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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Patriotismo y optimismo
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Cuando escribo es 28 de agosto y, como siempre que llega este día, desde hace tantos años que ni mentarlos quiero, me resulta imposible olvidar que murió Manolete en Linares. Y que la España del Piojo Verde y el vacilo de Kock, desgarrada por los años de guerra y sometida a la tiranía de una canina que aumentaba las angustias del pueblo, lo lloró amargamente.

En aquella España se pedía insistentemente que reinara el optimismo con el fin de salir del atolladero en que nos habían metido quienes hicieron posible que los desencuentros entre partes se resolvieran a tiros. Y hasta se echaba mano continuamente del patriotismo como remedio para hacer de España Una, Grande y Libre. Pero ni patriotismo ni optimismo podían hacer nada frente a la hambruna, los odios, las persecuciones y las muertes que se producían por inanición. No por mucho cantar el Cara al sol e ir a misa los domingos se resolvía el problema de aquella mujer a la que un día le preguntaron mis padres cómo estaba. Y les dijo: “Mal, muy mal. No tengo nada. Y estoy pudriéndome. No tengo nada que hacer excepto esperar a que acudan los sepultureros y me entierren”. Como ella había cientos y cientos de criaturas en un pueblo pequeño.

Patriotismo y optimismo es lo que nos vienen pidiendo, desde hace varios días, los medios afectos al Gobierno presidido por Mariano Rajoy, como medida principal para soportar la crisis. Puesto que salir de ella, según está la situación, es tarea que se me antoja impredecible. Tampoco sé, cambiando lo que haya que cambiar, es si la crisis económica dejará en el camino a tantos pobres como muertos o enfermos dejó la posguerra.

Así, cuando leí el domingo pasado, en un periódico de tirada nacional, que había llegado “La hora del Patrioptimismo”, como titular de portada, me eché a temblar. Ya que en cuanto se nos habla de que “Sólo un país unido y con esperanza puede superar los grandes retos” –por cierto, los retos se afrontan, es porque a partir de septiembre el Gobierno va a continuar cebándose con los que menos tienen. Y, claro, ya nos están preparando para que nadie pueda morirse de un sobresalto. Lo cual demuestra que nuestros gobernantes están sobrados de buenos sentimientos y viven angustiados por lo que nos pueda pasar por las consecuencias derivadas del más que inminente rescate. Sobre todo, pobrecita mía, Fátima Báñez: ministra de Empleo y Seguridad Social.

La señora Báñez, cada vez que abre la boquita de rociera perpetua, hace posible que la gente crea que los onubenses están todos cortados por la misma tijera. Y no es así. De ninguna manera. Y si no ahí está Pedro Rodríguez, alcalde de Onuba, que no ha necesitado tener los estudios que su paisana y compañera de partido, para mostrar sentido común a raudales.

Más que sentido común, Javier Arenas, el mentor de Fatimita, lo que tiene es una habilidad pasmosa para, tras perder elecciones tras elecciones, volver a ocupar cargos importantes. Pues ya mismo lo veremos poniendo orden en el Gobierno. Y es que por más que los españoles decidiéramos aferrarnos al Patrioptimismo que se nos pide en ‘La Razón’, ya se encargarían Montoro y De Guindos, Cospedal y Soria, Soraya y Fernández de echar abajo las ilusiones de los españoles. Aunque siempre nos quedará Vivas.
 

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