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					El juicio por las denuncias cruzadas de atentado y lesiones 
					entre el propietario de ‘Almacenes Susi’ y su hijo, y cuatro 
					miembros de la UIR, continuó ayer en su tercera sesión. Los 
					únicos en prestar declaración fueron los médicos y forenses 
					que atendieron a las partes tras el suceso, acaecido en mayo 
					de 2010. Los especialistas, que aportaron el “ojo clínico” e 
					independiente, coincidieron en su apreciación de que la 
					lesión en el ojo del propietario, Mohamed Embarek, no fue 
					producto de “un roce” o “una caída”, si bien no pudieron 
					determinar con qué objeto se produjo, ni si cierta 
					medicación que tomaba (antigoagulante) pudo agravar el 
					efecto del golpe. 
					 
					Aunque comenzó con algo de retraso debido a problemas 
					técnicos para establecer contacto con el primero de los 
					testigos en comparecer ayer en la Audiencia Provincial, la 
					tercera sesión del juicio por la actuación de los agentes de 
					la UIR en ‘Almacenes Susi’ en 2010 se desarrolló ayer con 
					normalidad. Una vez escuchados los testimonios del dueño del 
					almacén y su hijo, así como los agentes de la UIR implicados 
					y otros testigos a lo largo de las dos sesiones previas, 
					quedaba ayer el turno de los especialistas médicos que 
					debían determinar la gravedad de las lesiones denunciadas en 
					su día por Mohamed Embarek y su hijo, así como uno de los 
					miembros de la Policía, A.F.J.G. 
					 
					La primera de las especialistas en declarar fue la forense 
					del Hospital Universitario de Ceuta, Cristina Mochales. A 
					las preguntas del letrado Fernando Rodríguez Quirós, 
					Mochales concluyó que la lesión que presentaba en el ojo el 
					dueño del almacén, Mohamed Embarek, se produjo con un objeto 
					romo “bien un puñetazo o un objeto como una porra”, ya que 
					un objeto afilado “habría producido una herida”. Cómo se 
					realizó el golpe es algo que no pudo determinar, como 
					tampoco si el hecho de que el comerciante estuviera medicado 
					con ‘Sintrón’ pudo agravar la repercusión de sus hematomas, 
					al ser este medicamento un anticoagulante. Finalmente la 
					forense concluyó que el hematoma del ojo podría haber sido 
					fruto de un puñetazo “pero de escasa intensidad”. Por otra 
					parte, el hematoma que presentaba el denunciante y 
					denunciado en la parte interior del muslo es a su entender 
					“difícilmente compatible” con una caída, puesto que la 
					contusión se habría reflejado entonces en la zona externa de 
					la pierna.  
					 
					Poco después declaraba la doctora Shiham Haddou, que atendió 
					a Embarek en Urgencias el 6 de mayo de 2010. La doctora 
					estuvo de acuerdo con su compañera en que la medicación que 
					tomaba el empresario podría haber afectado a la envergadura 
					de los hematomas qe presentaba, aunque dejó claro que “el 
					importante tamaño de los hematomas, con posible rotura 
					fibrilar no lo produce el ‘Sintrón’, como intentó inducir el 
					letrado de la UIR. “Los hematomas no los produce una 
					enfermedad, aunque el hecho de que tome un anticoagulante 
					puede hacer que tenga hematomas con más facilidad”, explicó 
					Haddou. “No soy forense, pero un hematoma en un ojo no es un 
					roce. No puedo determinar a qué se debe, pero sí que fue un 
					gran golpe, jamás un roce”, afirmó. 
					 
					Así, el alcance de las lesiones que presentaba Mohamed 
					Embarek, con una contusión en el hombro derecho, además del 
					hematoma periorbital (en todo la zona) en el ojo con 
					contusión interna, la lesión en su muslo derecho y las 
					erosiones y arañazos que presentaba en general centraron 
					prácticamente toda la sesión. En cuanto al origen de las 
					lesiones de su hijo, de carácter “leve”, los especialistas 
					tampoco pudieron determinar el origen de las mismas, si bien 
					las heridas fueron consideradas “superficiales” . “Posibles 
					son muchas cosas, pero yo no puedo decir la intensidad del 
					golpe sino sus consecuencias, o lo que se ve desde fuera”, 
					afirmó el doctor Max Garuus del Hospital Universitario.  
					 
					Del mismo modo concluyó la especialista que atendió al 
					agente de la UIR A.F.J.G, quien aunque no pudo verificar el 
					origen golpe que presentaba en su hombro izquierdo, afirmó 
					que “es difícil llegar con una patada al hombro o 
					antebrazo”. 
					 
					A la espera de que declare un último testigo, que no se 
					presentó a la segunda sesión del juicio ni compareció ayer, 
					el Magistrado titular levantó la sesión y convocó a las 
					partes para continuar el procedimiento el próximo jueves 27 
					de septiembre.  
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