apagó su teléfono móvil y huyó a Marruecos.
En el último turno de palabra, el joven acusado de un delito
contra la salud pública, y que ya ha pasado en prisión nada
menos que 15 meses, quiso expresarse ante el magistrado juez
de lo Penal número 2 y declaró que había sido “engañado. Yo
sólo imaginaba que esta persona quería ayudarme. Nunca he
andado en esas cosas de drogas, yo sólo soy un trabajador.
Nunca imaginé lo que podría ocurrir”, dijo.
En este sentido, dijo que su “única culpa” fue “confiar” en
una persona que, desde su punto de vista, “se aprovechó del
momento y de las circunstancias”. El juicio quedó visto para
sentencia.
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La defensa admitió que aconsejó al joven declararse
culpable, pero que éste insistió en su inocencia
La mayoría de los juicios por
delitos de droga en los juzgados de lo Penal de Ceuta se
suelen resolver por conformidad, ésto es, que el acusado
acepte la pena impuesta. No fue este el caso, y en la
encendida defensa que realizó de su patrocinado, el abogado
Antonio Navas, llegó a decir que él incluso había aconsejado
al joven acusado que se declarase culpable, pero que éste se
negó. En este sentido, el abogado ofreció la impresión de
que realmente el joven acusado es inocente de los cargos
-hecho que fundamentó posteriormente con datos- y que ha
pasado 15 meses en prisión sin ser culpable.
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