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					Unos 160 inmigrantes subsaharianos intentaron durante el 
					transcurso de la jornada de ayer lunes saltar la valla 
					fronteriza que separa Melilla de Marruecos en dos nuevos 
					asaltos en los han sido repelidos la mayoría de ellos, 
					aunque entre cinco y diez personas han podido acceder a 
					territorio español. Según informaron ayer a Efe fuentes de 
					la Delegación del Gobierno, el primer intento se ha 
					producido en torno a las 3:30 horas en la zona del Río de 
					Oro, y ha estado protagonizado por unos cien inmigrantes, 
					que han sido neutralizados y repelidos hacia Marruecos. 
					 
					Media hora más tarde, sobre las 4.00 de la madrugada, esta 
					vez en la zona de Barrio Chino, otro grupo de unos sesenta 
					subsaharianos ha llevado a cabo otro asalto a la valla y se 
					estima que entre 5 y 10 inmigrantes han conseguido su 
					objetivo. 
					 
					Estos dos nuevos asaltos se producen después de que el 
					domingo otro grupo de unos 60 inmigrantes protagonizara otro 
					intento, también en la zona del Río de Oro. 
					 
					Según han explicado a Efe fuentes policiales, los asaltos 
					están perfectamente coordinados, ya que se producen casi a 
					la vez y en dos zonas diferentes, conscientes de que los 
					efectivos policiales se centran en repeler el otro intento. 
					 
					Para frenar a los inmigrantes, han intervenido agentes del 
					Grupo de Reserva de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, 
					especialistas en el control de masas, y que llegaron a la 
					ciudad autónoma a mediados de agosto. 
					 
					Está previsto que, en principio, estos agentes permanezcan 
					en Melilla hasta el 15 de septiembre, si bien no se descarta 
					la llegada de un posible relevo, según las fuentes. 
					 
					Más de 200 inmigrantes han llegado a los archipiélagos 
					españoles de Alhucemas y Chafarinas, situados en el norte de 
					África frente a las costas marroquíes, desde mayo, mes que 
					marca el inicio de esta nueva vía utilizada por las mafias. 
					 
					Según informó ayer a Efe fuentes de la Delegación del 
					Gobierno en las Islas Chafarinas, situadas a unas 27 millas 
					náuticas de Melilla y a unos 4 kilómetros de la costa 
					marroquí, se han registrado ocho entradas, en las que se han 
					contabilizado 78 indocumentados. 
					 
					La primera de ellas, que supuso el comienzo del uso de los 
					peñones e islotes como “escala” previa a Melilla, fue el 
					pasado 3 de mayo con la llegada a la Isla del Congreso, una 
					de las tres que conforman Chafarinas, de seis inmigrantes. 
					 
					Días más tarde, el 10 de mayo, llegaron otros 14 
					subsaharianos, mientras que el 15 de mayo la cifra se elevó 
					a 18. 
					 
					En mayo, el día 22, hubo una última entrada de 14 
					inmigrantes, mientras que en junio se contabilizaron dos, 
					con un total de 20 subsaharianos. 
					 
					La presión migratoria en Chafarinas se redujo entonces, de 
					manera que en julio, el día 30, solamente llegaron dos 
					inmigrantes y ya en agosto, el día 3, fueron otros cuatro. 
					 
					De Chafarinas, donde existe una guarnición militar, el flujo 
					migratorio se ha trasladado al archipiélago de Alhucemas, a 
					más de 100 kilómetros al oeste de Melilla, donde en apenas 
					15 días han llegado 128 inmigrantes. 
					 
					Los 41 primeros arribaron al Peñón de Alhucemas, donde 
					también hay presencia militar, después de que la embarcación 
					en la que viajaban quedara a la deriva el pasado 19 de 
					agosto. 
					 
					Hasta entonces, todos los indocumentados que habían pisado 
					los islotes o peñones de soberanía nacional habían sido 
					trasladados, en su mayoría a Melilla, pero también a la 
					península, en concreto a Almería. 
					 
					Sin embargo, la llegada de 19 inmigrantes a la Isla de 
					Tierra, un pequeño islote situado a escasos 10 o 30 metros 
					de la costa marroquí, dependiendo de la marea, marcó una 
					nueva tendencia, ya que, en vez de trasladarlos, el Gobierno 
					decidió dejarlos allí, suministrándole comida, agua y 
					mantas. 
					 
					Solamente fueron conducidos hasta Melilla tres bebés, sus 
					dos madres y una tercera mujer embarazada. 
					 
					La mayor oleada se produjo en el día de ayer con la 
					aparición en la Isla de Tierra de 68 subsaharianos, entre 
					los que hay tres menores y 17 mujeres. 
					 
					El Gobierno pretendía trasladar a los tres menores a 
					Melilla, pero no ha sido posible porque sus madres se han 
					negado a desplazarse con los niños, por lo que todos ellos 
					permanecen en la Isla de Tierra, junto a los otros trece 
					inmigrantes que ya estaban, por lo que suman 81. 
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