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					Una vez más, la Ciudad deberá hacerse cargo de limpiar las 
					pintadas que algunos vándalos se han dedicado a hacer en las 
					paredes de los edificios de La Manzana del Revellín. “No es 
					la primera vez”, lamenta el consejero de Medio Ambiente, 
					Servicios Comunitarios y Barriadas, Gregorio García 
					Castañeda. 
					 
					Tal como informó EL PUEBLO en su edición de ayer, este tipo 
					de actos vandálicos se repite en el complejo cultural. Los 
					zócalos de los edificios que conforman este conjunto, obra 
					del prestigioso arquitecto Álvaro Siza, son de piedra 
					natural, fabricada en exclusiva. Las paredes se pintaron de 
					un color blanco también muy escogido con el fin de que no 
					resultara deslumbrante.  
					 
					Como ya ocurriera en diciembre del pasado año, a partir del 
					lunes, los operarios de Obimace tendrán que repintar las 
					paredes afectadas, de los edificios públicos y también del 
					privado que da a la calle Padilla. Para la limpieza de la 
					piedra, la superficie en la que más se han ensañado los 
					vándalos, ha de emplearse una máquina especial que proyecta 
					chorros de arena con el fin de causar el menor daño posible 
					a los elementos originales.  
					 
					Además de las pintadas, que en la ocasión anterior también 
					se hicieron sobre los bancos y la fuente central -todos 
					ellos, de piedra natural y diseñados por el propio Siza-, la 
					solería de la plaza central del complejo y de las laterales 
					está llena de manchas de aceite y carburante, fruto de la 
					introducción indebida en ella de vehículos a motor, tanto 
					motocicletas como coches.  
					 
					Aunque la Ciudad puso vigilantes, ello no ha impedido que se 
					vuelvan a producirse estos hechos. 
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