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					He vuelto de vacaciones y el atasco en el embarque de 
					Algeciras ha sido el primer sobresalto y la salida del 
					relax. Comenzó el stress sin comenzar siquiera a trabajar 
					porque, aún llevando el billete cerrado para las 17 horas 
					del domingo, la empleada de Balearia que suministra las 
					tarjetas de embarque se negó a entregármela por carecer del 
					certificado de residente que entró en vigor con fecha 1 de 
					septiembre. No tuvo en cuenta que la adquisición de los 
					pasajes (tres que hice el 20 de julio) estuvieron 
					acreditados ante la propia compañía (los saqué en la oficina 
					de Plaza de Africa), incluso contaban con una bonificación 
					por su propia naturaleza de residencia en Ceuta. 
					 
					Billetes con horario cerrado para la vuelta y a expensa, 
					únicamente, de disponer de la tarjeta de embarque que se me 
					negó, en primera instancia, por no llevar el certificado de 
					residencia, aún cuando la ida/vuelta se abonó y cerrado, mes 
					y medio antes, con lo que se aplicaba carácter retroactivo a 
					una medida que entraba en vigor el día antes de cuando 
					pretendía embarcar. 
					 
					Con este galimatías: certificado imprescindible con 
					independencia de la adquisición del billete y de que se 
					volviera de vacaciones, un militar a mi lado exigía 
					igualmente tarjeta de embarque porque, según parece, a los 
					militares, no se les entrega la misma hasta el momento mismo 
					de embarcar y no pueden adquirirla con anticipación. 
					 
					Ambos decidimos irnos a ventanilla, donde se nos envió para 
					que abonásemos los billetes como no residentes sin derecho a 
					devolución cuando se acreditara la residencia. La empleada 
					de Balearia en ventanilla nos dijo al militar y a mi, que 
					nuestros billetes estaban correctos y podíamos embarcar en 
					el barco que pretendíamos: el de las 19 horas. Nos facilitó 
					la tarjeta de embarque, aunque cada uno de nosotros tuvimos 
					suerte dispar: el militar llego a tiempo y yo hube de 
					aguardar al barco de las 21 horas, tras el consiguiente 
					cambio de horario en la tarjeta de embarque. Antes de llegar 
					a este episodio, hubo quien atravesó el coche indignado por 
					la impotencia de quedarse “embarcado” en el puerto de 
					Algeciras. ¿La solución de la compañía Balearia? Agilizar el 
					embarque ya sin solicitar certificado alguna y entregando 
					tarjetas de embarque por doquier. Quiere decirse que, cuando 
					alguien se pone a las bravas, se le atiende por parte de una 
					compañía a la que se ha descubierto haciendo un flaco favor 
					a los intereses de Ceuta vendiendo billetes en Marruecos a 
					precio inferior a los de Ceuta para el mismo trayecto y a 
					espaldas de todos los “caballas” que ven perjudicar sus 
					intereses, no ya por el precio sino por el colapso de 
					tránsito a bajo coste. Lo cierto es que Balearia, la 
					compañía de interés público, ha venido billetes a 15 euros 
					cuando las agencias de viajes lo hacían a 64 euros. Y 
					Balearia ha estando facilitando un único billete de ida en 
					el que figura la mitad de los 35 euros, para ocultar dinero 
					de cara a la subvención, demostrando que la tarjeta de 
					residentes carezca de valor, ya que aplican descuentos 
					superiores a no residentes, a marroquíes, mofándose de todo 
					el pueblo Ceuta, ante la incapacidad manifiesta de las 
					autoridades a poner orden y regularizar estos abusos. 
					 
					Y para obtener precio especial Balearia ha estado 
					facilitando solo billete de ida y un número, no billete ojo, 
					para la vuelta, un número de referencia. ¿Qué historia es 
					esta tan extraña? Lo cierto que los usos y abusos de 
					Balearia van “in crescendo” y ayer mismo, un amigo saco 
					billete Ceuta-Algeciras de residente y la compañía se lo dio 
					“open” y sin priorizar carril para residentes en Ceuta, 
					además de no tener en cuenta la publicidad engañosa y que no 
					aplican de 71 euros pasajeros mas coche/ida y vuelta. 
					Anulado por las buenas pese a publicitarse. ¡Qué seriedad! 
					 
					Será que Ceuta es diferente. La incapacidad de tanta gente 
					da lugar a estas situaciones anómalas y aberrantes que no 
					parecen tener solución esté quien esté y gobierne quien 
					gobierne. Sin solución de continuidad. O sea, un desastre.  
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