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OPINIÓN - DOMINGO, 19 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / DESDE LA OTRA ORILLA

Gritos de desesperanzas
 


José Salguero Duarte
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El título de esta tribuna de opinión, es en honor a la cita que me hace, mi excelente amigo el polifacético artistas algecireño, Emilio Herrera, en su exposición inaugurada el viernes día 10 pasado, en la Fundación Municipal de Cultura de Algeciras.

Y tanto a él como al genial intelectual Vicente Marcet, y a los Juanes de La Línea les dedico esta tribuna, porque son más que conocedores de mis gritos de desesperanzas, lanzados con la tinta roja de mi estilográfica y libertad de expresión hacia el poder, por un mundo mejor, en el que la justa distribución de la riqueza sea una realidad y no una utopía, así como, la justicia y la igualdad, etc.

Es obvio, estimado lector, que cada cual es como es y por mucho que lo intenten moldear, sigue su trayectoria marcada. Teniendo cada uno la suya y servidor la mía desde que tengo uso de razón. Habiendo utilizado siempre la ley del mulo “cuanto más lejos del poder más seguro”.

Pero caminar en esta jungla a pecho descubierto libre de alforjas sin el cobijo de siglas políticas u otras de cualquier signo. Es más que complicado, porque si en el transcurrir de nuestros días, hemos destacados en cualquier materia no acorde con los dogmas impuestos, te controlan hasta las últimas huellas propias y afines. Y le podemos durar al poder un suspiro, ya que al menor descuido, hasta el poeta que viste calzones de tergal y zapatos de Segarra, al visionar este hijo del mal a través de gafas con cristales opacos. Es más que probable, que te toque hasta los flancos con sutileza o con alevosía y ensañamiento. No salvándote ni Amnistía Internacional ni el manto inmaculado de la Macarena de Sevilla, cuando el turuta principal toque a zafarrancho. Porque cuando los tentáculos del poder ponen a funcionar toda la maquinaria que disponen a su alcance, hacen temblar hasta los pilares fundamentales de la tierra.

Pero mientras no hipotequen mi libertad de pensamientos, movimientos y de creatividad, haciéndome callar por las buenas o por las malas. Ni me piquen el billete como se lo picaron ignominiosamente a Federico García Lorca. Seguiré expresándome como lo vengo haciendo desde hace años acorde a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Consecuentemente, reiteradamente me han aconsejado muchos de mis lectores y personas allegadas, que tuviera cuidado porque me podía pasar algo, ya que dirigir sin abaje, individualizando mis tribunas hacia concretos mandatario y poderosos políticos. No es aconsejable que lo hiciera, si quiero conservar mis señas de identidad y algo más. Porque al poder hay que tenerle incluso miedo y a sus perros de presas aún más, por muy disfrazados de angelitos que se presenten esos cachorros ante la sociedad de cualquier país. Porque al moverse con las orejas gachas y el rabo entre las patas, como las anguilas en el agua. Para una gran mayoría del poblacho de la raza blanca, negra o amarilla, es impensable lo mucho que encierran esos chuchos en sus entrañas, porque “por pan baila el perro y por menos también”.

Acordándome, llegado hasta aquí, de mí más que amigo Juan Martínez Andujar, el que con motivo en la incivil Guerra Española de 1936, sufrió el exilio y hasta estuvo prisionero en campos de concentraciones, entre ellos, el de Mauthausen (Alemania). Y en los altares de su gloria donde permanece desde hace unos años con la gente de bien, estará disfrutando en su ideal republicano.

Habiendo sido él para mí en los últimos años de su alborada, como los son actualmente los poemas de Federico García Lorca, Miguel Hernández y de Antonio Machado, panal de rica miel donde sacio mi sed de paz y de bien. Debiendo significar, que Juan Martínez Andujar, siempre me aconsejaba que a mis enemigos los tenía que convertir en neutros y a los neutros en amigos. Siéndome totalmente imposible llevarlo a la práctica. Porque de hipócrita y de falso no tengo nada. Y al estar cansado de poner la otra mejilla. En la madurez de mi vida ya de vueltas con los deberes hechos sin deber absolutamente nada. Llevo por norma, que al amigo de media rosca por el culo y al enemigo hasta el culo.

Y como amigo, amigo, es el que acude sin ser llamado en momentos puntuales que necesitas su presencia. Al resto de ‘amigos’ de tabernas o de tertulias de lenguas de mil cuchillos. Como no me fío ni de la sombra de mis sombreros. Mi más absoluta indiferencia, importándome un bledo los comentarios antisistemas o de cualquier otra índole que realicen. Porque submarinos atómicos hay por todas partes. Por tales circunstancias, nunca se sabe quién está detrás de la mata, y qué intencionalidad tienen tirando de la madeja cazando. Gracias, salud y república.
 

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