| 
                     Para un etarra confeso y, además, 
					carcelero. Me estoy refiriendo al desdichado Bolinaga que, 
					en su día, muy poca piedad tuvo con Ortega Lara, al que tuvo 
					encerrado, sin que viera la luz del sol, durante más de 500 
					días. 
					 
					Ahora, prisiones otorga el tercer grado al etarra Bolinaga, 
					al carcelero de Ortega Lara. Las leyes sirven para algo, son 
					para cumplirse, pero ya es lamentable que se cumplan por 
					parte de unos y para los otros no existan. 
					 
					Un cáncer parece que es lo que va a permitir a Bolinaga 
					morir en casa, tras la concesión del tercer grado por 
					enfermedad, pero no olvidemos que un cáncer mucho peor, las 
					pistolas de ETA, hicieron que muchos inocentes murieran en 
					la calle por la barbarie de esa maldita banda terrorista. 
					 
					Y ante todo esto PSOE y PP que será en lo único que se han 
					puesto de acuerdo, en los últimos 8 meses, dicen que hay que 
					acatar la ley, una ley que ellos, PP y PSOE, no han sido 
					capaces de modelar para que personajes de esta calaña no 
					tuvieran, ni esa posibilidad de salir de la cárcel para 
					morir, como personas de bien, en su casa. 
					 
					Sin embargo y aquí está el dolor de quienes han soportado la 
					barbarie de ETA, las víctimas del terrorismo recalcan algo 
					que se está dando estos días, que para conseguir algo hay 
					que ponerse en huelga de hambre. Qué poco conseguían, sin 
					embargo, los que estaban en la diana de ETA y qué 
					“compasión” parecen tener políticos y leyes, para con esos 
					asesinos. 
					 
					Y lo más chocante, lo más llamativo es que ahora los 
					reclusos de ETA argumenten que se ponen enfermos porque 
					pasan muchos años encerrados. Pocos años, diría yo, para el 
					terror que han venido desatando, a lo largo de casi medio 
					siglo. 
					 
					Y si nos ponemos a mirar los datos del tercer grado 
					concedido, vemos que esa práctica ha sido bastante usual y 
					que Bolinaga no es el único que lo ha obtenido en los 
					últimos años. 
					 
					Para llegar a estos datos no hay más que ir a las fuentes de 
					las Instituciones Penitenciarias, según las cuales hay 23 
					presos de ETA enfermos que han logrado desde el año 1996 el 
					tercer grado penitenciario. 
					 
					Con estos datos uno no puede por menos de volver a los 
					políticos y ver que en ese tiempo han transcurrido 2 
					legislaturas del PP, una de ellas con mayoría absoluta, 
					otras 2 del PSOE y ésta del PP de la que van 8 meses y, 
					también, con una mayoría aplastante. 
					 
					Ni los unos, ni los otros, han tenido el tino de remodelar 
					esas leyes, para que los terroristas se pudran en las 
					cárceles, enfermos o sanos. 
					 
					Y lo que parece un escarnio para con todos los demás es que 
					ahora Interior salga al paso y precise que no podrá 
					ausentarse “sin previa autorización de la Administración 
					Penitenciaria”, de la localidad en la que se fije su 
					residencia. 
					 
					Más que risa da dolor de estómago el que desde Interior se 
					haga esta apreciación, cuando todos sabemos que si quiere, 
					él y los suyos le trasladarán a cualquier parte lejos del 
					alcance de Interior y de todas las leyes. 
					 
					Y para más INRI, lo que Bolinaga no podrá incumplir:” 
					Prohibición de participar de forma activa o pasiva en 
					manifestaciones públicas de enaltecimiento o legitimación de 
					la violencia, especialmente de la banda terrorista ETA. No 
					merece hacer comentario alguno más. Es lo que hay. 
   |