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                     Especialmente cuando hay 
					cuestiones serias que abordar. Parece que con los únicos que 
					se han atrevido los muy memos ha sido con los funcionarios, 
					a los que han quitado, sin más, parte de sus haberes, pero 
					siguen tolerando a aquellos que van contra el propio 
					Gobierno y contra el nombre de España. 
					 
					Yo voté al PP, tampoco había mucho más que fuera potable 
					para votar, pero ahora mismo estoy casi arrepentido, porque 
					creí que votaba a un partido serio que actuaría con 
					contundencia y no a un grupo de “canta mañanas” que todavía 
					no han abordado más que el asunto de la Economía y mal. 
					 
					Lo más llamativo que hay en el último mes es el “show” que 
					se trae Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde de 
					Marinaleda, que él y otros cuatro “pela gatos” de su 
					sindicato están llevando a cabo una serie de acciones que 
					hacen temblar a todos los que conocieron, por los años 
					treinta del pasado siglo, la serie de problemas que ocasionó 
					gente del mismo “trapío” que estos. 
					 
					Y entre tanto ¿Qué hace el Gobierno?. Sencillamente nada y 
					llegamos al esperpento de que Interior dice que la ocupación 
					de esa finca en la que se han metido los del SAT fue en 
					connivencia con su propietario, que naturalmente lo 
					desmiente. 
					 
					Y siguiendo con Gordillo, Interior juega a aquello de 
					“amagar pero no dar”, cuando este sujeto y esos cuatro “pela 
					gatos” que le siguen están dañando la imagen exterior de 
					España. 
					 
					Entre tanto, mucho bla-bla-bla, pero no se hace nada, 
					especialmente cuando el ministro le advierte a Gordillo que 
					será detenido si comete delito flagrante. ¿Es que no lo ha 
					cometido ya, en repetidas ocasiones?. 
					 
					El propio ministro, Jorge Fernández Díaz tiene claro que los 
					jornaleros del Sindicato Andaluz de Trabajadores están 
					“dañando la imagen de España” y están dando todo tipo de 
					pruebas de que aquí se puede “saltar impunemente el orden y 
					la ley”. 
					 
					Pero hasta ahora no se ha hecho nada y esta camarilla del 
					SAT son capaces de organizar acciones de forma sorprendente, 
					trayendo en jaque a la propia policía, como ha ocurrido en 
					Córdoba, donde unos quinientos del SAT no lograron atacar 
					una serie de establecimientos que ya tenían sentenciados. 
					 
					Lo más sorprendente es que un partido con mayoría absoluta 
					no sea capaz de frenar todo esto, “por las buenas o por las 
					malas”, y no es que apoyemos políticas del rodillo, pero sí 
					toda política en la que la seriedad y el orden sea lo 
					principal. Gordillo se ríe del propio Gobierno cada día. 
					 
					Y puestos a reír, frente al Gobierno, están la serie de 
					presos que a base de ayunos querían hacer su fuerza. 
					 
					Aquí, en el centro de todo está Bolinaga, sobre el que 
					Interior alega que no excarcelarle sería prevaricar, a lo 
					que habrá que decir a Interior que con otros muchos que han 
					muerto en las cárceles o sus inmediaciones, de una forma 
					similar, en cuanto a enfermedades, ya se tiene que haber 
					prevaricado muchas veces. 
					 
					Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior, está en terreno 
					resbaladizo, o va perdiendo los papeles, especialmente 
					cuando dice:”No gobernamos con los sentimientos, gobernamos 
					con al ley”. ¿Y no había que haber gobernado con la ley 
					cuando Jesús María Uribetxebarría Bolinaga dio muerte a dos 
					guardias civiles o cuando quería matar de hambre a Ortega 
					Lara?. 
					 
					Señor Fernández Díaz, una mayoría absoluta da material para 
					no tener piedad con personajes de esta calaña y yo no 
					quisiera que usted o personas de su entorno se hicieran 
					cómplices de cabrones de este tipo. A gentuza así hay que 
					tenerla entre rejas hasta que se pudra, vivo o muerto. 
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