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					El Partido Animalista (Pacma), denunció ayer que Ceuta es la 
					única región de España uqe no tiene una Ley de Protección 
					Animal. Ello, aún teniendo en cuenta que su existencia “es 
					una garantía de los animales”. En este sentido, entienden 
					desde Pacma que se obliga de alguna manera que el hecho de 
					tener dicha ley obliga a los gobiernos a ajustarse al cuerpo 
					del texto legal y evita la toma de decisiones unilaterales 
					“como la que se ha producido en Ceuta”. 
					 
					Se refieren al hecho de que el Gobierno de Ceuta ha ordenado 
					el sacrificio de todos los animales callejeros sin 
					identificación, “aprovechándose de que no existe una Ley de 
					Protección Animal” en la Ciudad Autónoma. 
					 
					Desde el Partido Animalista se ha pedido al Gobiern de Ceuta 
					que reconsidere la decisión de exterminar a los animales que 
					viven en la calle “y que adopte de forma urgente, medidas 
					alternativas”. 
					 
					Explican que un caso de rabia detectado en un perro 
					vagabundo el pasado 24 de julio ha llevado al Gobierno ceutí 
					a autorizar la caza y sacrificio de todos los animales 
					callejeros no identificados y de aquellos que lo estén, pero 
					no se localice a su responsable en un plazo de 21 días. 
					 
					En ete sentido, indican que “es imprescindible que se cree 
					un protocolo de actuación eficaz que garantice el respeto 
					por la vida de los animales que desafortundamente deben 
					vivir en la calle”. 
					 
					“La inexistencia de una Ley de Protección Animal en Ceuta 
					permite al Gobierno de la ciudad la toma de decisiones 
					unilaterales, mediante Decreto y sin consulta a la Asamblea, 
					que en ningún caso tienen en cuenta a los animales”, indican 
					desde el Pacma. Desde el punto de vista de Pacma, “se debe 
					implantar una política de no sacrificio en la perrera 
					municipal, aumentar las subvenciones públicas a la 
					protectora de animales de Ceuta, garantizar la recogida de 
					animales abandonados y su puesta en adopción, así como 
					fomentar desde las administraciones la esterilización de 
					todos los animales”. 
					 
					La polémica, pues, está servida, desde el momento en que se 
					conoció el caso de rabia que afectó a un perro vagabundo y 
					que ha conllevado medidas de control. 
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